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Un “pudiera” no es un “no”: Mendia avanza con el calendario de 2024 sin ver rechazado el 8 de marzo festivo

Aunque a la vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, del ala socialista del Gobierno vasco, se le ve más cómoda comentando los buenos datos del desempleo y de la afiliación de la Seguridad Social o explicando su agenda legislativa, no ha acabado de cerrarse la polémica en torno al calendario laboral de 2024 y a su propuesta de que sea festivo el 8 de marzo. La idea no contentó a voces y grupos feministas pero, sobre todo, tiene en frente a la parte del PNV del Ejecutivo. El Instituto Vasco de la Mujer (Emakunde) ya ha entregado a Trabajo y Empleo su informe con catorce posibles efemérides feministas, como pidió el Parlamento que se hiciera, pero en esa larga lista ni siquiera aparece la propuesta de la vicelehendakari. Mendia, en todo caso, da a entender que las alegaciones no suponen un 'no' como tal y fuentes de su entorno insisten en que hay otros informes favorables de otros agentes sociales que suelen participar en la confección de calendarios. El procedimiento, por lo tanto, sigue adelante y debería completarse a finales de mayo o principios de junio.

Mendia, textualmente, ha afirmado ante los medios de comunicación este martes que Emakunde ha “desistido” de presentar alegaciones a la propuesta del 8 de marzo. Se agarran a que en el informe entregado se propone como alternativa el 5 de noviembre y se ofrecen otras trece posibles conmemoraciones feministas, cuando el trámite que se le había solicitado era simplemente decir 'sí' o 'no' al calendario con el 8 de marzo rojo y ofrecer motivos.

Sin embargo, ese documento, enviado este martes al Parlamento se opone claramente a esa festividad. Pero en Trabajo y Empleo se agarran a que se emplean verbos poco taxativos como “pudiera” en su versión en castellano o “daiteke” en la de euskera. “La propuesta para señalar como festivo el 8-M en el calendario laboral de 2024 responde, según la memoria expuesta, a un intento de dar visibilidad e impulso a los objetivos feministas. Si bien, aun cuando se reconoce una clara intención por potenciar este proceso hacia la igualdad real entre mujeres y hombres, pudiera considerarse que la fecha propuesta es arriesgada porque pudiera llegar a detener más que impulsar la consecución de estos propósitos, disgregar más que aunar esfuerzos. Al tratarse de una fecha tan sensible para el movimiento asociativo de mujeres feministas de Euskadi, y en aras a realizar una designación de las efemérides feministas en el calendario laboral de 2024, desde Emakunde-Instituto Vasco de la Mujer, tras la solicitud del Parlamento el pasado día 2 de marzo instando a elaborar un proceso de reflexión junto con Emakunde y los agentes sociales, este Instituto ha realizado un proceso participativo con las representantes de las asociaciones de la Comisión Interterritorial de la Comisión Consultiva de Emakunde y ratificado finalmente por el Pleno de la Comisión Consultiva”, se puede leer en el documento de Emakunde.

Y también lo siguiente: “Además, debemos matizar que entre las aportaciones realizadas existe de forma generalizada una posición contraria a que el 8 de marzo sea declarado día festivo para mantener el carácter reivindicativo y de lucha que siempre le ha caracterizado. Tomar esta fecha como un día de celebración contribuiría a desvirtuar el significado de esta fecha”. E incluso esto: “De partida se descarta el 8 de marzo o el 25 de noviembre, fechas emblemáticas en el feminismo, para preservar y proteger su carácter reivindicativo, ya que resultaría inapropiado y arriesgado declararlas fiesta laboral, en tanto en cuanto podría frenar -más que impulsar- los objetivos feministas a los que se apuntan en estos días. De igual modo, se ha optado por proponer fechas relacionadas con eventos o logros más que con nombres de mujeres relevantes en la historia de la liberación de las mujeres”.

La titular de Trabajo y Empleo ha dado a entender también que Emakunde aún mantiene “abierto” su proceso de consultas sobre posibles fechas. “Ha dicho que ese proceso sigue estando abierto, y, por lo tanto, para nosotros sigue abierto. ¿Qué queremos decir? Que cuando ellos acaben, recibiremos su fecha y la tendremos en cuenta para 2025”, ha remarcado descartando posibles cambios ya para 2024, que es lo que toca definir ahora. En este sentido, la propia directora de Emakunde, Miren Elgarresta, ya manifestó que la idea del 5 de noviembre parecía más factible para 2025 por una cuestión de plazos. En varias comparecencias anteriores, Mendia ya ha avisado de que rechazar el 8 de marzo supondría tener que elegir como festivos algunos comodines habituales como el 25 de julio, día del patrón de España o de Santiago, o principalmente el 19 de marzo, día del padre.

Para añadir otro elemento a las tensiones que este asunto provoca entre los dos socios de Gobierno, el equipo de Mendia añadió también en un comunicado conocido el pasado viernes que la lista de catorce festividades no surge precisamente del debate con entidades feministas consultadas por Emakunde. “Se plantean una serie de fechas alternativas, sugeridas desde una consultoría técnica contratada al efecto”, indicaron desde la parte socialista del Ejecutivo, sin más detalles.

¿Y cuáles son todas esas fechas? Son el 4 de enero -“fecha en la que las mujeres jugaron un partido profesional por primera vez y en su mayoría eran raquetistas/deportistas vascas”, en 1917-, el 5 de febrero -por la creación de Emakunde en 1988-, el 18 de febrero -por la aprobación en 2005 de la Ley de Igualdad-, el 25 de febrero -en 1932 se aprobó la Ley del Divorcio-, 6 de marzo -como aniversario de la primera Casa de Mujeres, creada en Ermua en 2003-, el 5 de julio -dado que en 1985 se despenalizó el aborto-, el 19 de julio -en 1848 tuvo lugar la declaración de Seneca Falls-, el 4 de septiembre -por la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995-, el 5 de septiembre -por la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana de 1791-, el 26 de octubre -por el caso de criminalización de aborto de 1979 conocido como “las once de Basauri”-, el 5 de noviembre -la favorita por ser el primer día en que se autorizó en España el sufragio femenino, concretamente en la votación del Estatuto vasco-, los días 8, 9 y 10 de diciembre -aunque el primer ya es festivo, en 1977 tuvieron lugar las primeras jornadas feministas de Euskal Herria-, el 18 de diciembre -por la firma en 1979 de la 'Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y el 20 de diciembre' -que en 1993 trajo la 'Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer'-.

Los grupos que participaron en el proceso de Emakunde las votaron, sin posibilidad de hacerlo con el 8 de marzo propuesto por el Gobierno, como tampoco cabía el 25 de noviembre, día en que se denuncia la violencia hacia las mujeres. “Tras un amplio debate interno entre las asociaciones, se realiza una votación donde participan todas las asistentes, debiendo seleccionar cada una tres fechas del listado propuesto. La votación consiste en señalar, por orden de importancia, las preferencias con 3, 2 ó 1 punto”, explica el Instituto de la Mujer sobre su procedimiento. El resultado fue abrumador. El 5 de noviembre se llevó 50 puntos, más del doble de los 23 del 28 de febrero, el aniversario de la primera normativa vasca de Igualdad.

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