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Sánchez reivindica el orden de solidaridad de la vacuna “frente al del privilegio”

Irene Castro

23 de enero de 2021 12:19 h

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El PSOE pone hoy fecha para el 40º Congreso que celebrará a mediados de octubre con la vista puesta en que sea un espaldarazo para Pedro Sánchez cerca del ecuador de la legislatura, pero sobre todo que deje atrás la pandemia. El propio Sánchez ha asegurado que este año será el de la “vacunación y la recuperación” y se ha mostrado confiado en que España consiga “superar” el 70% población inmunizada en verano. El líder socialista ha aprovechado su intervención ante el Comité Federal del partido para reivindicar ese proceso puesto en marcha como un ejemplo de “solidaridad” frente al “privilegio” cuando se ha conocido un goteo de cargos públicos que se han saltado el protocolo.

Además, el acto celebrado de forma semipresencial en Barcelona ha supuesto el pistoletazo de salida de la campaña de las catalanas, que los socialistas confían en que se mantengan el 14 de febrero, y el presidente ha lanzado una advertencia al independentismo: “Es inútil que sigan intentando trucos: cuando ha llegado su hora se puede aplazar el cambio, pero no se puede impedir el cambio. Y el cambio se llama Salvador Illa”. También ha aprovechado para reivindicar al PSOE como la izquierda posibilista y ha enviado varios recados a Pablo Iglesias, entre ellos una puesta en valor del “verdadero” exilio ante sus palabras sobre la salida de Carles Puigdemont: “El sacrificio y la resistencia de ayer son la base de nuestra democracia de hoy”.

Ante el máximo órgano de los socialistas, Sánchez ha admitido que las cosas se podrían haber hecho “mejor” -con respuestas más “veloces” o mayor eficacia en las ayudas- ,pero ha reivindicado la labor del Ejecutivo durante la emergencia sanitaria así como la puesta en marcha de un “escudo social” para proteger a los ciudadanos. “Ningún Gobierno, de ningún color estaba preparado para la pandemia”, ha defendido el presidente, que ha asegurado que deja “enseñanzas” de las que aprende y reivindica, como “la fortaleza del estado de bienestar o la necesidad de unos recursos públicos consolidados”. En ese sentido, ha recordado que la respuesta en esta ocasión ha sido distinta a la de otras crisis: “Hemos roto con el marco de la austeridad”.

En todo caso, ha hecho un discurso basado en la “esperanza” que supone la vacuna frente a la COVID-19. “Debemos impulsarla con toda nuestra fuerza”, ha expresado el secretario general del PSOE, que ha asegurado que “simboliza progreso frente a superstición”, “ciencia frente a ignorancia” “servicio público frente a dinero”, “Europa frente a egoísmo nacionalista” y “esperanza frente a miedo”. En medio de esa enumeración, Sánchez ha señalado que supone, además, “el orden de solidaridad frente al orden de privilegio”.

Esas palabras se producían cuando la ministra de Defensa, Margarita Robles, había pedido explicaciones al Jefe del Estado Mayor, Miguel Ángel Villarroya, por haberse vacunado junto a altos cargos del ejército. Horas después de la intervención de Sánchez, el ministerio ha difundido la solicitud de cese del Jemad, que asegura que tiene la “conciencia tranquila” y que ha actuado de acuerdo a los “protocolos establecidos”. Por su parte, Interior ha cesado al Guardia Civil que se benefició de ese procedimiento. Un día antes, el PSOE había reclamado la dimisión a sus cargos públicos que se saltaran en orden de vacunación, como ha ocurrido con un puñado de ediles. La organización les ha suspendido cautelarmente de militancia, pero les pide que vayan un paso más allá renunciado a su puesto público.

“El cambio se llama Salvador Illa”

Los socialistas han elegido Barcelona para la celebración de ese cónclave a las puertas de las elecciones catalanas y Sánchez ha aprovechado para ensalzar la “generosidad” de Miquel Iceta por apartarse y dejar paso a Salvador Illa al considerar que tiene más posibilidades de llegar a la Generalitat. “Quien tenía derecho a ser candidato renunció a serlo y quien no aspiraba ello lo aceptó sin ambicionarlo. Eso se llama generosidad”, ha alabado. “Illa es el hombre que Catalunya necesita”, ha expresado Sánchez, que ha lanzado varios dardos a los independentistas al asegurar que la pretensión del todavía ministro de Sanidad es “servir a los catalanes y no servirse de los catalanes”. 

Sánchez se ha referido con nitidez al intento por ahora fallido del Govern de retrasar las elecciones al 30 de mayo. “Se ha discutido mucho de fechas, son lo de menos, lo importante es el respeto a las reglas democráticas”, ha dicho el presidente después de que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya haya suspendido el aplazamiento: “Es inútil que sigan intentando trucos: cuando ha llegado su hora se puede aplazar el cambio, pero no se puede impedir el cambio. Y el cambio se llama Salvador Illa”. El presidente ha defendido que ese cambio se debe producir “cuanto antes” para dejar atrás “un ciclo estéril” y una “década fracasada”.

Sánchez, que ha presumido los independentistas observan con “temor el factor Illa” y ha acusado a la “derecha” de “haberse escondido” tras ellos para intentar el retraso electoral, se ha deshecho en halagos para el candidato del PSC: “Es un hombre sensato, trabajador, inteligente y sobre todo un hombre bueno”.

