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Nueve años sin elecciones sindicales en Osakidetza, la mayor sociedad pública de Euskadi

Manifestación de todos los sindicatos de Osakidetza salvo el SME en Donostia

Iker Rioja Andueza

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El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), la mayor entidad del sector público en Euskadi, lleva casi una década sin celebrar elecciones sindicales, que en pura teoría están pensadas para cada cuatro años. Los últimos comités fueron elegidos en 2013 y hay algunos ámbitos en que las votaciones fueron todavía anteriores. En este tiempo, ha habido tres consejeros de Salud, Jon Darpón, Nekane Murga y Gotzone Sagardui, y cuatro directores generales de Osakidetza, Jon Etxeberria, María Jesús Múgica, Juan Diego y Rosa Pérez Esquerdo. Con ninguno ha llegado la solución al problema principal que está bloqueado la convocatoria: la falta de acuerdo en torno a las circunscripciones. En este mismo período, por ejemplo, la Ertzaintza ha tenido tiempo de votar a sus representantes tres veces.

Hace unas semanas, el Parlamento Vasco invitó a la comisión de Salud a los portavoces sindicales para que expusieran su diagnóstico sobre la situación en la Sanidad pública. De entrada, ni SAE ni USO, con algunos delegados electos hace una década, participaron. El último en intervenir fue Patxi Nicolau, de ESK. Y sugirió a sus señorías que quizás no eran voces legitimadas para intervenir en la Cámara. “Sería inaudito que el lehendakari no convocara elecciones y esta comisión siguiera trabajando. Pues nosotros llevamos nueve años sin ser elegidos”, sentenció el representante de una central que quedó penúltima hace casi una década con apenas un 5% de los apoyos.

En conversación con este periódico, Nicolau insiste en ese mensaje. “Desde 2013 no está renovada la representación. Somos la única Administración pública sin elecciones. Convocatorias de OPE, bolsas de contratación, permisos: toda la negociación desde 2017, cuando decayeron los últimos mandatos, está hecha con una representación cuya legitimidad, para ESK, es inexistente”, afirma al otro lado del teléfono.

El problema radica en que en 2016 se generalizó una nueva organización interna en Osakidetza. En líneas generales, de un modelo dividido en dos grandes ámbitos, la atención primaria y la hospitalaria, se pasó a un sistema de comarcas (OSI, Organización Sanitaria Integrada) que agrupan a los hospitales y centros de salud de todo un ámbito territorial. Y desde 2017 no ha habido acuerdo para establecer nuevas circunscripciones electorales. No es un tema menor, porque afecta al resultado. En los últimos comicios, por ejemplo, Satse fue la organización más secundada pero ELA tiene dos delegados más (76 a 74). Hay que encajar también a los laborales (todavía hay personal original del Insalud, la Sanidad estatal preautonómica) frente a los estatutarios (funcionarios). Pero también hay ámbitos que, en principio, no se ven afectados por el cambio, como Emergencias.

Las consecuencias de este bloqueo es que hay delegados electos que hace tiempo que no trabajan en Osakidetza por estar jubilados, por ejemplo. Y, al revés, algunos de sus sustitutos no fueron elegidos. Las horas y liberaciones sí se respetan pero las subvenciones correspondientes a aquellas elecciones ya no se abonan. “Aquí hay dos responsables claros. Por un lado, Osakidetza, que tiene que delimitar los ámbitos. Pero también están los sindicatos mayoritarios, porque la responsabilidad de convocar es de ellos. Si el resto de sindicatos quisieran, forzarían a iniciar el proceso. ¿Qué intereses tienen? Quizás se está generando una red de poltronas, miedo a perder prebendas sindicales. Hay delegados que llevan 15 años así y enfrentarse a un proceso sindical igual no es un plato de gusto”, critica Nicolau, que ironiza que ELA está proclamando este otoño la importancia de los procesos sindicales en las empresas. “¿En Mercedes-Benz sí y aquí no?”, se pregunta.

