Bárbara Ruiz, responsable de UNRWA Euskadi: “Debemos seguir apoyando a Palestina, su destrucción no termina con el alto al fuego”

Israel ha cerrado la sede de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) desde hace 75 años en Jerusalén Este después de que su Parlamento aprobara dos leyes que restringen la actividad de la UNRWA en los territorios ocupados palestinos. Desde Euskadi, la responsable de la agencia, Bárbara Ruiz, hace balance del trabajo que han realizado en lugares como Jerusalén, pero también en Jordania, Líbano, Siria, Cisjordania y, sobre todo, la franza de Gaza. Según sostiene, en Gaza, desde que comenzó la guerra, “UNRWA se ha convertido en un salvavidas para 2 millones de personas”. Es el mayor proveedor de atención primaria de salud con 6,7 millones de consultas médicas (más de 1.600 al día), 730.000 personas han recibido apoyo psicosocial y de salud mental, casi 2 millones de personas han recibido asistencia alimentaria y cientos de miles de personas desplazadas viven en refugios de UNRWA.

Las leyes aprobadas por Israel y la retirada de donantes como Estados Unidos dificultan el trabajo diario del personal de UNRWA que ya suma 273 personas asesinadas. “El futuro lo veo complicado, como ha sido hasta ahora. No va a ser fácil, pero estamos lanzando el mensaje de que vamos a seguir allí y que si nos quieren sacar, lo tendrán que hacer por la fuerza. El compromiso es total en territorio palestino ocupado, no solo en Gaza, también en Cisjordania, Jerusalén Este, Jordania, Líbano y Siria. Esa comunidad depende de nosotros”, reconoce Ruiz.

¿Cómo llegó a ser responsable de UNRWA en Euskadi y cuál es su labor?

UNRWA tiene presencia en varias comunidades autónomas, entre ellas Euskadi. Yo empecé a trabajar inicialmente en Zaragoza, pero salió una plaza en Bilbao, y como soy de aquí me postulé. Llevo cinco años trabajando en diferentes áreas. Empecé como técnica de proyectos y actualmente soy responsable de UNRWA Euskadi. Nosotros desde aquí movilizamos fondos para aprobar los programas y proyectos de UNRWA. Nos presentamos a convocatorias de cooperación para el desarrollo y acción humanitaria, a subvenciones y realizamos alianzas privadas para ayudar a la población refugiada de Palestina. En estos momentos contamos con un equipo de siete personas en Euskadi.

La semana pasada visitó el Parlamento Vasco, que tras su visitá acordó un texto en el que defiende que no entren en vigor dos leyes israelíes que prohíben la labor humanitaria de la Agencia de Naciones Unidad para los Refugiados Palestinos (Unrwa). ¿Qué supone esta decisión?

Es apoyo del Parlamento Vasco y de otras instituciones vascas es esencial para nosotros porque en otros lugares se ha dudado de lo que hace UNRWA. Las leyes israelíes se aprobaron en tres meses y han entrado en vigor este 30 de enero. Hemos recibido una notificiación para desalojar nuestra sede en Jerusalén, porque una de las leyes prohibe la actividad dentro del territorio soberano israelí. La otra ley prohíbe el contacto entre agentes isaelíes y trabajadores de UNRWA. Veremos cómo se materializa porque no sabemos qué va a pasar. Nos oponemos a estas leyes porque con ellas Israel está violando la Convención General de Inmunidades y Privilegios de Naciones Unidas impide hacerse con instalaciones que son de Naciones Unidas. Además, Israel es un país signatario de esta convención como la mayoría de los países que forman parte de Naciones Unidas. Entonces estaría violando esta Convención y su propia legislación. Si desalojamos ese territorio 1.000 niños que estamos atendiendo en escuelas se quedarían sin tener acceso a la educación y afectaría a 70.000 pacientes en centros de atención primaria que tenemos.

¿Tiene confianza en el alto al fuego en Gaza?

No sé qué contestar a esa pregunta, lo que sí se es que si se cuestiona la labor de UNRWA se está poniendo en peligro el acuerdo del alto al fuego. Porque desde que entró en vigor el alto al fuego UNRWA ha distribuido el 60% de los alimentos que han entrado en Gaza, lo que explica la gran capacidad logística y operativa que tenemos. Estamos hablando de 13.000 trabajadores y 300 instalaciones, porque UNRWA lleva más de 75 años allí. El resto de agencias de Naciones Unidas y otros organismos internacionales se han estado apoyando en UNRWA para trabajar. Entonces, si ahora mismo se impide la labor, lo que se está poniendo en peligro es la respuesta humanitaria internacional. Ahora mismo están entrando una media de 800 camiones al día, que está muy bien, pero las necesidades son incalculables. Se ha priorizado la entrada de alimentos dada la situación de hambre y desnutrición de la población, pero lo que se necesita introducir en términos de recostrucción ahora mismo es incalculable.

