Sumar negocia la reestructuración del grupo parlamentario tras la salida de Errejón
Sumar trabaja en la reestructuración del grupo parlamentario tras la salida de su portavoz Íñigo Errejón envuelto en un escándalo por las denuncias de acoso y agresión sexual contra él que han aparecido en los últimas semanas. La coalición se ha dado unos días para elegir a la persona que ocupará ese cargo a partir de ahora y también para un nuevo reparto de los puestos en las comisiones.
La sustitución de Errejón no será una medida quirúrgica como ocurrió tras la salida de Marta Lois. Aquel relevo se efectuó de manera orgánica, porque la marcha de la dirigente tenía una fecha clara: el inicio de la campaña electoral de las gallegas. Varios días antes Yolanda Díaz ya había decidido poner al entonces diputado al frente del grupo parlamentario.
También entonces, la elección del portavoz fue fruto de la decisión de la vicepresidenta segunda. No hubo un debate dentro del grupo parlamentario con varios candidatos sobre la mesa, sino más bien, una instancia de ratificación. Buena parte de los partidos, no obstante, se decantaban por el exlíder de Más País y Más Madrid.
Esta vez parece más difícil que la elección de una nueva portavoz (todas las fuerzas coinciden en su deseo de que sea una mujer) pueda darse de manera vertical. Si bien el acuerdo de coalición contempla que Movimiento Sumar cuenta con la prerrogativa de elegir al portavoz principal del grupo, los problemas internos tras el 23J han debilitado la posición hegemónica del partido de la vicepresidenta segunda.
Es por eso que este lunes, poco antes de la reunión del grupo parlamentario, Izquierda Unida consideró que no se daban las condiciones para elegir ese día a la persona para sustituir a Errejón. “Antes de hablar de la portavocía, hablemos del método, de una reorganización del grupo parlamentario”, dijo su coordinador general, Antonio Maíllo, en paralelo a la reunión que en aquel momento celebraban los secretarios de Organización de los diferentes partidos que forman la coalición.
Desde que asumiera el liderazgo de IU, Maíllo ha apostado por dotar a Sumar de mecanismos democráticos de decisión, tras las repetidas quejas sobre un funcionamiento basado “hiperliderazgos”. “Desde que tomamos posesión la nueva dirección de IU, planteamos que Sumar como paraguas se había superado, que era necesaria otra reorganización, y habíamos pedido una reorganización del grupo, donde tomemos decisiones de manera democrática y consensuada y eso no se ha hecho”, dijo.
IU fue uno de los principales perjudicados en el reparto de las tareas parlamentarias que hizo Sumar en el inicio de la legislatura. Entonces todavía estaba Podemos en el grupo parlamentario y el núcleo dirigente repartió portavocías adjuntas entre los comuns, Compromís y una rotatorio entre Més y CHA. Las fuerzas de carácter estatal, IU además de Podemos, se quedaron sin firma.
Con la llegada de Errejón, IU negoció para conseguir que Enrique Santiago fuese portavoz sustituto. Un cargo de poca relevancia pública pero que permitía a la federación impulsar iniciativas legislativas sin la necesidad de que fueran rubricadas por el portavoz principal.
Ahora IU quiere que todo este proceso se haga de manera más democrática y que la reestructuración afecte además al resto de cargos del grupo parlamentario. Esto es, a los portavoces en las comisiones que tienen asignados los partidos. Hay cambios que Sumar debe hacer por fuerza. Errejón era portavoz titular en la comisión constitucional y también vocal en la diputación permanente (el órgano que rige el Congreso en periodos extraordinarios), así como miembro de la comisión de gastos reservados. Su sustituta en el escaño, Alda Recas, de Más Madrid, tiene un extenso currículum como enfermera y activista sanitaria, por lo que sus tareas parlamentarias seguramente vayan dedicadas a comisiones que tengan más que ver con la sanidad o los derechos sociales.
Fuentes del grupo reconocían esta semana que esa negociación iba a requerir un poco más de tiempo del previsto inicialmente ante las peticiones de varios grupos, no solo de IU, de establecer un mecanismo más democrático de decisión. La semana que viene no hay pleno, aunque seguramente sí haya junta de portavoces, a la que acudirá, si no hay elección previa, Txema Guijarro, como portavoz sustituto y secretario general del grupo. Ya lo hizo esta semana en la primera rueda de prensa sin Errejón.
Movimiento Sumar debatirá posponer la asamblea a 2025
Otra de las cuestiones que está sobre la mesa es la recomposición de Movimiento Sumar tras la salida de Errejón, que estaba al frente de la secretaría de Análisis Político y Discurso en la ejecutiva y tenía el encargo de elaborar la ponencia política de ese congreso. Guijarro avanzó el martes pasado que había un debate sobre posponer a 2025 el congreso, programado inicialmente para el 14 y el 15 de diciembre. Una idea que fuentes de la dirección sostienen que ya manejaban antes de la dimisión de Errejón y que tendrá que debatirse en el Grupo Coordinador que está previsto para el 9 de noviembre.
No obstante, parece bastante claro, según trasladan varios miembros de esa dirección ampliada, que esa asamblea quedará finalmente pospuesta. La formación que fundó Yolanda Díaz tendrá más tiempo así no solo para la redacción de ese documento político –cuyos trabajos ya había iniciado Errejón– sino para el debate sobre el despliegue orgánico que quiere desarrollar en los territorios.
En esa cita Movimiento Sumar actualizará también su documento orgánico para adaptarlo a la nueva realidad de la formación tras las elecciones europeas. En la asamblea fundacional de marzo salió un esquema de funcionamiento mixto en el que el proyecto de Yolanda Díaz era una estructura híbrida que incorporaba a militancia propia y al mismo tiempo a los partidos. Su dirección reservaba un 30% a dirigentes de las formaciones políticas que componen en este momento la coalición.
Esa tesis, no obstante, quedó enterrada tras los problemas internos a raíz de las negociaciones para las listas de las europeas. Después del 9 de junio, Yolanda Díaz renunció al liderazgo orgánico y se impuso la tesis de que Movimiento Sumar debía ser un partido más dentro de la coalición de partidos. El próximo congreso busca aterrizar eso en un nuevo documento para la nueva etapa de la izquierda.
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