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Comienzan los movimientos internos en el PSOE para las listas electorales de 2019

Ángel Gabilondo en el mitin de cierre de campaña de 2015.

Irene Castro

El PSOE ha pasado página de la guerra interna en la que estuvo sumido hasta la recuperación del poder de Pedro Sánchez. Hasta cierto punto. El enfrentamiento total se ha disipado con la relegación de Susana Díaz y sus principales apoyos; pero las batallas se han ido sucediendo en los niveles provinciales y locales hasta que el partido quede completamente configurado con los nuevos poderes. Del ecosistema resultante depende en buena parte el reparto de los puestos electorales y los socialistas protagonizan ya movimientos internos enfocados a las listas de 2019.

El Comité Federal de este sábado aprueba el reglamento con el que funcionará el PSOE. Las nuevas normas regularizan el poder de Ferraz –“siempre lo ha tenido”, recuerda un veterano dirigente– y dan más capacidad a los afiliados en detrimento de los órganos de control intermedio.

La fórmula para elaborar las candidaturas electorales ha puesto el tema sobre la mesa de los poderes territoriales. El sistema no difiere mucho del tradicional, pero en las federaciones críticas admiten que da un mayor margen a Sánchez para impulsar a los suyos. “Podremos hacer llegar a las distintas asambleas los nombres que hay que impulsar”, reconoce un miembro de la Ejecutiva federal.

“Ellos tienen dos fórmulas: las plataformas de Pedro y el poder en la Comisión Federal de Listas”, ilustra un secretario de organización alejado de Ferraz. Considera que el sanchismo puede movilizarse en bloque a través de esos grupos que se articularon en las primarias –mientras que el susanismo está disuelto– y también modificar las propuestas que hagan las direcciones regionales. Ese dirigente territorial admite que los críticos tendrán dificultades en el proceso. “La desaparición de los congresillos dificulta que se pueda ejercer presión de negociación”, dice otra de las fuentes consultadas.

En territorios como Asturias, donde Sánchez se impuso al candidato del presidente, Javier Fernández, los perdedores asumen que tienen poco que hacer. No tanto en otras federaciones en las que los barones han resistido, como Javier Lambán, aunque no tienen todas consigo de poder hacer las listas a su gusto.

“La gente está muy nerviosa”, admite un diputado sobre sus compañeros de bancada en el Congreso. Es un comentario compartido por diversas fuentes consultadas, que reconocen que los socialistas se están recolocando de cara a los comicios municipales, autonómicos y europeos de 2019.

Gabilondo desmiente

La inquietud más evidente se palpa en Madrid, donde la incógnita sobre la candidatura al Ayuntamiento y la posibilidad de que Ángel Gabilondo cambie la candidatura a la comunidad por la de la capital dispara las especulaciones. El exministro ha dejado entrever su enfado tras la última noticia sobre su posible cambio de destino.

“Hubo reunión. No se me propuso eso y no quedamos en nada semejante”, dice Gabilondo en el WhatsApp enviado al grupo de diputados socialistas de la Asamblea de Madrid sobre la revelación de El Español de un encuentro con Pedro Sánchez en el que le sondeó para encabezar la lista al Ayuntamiento.

“El problema parece provenir de fuentes mal informadas, supongo. Prosigamos trabajando con serenidad. Hay muchas urgencias en la Comunidad”, sentencia Gabilondo. Dirigentes consultados creen que hay un mensaje entre líneas del portavoz en el sentido de que ven una insinuación de que hay quien quiere situarle como candidato a la alcaldía en contra de su deseo, que es repetir como cabeza de lista al Parlamento regional. Además, el hecho de que lo haya mandado a un grupo “con 37 personas que lo pueden filtrar” se percibe como un golpe en la mesa del exministro.

Algunos dirigentes madrileños consultados por eldiario.es apuntan a una operación del entorno del líder regional, José Manuel Franco, de colocar a Gabilondo en la capital para que el secretario general sea llamado a sucederle en la comunidad. Franco lo niega y recuerda que dio su palabra en la campaña de primarias de que no sería candidato.

Otras fuentes consultadas apuntan a que esa tesis la sostienen “quienes no quedaron contentos con el resultado del congreso” y a los que enmarcan en el entorno del anterior poder territorial del PSOE madrileño que encabezaba Sara Hernández. Consideran que hay movimientos de cara a la confección de las listas. “Hay gente que está inquieta porque su paraguas es Gabilondo y depende de dónde sea candidato tienen posibilidades o no”, reflexiona un diputado madrileño. Las rencillas de siempre de la federación madrileña se reavivan.

Los movimientos llegan al Parlamento Europeo. En la dirección socialista sorprendió que el exministro José Blanco protagonizara un desayuno informativo, en el que fue presentado por la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, en el que pasó página de su apoyo a Susana Díaz –fue uno de sus firmes defensores frente a Sánchez– y su respaldo al secretario general. Blanco llegó a vaticinar que el PSOE ganará las generales tras haber sido muy crítico con Sánchez precisamente por sus resultados electorales.

¿Una española crítica en un puesto relevante?

Fuentes socialistas ven en ese cambio de posición su aspiración por repetir en las listas a la Eurocámara. Blanco ya se quedó sin asiento en el Comité Federal después de que Sánchez rompiera con una norma no escrita de los congresos socialistas en la que los exsecretarios de organización tenían un puesto reservado.

Otra de las exdirigentes más alejadas de Sánchez, Elena Valenciano, también se enfrenta ahora a las consecuencias de la batalla en la que fue una de las principales impulsoras de la presidenta andaluza. Ferraz no respalda a la eurodiputada española como aspirante a presidir el grupo socialdemócrata en la Eurocámara, un puesto para el que tiene posibilidades, pero al que no se presentará sin el aval de la dirección del PSOE.

La justificación de la dirección para no respaldar su candidatura es que intentarán encontrar una posición común de todos los socialistas europeos antes de entrar en el debate de nombres. El PSOE, que puso como condición para apoyar al Gobierno en su propuesta para la vicepresidencia del Banco Central Europeo la elección de una mujer, cambia en este caso de criterio un puesto que solo han ostentado dos mujeres en más de 60 años.

“Nos interesa hacer piña común todo el socialismo europeo ¡ahí sí que nos estamos jugando la defensa del modelo europeo de democracia y Estado de bienestar! Y después vendrá el debate de los nombres”, ha dicho la número cuatro del PSOE, Carmen Calvo. Sin embargo, la percepción es distinta en otros sectores del PSOE: “Nombrarla presidenta del grupo a nivel europeo le da un peso que obliga a que repita en las listas y Ferraz no quiere”, lamenta un dirigente crítico con la Ejecutiva.

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