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Los presos vascos podrán estudiar desde el curso 2024/2025 enseñanzas universitarias en la UPV/EHU

Un cuaderno con las bases del nuevo modelo penitenciario vasco tras la transferencia, en un acto en Zaballa en 2022

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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Los consejeros vascos Nerea Melgosa, titular de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, y Jokin Bildarratz, de Educación, han suscrito un convenio con la rectora de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Eva Ferreira, para que a partir del curso académico 2024/2025 los internos en las tres cárceles vascas, Zaballa, Basauri y Martutene (en puertas de ser cerrada por la apertura de Zubieta), puedan matricularse para cursar enseñanza superior. También podrán hacerlo en euskera. El acuerdo, cerrado ya el 21 de noviembre de 2023, es muy simbólico ya que una polémica en el pasado con la matriculación de presos de ETA y sus altas notas hizo que, cuando los centros penitenciarios eran gestionados por el Estado, se prescindiera de la UPV/EHU y se limitara a la también pública Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) la posibilidad de impartir estudios universitarios entre los reclusos.

Euskadi ya cerró un convenio con la UNED para dar continuidad a los servicios previos al poco de que se produjera la transferencia de Prisiones, en el otoño de 2021. De hecho, toca ya renovarlo en 2025. Ahora mismo son 61 los presos matriculados en la UNED, aproximadamente el 4% de la población reclusa. A ellos se suman cuatro internos que “por libre” están estudiando en la UPV/EHU. Las fuentes consultadas explican que los presos de ETA que estaban en Francia nunca vieron roto el convenio de estudios con esta institución y que algunos de ellos ahora han podido ser trasladados a centros gestionados por el Gobierno vasco.

El área de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, que dirige Prisiones, recalca que no se puede discernir cuántos de esos presos lo están por delitos de terrorismo y añade que “el modelo penitenciario vasco trabaja la reinserción a través de la reeducación y de la resocialización”. “Facilitando el acceso a los estudios estamos ofreciendo más herramientas para el futuro de las personas privadas de libertad para el momento en que regresen a la sociedad bien en tercer grado o bien porque han cumplido su condena”, indican desde el equipo de la consejera Melgosa. Insisten en que desde 2021 estaba sobre la mesa dar este paso aunque, lógicamente, se han atendido muchos asuntos tras la transferencia “por orden de prioridad”. Otras fuentes recalcan que con la UPV/EHU es más sencillo tener una oferta académica en los dos idiomas oficiales.

El documento firmado por Melgosa, Bildarratz y Ferreira, al que ha tenido acceso este periódico, indica que la Constitución encamina el cumplimiento de penas a la reinserción y reitera que la privación de libertad no suspende el resto de derechos, tampoco el educativo. Se menciona que la normativa más específica recoge que los presos podrán estudiar en la Universidad y plantea que los gestores de los centros -en el caso de España el Estado, Catalunya y ahora también Euskadi- suscriban “convenios”. Acota que esos acuerdos serán solamente con centros públicos y que siempre se dará preferencia a la UNED, aunque no se excluye que pueda haber varios.

Finalmente, se hace constar que la UPV/EHU dispone desde 2004 de un protocolo para estudiantes presos. En la propia web de la institución se menciona que el asunto fue judicializado, pero el Constitucional dictaminó que era legítimo que la UPV/EHU definiera un marco para tratar en la distancia con estudiantes internos en una cárcel más allá de que luego hubiera que desarrollar cómo se había mediante convenios. La Universidad gestionará pruebas de acceso para mayores de 25 años y también los grados y posgrados de los reclusos, incluidos los exámenes y otras labores administrativas. Según un documento con fecha de 2023, se permite la matrícula en 33 carreras y cuatro másteres. Se puede consultar aquí el listado detallado.

La documentación apunta que el Gobierno abonará a la UPV/EHU 98.500 euros fruto de este convenio de colaboración. Son compensaciones por gastos de viaje, materiales (que se ofrecerán “vía correo postal” o por medios telemáticos) y otros servicios derivados de las matrículas que se esperan. También se ofrece desde la Administración máxima “seguridad” al personal académico que tenga que entrar en Zaballa, Basauri, Martutene o en el futuro a Zaballa. Fuentes de Prisiones indican que en la cárcel alavesa, por ejemplo, hay un aula informática adaptada para los estudiantes. El acuerdo firmado ahora es para cuatro años, aunque se plantea que antes de la finalización del curso 2025/2026 se podría plantear ya una ampliación para cuatro más. A partir de la puesta en marcha del protocolo, se creará una comisión mixta de seguimiento con dos representantes de Prisiones, dos de Educación y dos de la UPV/EHU. Serán quienes “vigilen” el desarrollo de la enseñanza

Los centros penitenciarios vascos ofrecen también otro tipo de educación no universitaria. En concreto, hay 42 reclusos en procesos de alfabetización, 100 cursando Primaria, 96 en Secundaria y 43 ciclos de Formación Profesional. Además, 69 estudiantes de castellano, 57 de euskera, 79 de inglés y 27 de francés. A ello se le suman 85 plazas en cursos de formación de la agencia de reinserción Aukerak, creada después de la transferencia.

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