Trump, ungido líder de la Internacional Reaccionaria: “Nuestro movimiento está prosperando, luchando, ganando y dominando”

“Soy vuestra venganza”, prometió Donald Trump desde el escenario de la conferencia ultraconservadora cuando su retorno a la presidencia aún solo era una posibilidad. Un año después, la “venganza” ocupa la Casa Blanca y marca el camino para el avance de la extrema derecha global. Cincuenta años después de su nacimiento, la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) se ha convertido en punto la brújula que señala el norte de la Internacional Reaccionaria.
Sin mucha discreción, la simbología nazi se ha abierto paso en la CPAC después de que el exasesor de Trump, Steve Bannon, cerrara su intervención con el saludo nazi al grito de “Fight, fight, fight”, el actor mexicano Eduardo Verástegui repetía el gesto desde el escenario. En el centro de convenciones a las afueras de Washington, los asistentes seguían haciendo cola este sábado para sacarse fotos con Bannon. También paraban al expresidente nacional del grupo de extrema derecha Proud Boys, Enrique Tarrio, que ha podido asistir a la CPAC gracias al indulto de Trump. De las más de mil personas condenadas por el asalto al Capitolio, Tarrio tenía una de las penas más altas: 22 años de prisión.
Mientras que Trump ha ordenado dejar solos a miles de menores migrantes no acompañados ante los jueces que tramitan las deportaciones, en la CPAC los asistentes podían hacerse una foto en un photocall que recreaba un centro de deportación. Las personas que a la salida del centro de deportación de Nogales lloran temerosas de su futuro, ahora son un meme que compartir en Instagram. El mal banal del alemán Adolf Eichman, que se justificaba bajo la premisa de que solo cumplía órdenes, se ha adaptado al nuevo siglo.
Hace poco más de medio año, Trump se coronaba como el rey absoluto de un Partido Republicano que se había convertido en su partido. Ahora, la CPAC - inaugurada por Ronald Regan en el 1974- ha ungido Trump como el estandarte global del movimiento reaccionario. “Nuestro movimiento está prosperando, luchando, ganando y dominando Washington como nunca antes”, ha celebrado Trump este sábado nada más arrancar su intervención.
“Debemos de estar haciendo alguna cosa bien, porque tenemos las encuestas más altas que he tenido nunca y qué cualquiera presidente republicano ha tenido nunca”, ha afirmado Trump en una exageración falsa sobre las encuestas que han salido sobre su primer mes de mandato. Los sondeos sí que apuntan que Trump ha obtenido el mayor porcentaje de aprobación (un 47%) que el que tuvo en cualquier momento de su primer mandato. Y aun así sigue estando por debajo del 50% (un 52% lo suspende), mientras que la preocupación y la impopularidad sobre la mayoría de sus órdenes ejecutivas son la tónica en las encuestas.
Trump también se ha congratulado por las bajas cifras de cruces fronterizos, como si estos fuesen una consecuencia directa de las medidas radicales que ha tomado con la migración. Lo cierto es que cuando el presidente estadounidense tomó posesión el 20 de enero, los cruces fronterizos ya habían bajado drásticamente desde junio del año pasado, cuando Joe Biden aprobó el decreto que cercenaba el derecho al asilo y aceleraba las deportaciones. “Esta semana hemos cancelado también el estatus de protección temporal para los inmigrantes haitianos. Los están lanzando en nuestro país. Si no hubiera sido elegido, no quedaría nadie en Haití”, se ha jactado Trump, que también revocó el TPS para los venezolanos, un beneficio migratorio que otorga un estatus legal a miles de migrantes de Venezuela.
Como no, también ha celebrado el trabajo los recortes que está llevando Musk con el grupo de trabajo DOGE. “Está haciendo un gran trabajo. Amamos a Elon, ¿sí? Es un personaje”, ha dicho el presidente mientras el público aplaudía. De momento, la motosierra de Musk ha pasado por todas aquellas agencias y departamentos que tenían abiertas investigaciones contra sus empresas.
Mientras Trump y Musk siguen defendiendo la “transparencia” del DOGE, la Casa Blanca ya ha reconocido en un documento judicial que Musk no es realmente el administrador a cargo del grupo. Hasta la fecha, no se ha explicitado quién ocupa ese cargo, y mientras Trump volvía a escurrir el bulto ante el público fiel: “La gente me pregunta que posición ocupa Elon Musk… Yo respondo que es un patriota”.
El arropo de la extrema derecha europea
También ha sido arropado por representantes de la extrema derecha europea, como el británico Nigel Farage o el líder de Vox, Santiago Abascal. El español quiere hacer su propia versión del “Make America Great Again”, pero no dudó en plegarse ante Trump durante su intervención en la CPAC y justificar los aranceles que el estadounidense quiere imponer a Europa. “El mundo ya se parece más a como lo soñábamos hace un año”, celebraba el jueves Abascal.
Un mundo en el que ya se ha logrado romper el consenso social que existía en torno al rechazo de la simbología de un régimen totalitario que culminó con el Holocausto. Imitando el gesto exacto del saludo nazi que Musk hizo durante la investidura de Trump, el actor mexicano Eduardo Verástegui seguía su estela y repetía el saludo desde el escenario de la CPAC. La simbología nazi se ha abierto paso entre los ponentes de la conferencia en la víspera de las elecciones al Bundestag, donde las encuestas proyectan al partido neonazi Alternativa para Alemania como segunda fuerza.
En la jornada final de la CPAC, Trump ha contado con el presidente argentino, Javier Milei, y la italiana Giorgia Meloni, así como el zar de la frontera, Thomas Homan. Milei, en horas bajas por el escándalo de la criptoestafa libra, tendía así la alfombra roja a Trump: “Estamos en un punto de inflexión de la historia donde el espíritu y la idea se materializan en una persona”.
El argentino ensalzaba al republicano por ser el faro de un movimiento que promete “hacer el camino inverso para devolver el poder al ciudadano y quitárselo al Estado”. El jueves, la cuenta oficial de la Casa Blanca publicaba en Instagram una imagen de Trump coronado con el pie de foto: “Larga vida al rey”. El viernes, durante el encuentro con los gobernadores de todo el país, el presidente afirmaba: “Nosotros somos la ley federal”. De la misma manera, durante la entrevista conjunta en Fox, Musk atacaba la separación de poderes y defendía: “Si la voluntad del presidente no se implementa [...], significa que no vivimos en una democracia”.
En reiteradas ocasiones, Trump ha insinuado la idea de un tercer mandato, a pesar de que la Constitución lo prohíbe. “Y me dicen que no se me permite presentarme [a la reelección]. No estoy seguro. ¿Eso es cierto? No estoy seguro”, decía el jueves el presidente estadounidense durante la cena con los gobernadores republicanos. En los pasillos de la CPAC también había un puesto con un cartel negro que mostraba a Trump con iconografía de emperador romano y el lema: “Proyecto del Tercer Mandato. ¡Por Trump en 2028 y más allá!”.
En la Convención Nacional Republicana de este año, un gran cartel de la Fundación Heritage en el aeropuerto de Milwaukee daba la bienvenida a los asistentes. Este think tank ultraconservador es el que está detrás del Project 2025, un programa que durante la campaña Trump negó conocer. Ahora, algunos de los contribuyentes a la redacción del documento, como el “zar de la frontera” Thomas Homan o Russell Vought, ocupan cargos dentro del nuevo gobierno de Trump, mientras que el presidente aplica muchos de los capítulos del manual.
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