Madrid importa de otras comunidades más del 95% de la energía que consume
La Comunidad de Madrid afronta un desequilibrio abismal entre su producción de energía eléctrica y su consumo: cubre menos del 2% de su consumo con la energía renovable que produce. En un contexto de expansión de la energía verde en gran parte del Estado, la comunidad genera únicamente el 0,4% de la producción estatal de este tipo de energía, con un crecimiento prácticamente nulo durante el último año, mientras que su gasto representa más del 11% del total.
La región se sitúa a la cola de España en energía renovable instalada en relación con su superficie, por detrás de Cantabria, comunidad que por su menor consumo cubre un porcentaje mucho más elevado de su gasto con la potencia instalada en su territorio. Madrid, en cambio, importa de otras regiones más del 95% de la energía que consume.
El último estudio publicado por el Observatorio de Energías Renovables de Foro Sella, además de arrojar esta disparidad entre el consumo y la generación, apunta a un aumento notable de la producción de energía mediante la cogeneración provocando un descenso del peso de las energías verdes. A finales de septiembre de 2024, Madrid contaba con 233 mega watios de potencia renovable instalada, una cantidad ínfima en comparación con la demanda.
Dependencia del resto de comunidades autónomas
España enfrenta un desequilibrio energético donde regiones con abundantes recursos renovables (como Extremadura, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Galicia) generan mucha más electricidad de la que necesitan, exportando entre el 50% y el 180% de su producción. Por contra, comunidades como Madrid, Catalunya, la Comunitat Valenciana y Andalucía consumen significativamente más de lo que producen. Este modelo ha provocado tensiones en las regiones exportadoras, que demandan compensaciones económicas, como impuestos específicos o descuentos en la factura eléctrica, por su papel en el abastecimiento energético nacional.
Según los datos más recientes de Red Eléctrica Española, la Comunidad de Madrid produce un 4% de la energía que consume, y menos de la mitad mediante energías renovables. La escasa producción obliga a Madrid a depender significativamente de la energía generada en otras comunidades autónomas para satisfacer su demanda. Esta dependencia supone un problema en cuanto a la de seguridad de suministro y sostenibilidad, especialmente en un contexto donde la transición hacia fuentes de energía limpia es una prioridad a nivel estatal e internacional.
En este sentido y en comparación con otras regiones, Madrid presenta una de las densidades de potencia renovable instalada más bajas del país. La escasez de suelo disponible, sumada a la falta de normativas que favorezcan la instalación de infraestructuras energéticas sostenibles, ha resultado en un estancamiento del sector renovable.
Este hecho, además de tener un efecto evidente en la autosuficiencia de la región, también afecta el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad estatales, donde otras comunidades lideran la incorporación de energías renovables mientras Madrid sigue rezagada.
A pesar de estas altas cifras de consumo en relación con la generación de electricidad de la Comunidad, el Ejecutivo autonómico no muestra signos de tener la intención de reducir el gasto eléctrico en la comunidad. En este sentido, la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, llevó al Tribunal Constitucional el Decreto de Ahorro Energético que aprobó el Gobierno en 2022, con la intención de reducir el consumo energético, por actuar de “forma arbitraria, autoritaria y contra los comercios”.
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