En Kirchseeon, un pequeño pueblo alemán situado a unos 30 kilómetros de Múnich, el tráfico se volvió imparable. La calle principal, próxima a colegios e institutos, se había transformado en una vía en la que los conductores circulaban más rápido de lo permitido; lo que hizo que la comunidad tomara las riendas de la situación, antes de esperar a que las autoridades actuaran.
Tras llevar sus quejas al Ayuntamiento exigiendo una solución urgente a la imprudencia de los conductores, la respuesta no se hizo esperar. Ante la presión vecinal, se instaló un radar acompañado de un sistema de cámaras que vigilan en todas direcciones, con la esperanza de poner orden en el caos.
34.5000 infractores en un año y más de un millón de euros
En su primer mes, el radar captó a más de 4.000 conductores excediendo el límite de 50 km/h. En un año, el dispositivo se activó en torno a 34.500 ocasiones. La mayoría de los infractores superó el límite en apenas 10 km/h, aunque hubo casos extremos en los que algunos vehículos alcanzaron velocidades de más de 110 km/h.
El impacto económico de la medida fue innegable: en un año, se recaudó más de un millón de euros en multas. Esta suma de dinero se destina a renovar el colegio, darle un lavado de cara a la piscina climatizada y reforzar el servicio de bomberos con una nueva estación y camiones modernos. Esta iniciativa ha reavivado el debate entre quienes defienden la seguridad vial y aquellos que critican que el control de velocidad se convierta en una fuente de ingresos para el Ayuntamiento.
Casos similares en España
En España, ciertos radares han logrado cifras de sanciones que rivalizan con las de Kirchseeon. Si bien la DGT detectó recientemente a más de 1.100 conductores circulando en exceso de velocidad, hay algunos radares que trabajan más que otros. Es el caso del que se encuentra en el kilómetro 20,2 de la M-40 de Madrid, a la altura de Mercamadrid. En 2023, este dispositivo registró 118.149 multas, lo que equivale a una infracción cada cuatro minutos y medio. La elevada densidad de tráfico en esta vía de circunvalación, junto con un límite de velocidad de 80 km/h, ha convertido a este dispositivo en el que más sanciona en todo el país.
Otro punto con una actividad similar es la A-7 a su paso por Málaga. En el kilómetro 968,2, un radar fijo emitió 66.869 denuncias en un solo año, consolidándose como el segundo más sancionador. Este tramo, caracterizado por una alta afluencia de vehículos y un límite de velocidad específico, se ha convertido en un punto habitual de multas.
Vale la pena recordar que, en Alemania, el límite es de 50 km/h en ciudad y de 100 km/h en carretera —mientras que en autopistas se recomienda no superar los 130 km/h—, y que las multas son considerablemente más bajas que en España, según el simulador del ADAC, equivalente al RACE en España.