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The Guardian en español

Dinamarca inaugura su primera mezquita dirigida por mujeres

Captura de pantalla de Sherin Khankan durante una entrevista // TV-Bella

Harriet Sherwood

La oración del viernes fue diferente. Fuera, en la sala de oraciones, una mujer daba de mamar a su bebé mientras otra se pintaba los labios. Había besos, abrazos y se oían carcajadas. El adhan –la llamada a la oración– sonaba clara y resonaba con voz de mujer.

El viernes pasado se escribió una pequeña parte de la historia en Copenhage donde la oración del viernes ha sido dirigida, por primera vez, por dos mujeres imán. Esta es la primera mezquita dirigida por mujeres que se instala en Escandinavia y se trata de una de las pocas que hay en todo el mundo a excepción de China.

Más de 60 mujeres abarrotaron la mezquita de Mariam situada encima de un restaurante de comida rápida en una calle del centro de la ciudad. Voluntarios trabajaron hasta muy tarde la noche del jueves para dar los toques finales a la remodelación del local. Se colgaron cortinas color crema con un sutil mosaico de motivos elegantes, también se podía ver un verso caligrafiado del Corán, flores y velas encendidas.

Sherin Khankan y Saliha Marie Fetteh, las dos imanes de la mezquita, compartieron la ceremonia. Khanhan cantó el adhan e hizo un discurso de apertura. Fetteh pronunció el khutbah, o el sermón, sobre el tema “la mujer y el islam en un mundo moderno”.

Sobre el burkini solo se realizó una mención de pasada. En broma, Fetteh les dijo a los fieles que, según informaban los periódicos, no quedaba ni un burkini en ninguna tienda de Europa después de una serie de prohibiciones en algunas ciudades de Francia y algunos hoteles impulsasen a mujeres musulmanas y no musulmanas a comprarlos en un acto de solidaridad.

Después del khutbah llegó la oración. Filas de mujeres, quizá la mitad seguidores de otras religiones o de ninguna fe, fueron invitadas para formar parte de la ceremonia de apertura de la mezquita y se inclinaron, se arrodillaron y tocaron el suelo con la frente. Una visión verdaderamente extraña.

Las mezquitas, un lugar para hombres

En muchas mezquitas se anima a las mujeres a que recen en casa o en privado. En aquellas en las que hay sección para mujeres, se trata de lugares pequeños, poco atractivos y a los que se accede a través de puertas traseras. Tradicionalmente, las mezquinas se han visto como lugares en los que los hombres se reúnen para rezar conjuntamente y debatir.

La mezquita de Mariam abrió sus puertas informalmente en febrero, pero hicieron falta seis meses más de preparación antes de que se pudiera llevar a cabo el rezo del viernes. “Todavía estamos en un proceso de aprendizaje. Esto es un viaje y, por el momento, solo hemos dado el primer paso”, comenta Khankan.

Aún así, en los últimos meses se han celebrado cinco bodas en la mezquita y tres más están en la agenda. Entre ellas algunos matrimonios interreligiosos, algo que desaprueban las mezquitas tradicionales. También ha habido un par de divorcios, uno de los cuales se llevó a cabo después de la oración del viernes.

La mezquita ha diseñado su propio estatuto del matrimonio que contiene cuatro claves principales: la poligamia no es una opción; las mujeres tienen derecho a divorciarse, un matrimonio será anulado si se comete violencia psicológica o física; y, si se produce un divorcio, las mujeres tendrán los mismos derechos sobre los hijos.

Un desafío al patriarcado

Uno de los principales objetivos de la mezquita, cuenta Khankan, es “desafiar a las estructuras patriarcales dentro de las instituciones religiosas”. “El islam ha estado dominado por hombres, las mujeres todavía no son iguales en el catolicismo ni en el judaísmo, y solo han sido ordenadas sacerdote en la fe protestante [en Dinamarca] en 1948”.

La mezquita también busca desafiar a “las interpretaciones patriarcales” del Corán, hacer frente a la islamofobia y promover los valores progresistas islámicos. “Es posible cambiar las estructuras patriarcales, pero se trata de un largo viaje y hemos encontrado resistencia. Decidimos no enfocarnos en la oposición y, en su lugar, hablar sobre toda la gente que nos apoya. Hemos tenido reacciones muy positivas a esta iniciativa desde Pakistán, Irán, Europa, Turquía y países árabes”, añade Khankan.

Insistió en que no hay “validez religiosa en criticarles, estamos en un terreno teológico seguro”, Pero Khankan se ha topado con cierta resistencia por parte de familiares y amigos por sus planes de abrir una mezquita y convertirse en imán. “No por parte de mis padres, ellos me han apoyado. Mi padre es un icono feminista. No estaría hablando de imanes mujeres sin mi padre, que siempre me dijo que podría hacer cualquier cosa”.

Su padre es un refugiado musulmán procedente de Siria que llegó a Dinamarca después de haber sido encarcelado y torturado por su oposición al régimen. Su madre es cristiana y se mudó a Copenhage desde Finlandia para trabajar como enfermera. “Me crié entre diferentes religiones y diferentes culturas, y esto tiene mucho que ver con esta iniciativa”.

Después de pasar un año estudiando un máster en Damasco, Khankan volvió a Copenhage en el año 2000, “deseando estar en una comunidad religiosa pero no la podía encontrar en casa”. Al año siguiente, un mes antes del 11-S, fundó the Forum for Critical Muslims.

El 11-S frenó sus proyectos

Pero los sucesos y las consecuencias del 11-S significaron que la organización pasó los siguientes 15 años defendiendo el islam en lugar de proseguir su agenda reformista y defender a las mujeres imanes. “Es muy difícil mantener una narrativa de que las mujeres musulmanas están oprimidas cuando las mujeres están tomando la iniciativa”, apunta Khankan.

Las mujeres imanes han existido en China desde el siglo XIX y en Sudáfrica desde 1995. En Los Ángeles, la Women's Mosque of America abrió el año pasado. En Reino Unido, la erudita islámica Amina Wadud dirigió la oración del viernes mixta en Oxford en el año 2008, algo que provocó protestas. Los planes para una mezquita dirigida por mujeres en Bradford están progresando, aunque las oraciones las dirigirá un imán hombre.

“Este movimiento en Dinamarca es parte de un movimiento mundial más grande”, cuenta Khankan, que visitó Bradford en mayo y está planeando una conferencia de mujeres imanes para el año que viene. “Espero inspirar a mujeres en otros países y esperamos que ellas nos inspiren a nosotros”.

Lleva pañuelo solo para rezar, y comenta que las mujeres tienen diferentes interpretaciones sobre sus creencias y leyes musulmanas. “Esta es la mía”, concluye señalando su apariencia: una falda larga, mangas largas en la parte superior y el pelo suelto sobre sus hombros.

En Dinamarca, según cuenta, el 90% de las mezquitas son tradicionales. “Representamos un enfoque moderno y espiritual del islam. Buscamos crear una voz alternativa, sin deslegitimar a las otras. Queremos que la mezquita de Mariam sea un sitio al que todo el mundo pueda venir para florecer juntos. Lo que sucede en la mezquita va más allá de la mezquita, afecta a la sociedad”.

Traducido por Cristina Armunia Berges

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