¿Por qué Israel quiere eliminar la entrada de ayuda humanitaria de UNRWA?

La campaña contra contra UNRWA no es nueva, pero en el último año se ha intensificado muchísimo, porque Israel cree que eliminando a UNRWA, que es la agencia de la población refugiada Palestina, de alguna manera se libraría de la cuestión de los refugiados de Palestina. En sus orígenes fue creada para dar asistencia temporal, tiene un mandato inicial de tres años y se reuneva cada tres para dar asistencia a esta población. Hoy en día es una comunidad de casi 6 millones de personas que no solo están en Gaza y Cisjordania, también están en Jordania, Líbano y en Siria. UNRWA se crea como una agencia humanitaria para paliar en ese momento la situación. No tiene un mandato político, con lo cual, aunque UNRWA desapareciera, los refugiados de Palestina seguirían. Estamos hablando de una situación límite apocalíptica en Gaza, pero en Cisjordania también estamos hablando de poner en peligro la educación y la salud de estas personas, porque ahora mismo no hay otra agencia de Naciones Unidas a la que se pueda transferir estos servicios. No hay otra agencia que tenga tantísimos profesores y profesoras porque UNRWA tiene su propio personal. Atendemos a 650.000 en Gaza, más de 50.000 en Cisjordania. ¿Cómo van a estudiar ya en Gaza? Ya han perdido dos años de educativos. ¿Qué va a pasar? ¿Vamos a sacrificar a una generación entera de niños con lo importante que es la educación para los palestinos? La educación es su mayor activo porque consideran que es lo único de lo que no les pueden despojar.

¿Cuál es el papel de Estados Unidos en esta situación? ¿Cómo afecta a UNRWA?

EEUU decidió congelar los fondos que destinaba a UNRWA a raíz de las acusaciones de que había trabajadores de UNRWA directamente relacionados con los ataques de Hamás del 7 de octubre. Ante este anuncio que Israel hizo, Estados Unidos y otros 15 donantes decidieron retirar su ayuda o congelarla. Se puso en marcha una investigación interna para determinar la presunta responsabilidad penal de estos trabajadores y, además, Naciones Unidas encargó a una agencia externa una investigación, se concluyeron con buenos resultados. Todos los donantes decicieron seguir realizando contribuciones a UNRWA pero Estados Unidos no, a pesar de los resultados de las investigaciones y de que, a día de hoy, Israel no ha puesto sobre la mesa las pruebas que dice tener para incriminar a estos trabajadores.

¿Cómo ha afectado esta campaña contra UNRWA a los trabajadores que siguen allí?

Después de la campaña contra UNRWA Israel ha aumentado la acusación y ha dicho que somos una organización terrorista controlada por Hamás. Además de poner en peligro nuestra estabilidad financiera, pone en peligro a nuestros trabajadores en Gaza. A día de hoy han sido asesinados 273 trabajadores, además de las hostilidades que sufren en Cisjordania e incluso en lugares como Bruselas o Estados Unidos. No creo que Trump devuelva la financiación de EEUU, de hecho, ya ha congelado todos los fondos de USAID, que es la agencia de cooperación que tiene Estados Unidos. Esto nos afecta porque era uno de los grandes donantes y un tercio del presupuesto del año. Anticipamos tiempos difíciles para continuar con nuestra labor auqneu nuestro compromiso, pase lo que pase, es seguir ahí.

¿Cómo ve el futuro de su trabajo en estos territorios?

Complicado, como ha sido hasta ahora. No va a ser fácil, pero estamos lanzando el mensaje de que vamos a seguir allí y que si nos quieren sacar, lo tendrán que hacer por la fuerza. El compromiso es total en territorio palestino ocupado, no solo en Gaza, también en Cisjordania, Jerusalén Este, Jordania, Líbano y Siria. Esa comunidad depende de nosotros. UNRWA está muy integrada en el tejido social de Gaza y Cisjordania porque son más de 75 años de trabajo y porque el 99% del personal que trabaja es palestino. Para la comunidad palestina esas son sus escuelas, sus centros de salud, confían en nuestros trabajadores para dar una respuesta humanitaria y para trabajar en la recostrucción de Gaza.

¿Qué se puede hacer desde aquí?

Seguir hablando de Palestina, no olvidar lo que está ocurriendo y ser conscientes de que su destrucción no termina con el acuerdo del alto al fuego. Quedan meses muy complicados y tenemos que seguir teniendo presente lo que sucede. Escuchaba a una mujer palestina hablar de la disciplina de la esperanza, de que a pesar de lo dura que es la situación, debemos pensar y decir que hay futuro, porque si no lo vemos desde aquí difícilmente lo van a ver ellos desde allí. Y después seguir apoyando todas las políticas de cooperación para el desarrollo, de acción humanitaria y emergencia que nuestros instituciones públicas promueven y que son tan importantes a nivel de Gobierno vasco, Diputaciones forales y Ayuntamientos.