¿Cómo llegó un templo egipcio al corazón de Madrid? La historia detrás del Templo de Debod

Templo de Debod en 1971, durante su reconstrucción

Raquel Sáez

26 de febrero de 2025 12:55 h

1

El Templo de Debod no se cubrirá y tampoco se protegerá con algún elemento adicional, al menos de momento. Es la decisión del Ayuntamiento de Madrid, que ha concluido que el monumento se encuentra “en un buen estado de conservación”, aunque el consistorio ha admitido que “hay problemas apreciados por la naturaleza e historia”. La decisión ha generado un intenso debate entre vecinos, especialistas y los grupos de la oposición, que se remiten al acuerdo aprobado en 2020, en que se instaba a adoptar medidas urgentes para la conservación de este emblema. 

Pero, ¿cómo llegó un templo egipcio hasta Madrid y qué significó su envío a España, allá por los años 60? El edificio fue donado a nuestro país en 1968, en agradecimiento por la ayuda prestada durante la Campaña Nubia, una movilización internacional sin precedentes que contó con la participación de más de 50 países para salvar más de 20 grandes templos.

Todo se remonta a 1954, cuando se tomó la decisión de construir la gran represa de Asuán, que implicaba la creación de un inmenso lago artificial cubriendo el valle del Alto Nilo, desde Asuán (Egipto) hasta las cataratas de Dal (Sudán), una región de una enorme riqueza cultural, conocida desde la antigüedad bajo el nombre de Nubia, recuerda la Unesco. 

Para salvaguardar los monumentos y los sitios amenazados por el agua, los gobiernos egipcio y sudanés pidieron ayuda a la Unesco en 1959. Y se inició un movimiento internacional en el que se rescataron millares de objetos y se conservaron templos como los de Abu Simbel y de Philae, que fueron desplazados a puntos más elevados. 

Un periplo para llegar a España

España contribuyó a esa campaña y en 1946 solicitó formalmente el templo de Debod a título de donación por los servicios prestados. Este fue uno de los templos designados por el gobierno egipcio para ser entregados a los países con mayor contribución.

Sin embargo, el periplo de este emblema madrileño todavía no había terminado. Desde 1960, sus piedras yacían en la isla de Elefantina, frente a Asuán. Hasta allí se dirigió en 1969 un equipo español encabezado por Martín Almagro Basch para hacerse cargo de la entrega, embalaje y transporte del templo a España, según explican desde el Ayuntamiento de Madrid. El monumento llegó primero a Valencia y luego a Madrid, donde se inició su reconstrucción. 

No fue hasta el 20 de julio de 1972 cuando se inauguró oficialmente. Actualmente, se ubica en el Parque del Cuartel de la Montaña, cerca de la Plaza de España de la capital. El monumento sigue como el primer día: a la intemperie y sin una cobertura que garantice una mejor conservación de su estructura, según critican algunos especialistas y divulgadores científicos como El Barroquista, que recuerdan que España se comprometió en su día a que no sería expuesto al aire libre “bajo ninguna circunstancia”. 

La decisión del Ayuntamiento de Madrid de no cubrirlo y mantener los ajustes habituales para su mantenimiento ha vuelto a poner el foco en el debate abierto sobre la conservación de esta joya egipcia, que llegó a Madrid hace más de 50 años y que se ha convertido en un emblema de la capital. 

Etiquetas
stats