También la intervención del líder del PSC, Miquel Iceta, ha sido en abierto y ha aprovechado para apostar por la gestión de Illa frente a un “Gobierno dividido y sin rumbo”. “El próximo 14 de febrero la elección es clara: o president Illa o más decadencia, más incompetencia y más de lo mismo. Salvador, no solo es compañero y amigo, que sería más que suficiente, es el presidente que quiero para Catalunya, es el presidente que Catalunya merece, el president que Catalunya necesita -ha afirmado Iceta-. Tendremos una oportunidad única para recuperar el tiempo perdido para tener un país mejor, una Catalunya de primera, para hacer bien lo que hemos hecho mal”. “Siempre hemos querido una Catalunya de primera y con Illa la tendremos. Ahora nos conviene a todos Salvador Illa”, ha zanjado Iceta.

Illa ha confirmado que en los próximos días se centrará “al 101%” en la campaña -abandonará el ministerio cuando arranque formalmente- y ha apelado por la unidad frente a la división en Catalunya: “No pienso perder ni un minuto en reproches sobre lo que ocurrió, voy a dedicar todo mi tiempo a lo que podemos hacer los catalanes unidos”. El aspirante del PSC ha apostado por intentar seducir al electorado que los socialistas han perdido en los últimos años y también al que nunca les ha votado y se ha situado como “el candidato de toda la gente que quiere pasar página y que quiere avanzar”. “No pienso ajustar cuentas con nadie, creo en una Catalunya sin revanchas”, ha expresado.

“La última ha sido una década en balde, perdida y todos hemos salido perdiendo. Nadie debe sentirse orgulloso de lo que ha sucedido. La solución no vendrá de una parte arrollando a la otra sino de un sentimiento superador, reparador, que venga de lo más profundo de nosotros mismos. La división nos ha debilitado, en cambio, la unión nos hará fuertes frente al miedo, la decadencia y la incertidumbre que ha traído el virus”, ha zanjado Illa.

A puerta cerrada, han intervenido los secretarios generales autonómicos y ha habido un cierre de filas generalizado en torno a la dirección. La intervención más esperada era la de Susana Díaz después de que Ferraz señalara en un comunicado que el Comité Federal establecería que los congresos regionales deben estar culminados antes de acabar 2021 y advirtiera de que en esos procesos “aboga por reforzar mucho la tarea del partido y, por extensión, reforzar y renovar en algunos casos los liderazgos autonómicos para hacer al PSOE competitivo en todos los territorios”. Las distintas facciones del PSOE-A interpretaron el comunicado como una advertencia a la expresidenta andaluza, que está determinada a dar la batalla por seguir al frente. En las filas socialistas se interpreta, además, que la 'operación Illa' le ha señalado de nuevo la puerta de salida.

A pesar de que Díaz no ha hecho una ilusión expresa a la batalla interna, en el Comité Federal han intervenido el que fue portavoz en el Parlamento regional y ahora alejado de Díaz, Mario Jiménez, que ha pedido mayor presencia del Gobierno en Andalucía, y el alcalde de Cártama, Jorge Gallardo, ha apuntado a la dirección federal para la recuperación de la “ilusión” del partido en la región.

Sánchez enarbola la bandera del “verdadero exilio” después de que Iglesias lo comparara con la salida de Puigdemont

El discurso de Sánchez, que se ha prolongado durante más de una hora, le ha servido para reivindicar el trabajo de los socialistas durante la gestión de la pandemia -especialmente desde el Gobierno y los ejecutivos regionales, pero también en la oposición- y marcar el rumbo para la “recuperación” que tendrá España este año y que, según ha explicado, será una de las “líneas maestras” que el PSOE tendrá que abordar en el 40º Congreso de octubre así como sentar las bases de la transformación del país.

En un momento en el que los roces en el seno de la coalición se han multiplicado y provocan cada vez más malestar en las filas socialistas los ataques de Unidas Podemos, Sánchez ha reivindicado a la formación que lidera. “Hace más de un siglo que comprendimos que la barricada no es un camino”, ha expresado antes de proseguir: “Somos la izquierda que nunca abandona el camino de la política y la persuasión, por muy lento y difícil que sea ese camino, para transitar otros caminos que nunca llevan al paraíso prometido”. Ahí se ha referido a “paraísos posibles que nadie regala y se pagan con impuestos” como la sanidad, la educación o sueldos y pensiones que alejen de la “indigencia” que obligan a que las “cuentas deben cuadrar”.

“Somos la izquierda que no se rinde cuando las cosas no son exactamente como soñamos, la izquierda que insiste y persiste en los sueños sin dejar de avanzar en la realidad -ha agregado-. Somos la izquierda que apuesta por la unidad de la izquierda”. Tras varias enumeraciones en esa línea, Sánchez ha recordado que el último congreso de los socialistas -en el que se impuso a Susana Díaz- fue “el de la militancia” y ha terminado con el lema que enarboló entonces: “Somos la izquierda”. “Todos sabemos lo que significa”, ha animado a los suyos.

Pero la principal pulla que ha enviado a líder de Podemos, Pablo Iglesias, a quien no ha citado expresamente, ha sido a propósito de su comparación del exilio de la guerra civil con la salida de Carles Puigdemont de España. Lo ha hecho nada más empezar su intervención al referirse al camino que transitaron miles de personas, entre ellos el presidente de la República, Manuel Azaña, el presidente del Gobierno, Juan Negrín, el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, y el lehendakari José Antonio Aguirre: “Se iban porque había caído Catalunya en manos de la tiranía. Se iban porque defendían la ley. Se iban porque temían por su vida”.

“El sacrificio del exilio y de la resistencia de ayer son la base de nuestra democracia de hoy -ha expresado Sánchez-. Tenemos una deuda con aquellas gentes”. El presidente ha asegurado que ello supone “honrar su memoria” pero sobre todo “cumplir y defender el estado de derecho y las leyes democráticas, es decir, la Constitución”. Y ahí también ha reivindicado al PSOE como un partido que ha sobrevivido “al verdadero exilio por defender la legalidad democrática y por combatir una dictadura tan ilegítima como despótica”.