ESK ha intentado algunos preavisos o convocatorias, como en Emergencias. “Nosotros lo hemos intentado. La situación es compleja. Entendemos que han cambiado los ámbitos, pero primamos el derecho de la plantilla a elegir y a ser elegidos”, explica Nicolau. El intento en Emergencias no prosperó. En un comunicado, ESK criticó que, además de Osakidetza, Satse, ELA, LAB, UGT y el Sindicato Médico impugnaron la propuesta. En puridad, solamente con un 10% de representación se puede activar el proceso y ESK se quedó en la mitad.

Este periódico ha pulsado la opinión del resto de sindicatos. “No tenemos ningún problema en celebrar elecciones. A Osakidetza se le han pasado propuestas de ámbito para que la representatividad esté bien. Se le ha recordado en la mesa sectorial. Y estamos esperando”, explica Amaia Mayor, de SATSE, quien afirma que el 85% de los ingresos de su organización procede de las cuotas, lo que minimiza el impacto de no tener financiación pública. “Lo que nos preocupa es que la representación del personal sea la adecuada”, añade Mayor, que defiende la premisa innegociable de que “allá donde haya una dirección haya una representación” de la plantilla.

“Se tienen que hacer las elecciones ya. Creo que la mayoría entiende que no se pueden demorar más”, señala desde LAB Jesús Oñate. “El tema es que hay que acordar los ámbitos. Y no sólo entre las fuerzas sindicales, sino con Osakidetza. Ahí está el principal escollo. Pero el tema es de tal urgencia que habrá que dejar pelos en la gatera. Hemos empezado contactos para empezar a negociar esos ámbitos. Está todo muy verde, pero evidentemente no se puede retrasar”, abunda. Esta central confía en tener una fecha “este curso” aunque adelanta que Osakidetza seguro que “quiere reducir el número” de electos, a lo que se opondrán. Y señala: “La legitimidad de la representación entiendo que no está en cuestión, aunque la correlación de fuerzas podría ser otra ahora mismo. Estamos negociando cosas en base a una realidad ya muy lejana. Hay personas electas que están ya jubiladas. Osakidetza puede también menospreciar muchos comités de empresa. Es un déficit democrático hacia la plantilla, que se renueva a niveles exagerados. Es una plantilla con órganos de representación lejanos. Entre 2016 y 2026 está previsto que se habrá jubilado el 60% de la plantilla”.

“Desde luego, el problema de fondo es la falta de acuerdo en torno a cuáles son los ámbitos electorales. Es verdad que hay un cambio organizativo con las OSI pero es verdad también que el reparto anterior de elección (hospitalaria y primaria) aún hoy por hoy se podría realizar sin problema. Mientras no haya un acuerdo con respecto a cómo hacerlas nosotros no tenemos ningún problema en convocarlas tal y como se hacían antes”, explica Iñigo Garduño, de CCOO. “Pero esto requiere el visto bueno tanto el resto de sindicatos como de la Administración. Porque, si hablamos de un cambio de ámbitos, es necesario un acuerdo con la Administración, que también tiene que poner de su parte”, incide. CCOO fue la única central que no impugnó el intento de ESK de hacer elecciones al menos en Emergencias. “Ya digo que no tenemos ningún problema con las elecciones. Por eso no hicimos ninguna impugnación. Efectivamente, esto es un problema que se está enquistando y hay que solucionarlo”, indica Garduño.

“Desde hace años los sindicatos propusimos a Osakidetza los ámbitos para unas elecciones sindicales. Osakidetza no ha respondido nunca a esa propuesta y está en su tejado la convocatoria. El SME está de acuerdo con la convocatoria de unas elecciones sindicales que respeten los ámbitos propuestos por los sindicatos”, responde, de su lado, el Sindicato Médico. No ha sido posible contactar con ELA y UGT y, en el caso del Servicio Vasco de Salud, se deja la pelota exclusivamente en el tejado de las centrales. “En caso de que algún sindicato lo solicitara, pondremos la maquinaria en marcha”, indican portavoces oficiales.

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