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La tecnología como aliada para prevenir y extinguir incendios forestales

Varios países de la UE envían aviones antiincendios a Portugal, que pide también bomberos

José Antonio Luna

Catástrofes medioambientales como la de Portugal, donde las llamas han acabado con la vida de más de medio centenar de personas, reflejan la necesidad de avanzar en técnicas de prevención y extinción de incendios. Como informa el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, el número de siniestros durante 2016 en España ascendió a 8.817. Además, 22 casos fueron Grandes Incendios Forestales (GIF), categoría que incluye aquellos desastres que superan las 500 hectáreas afectadas. Aunque según el documento del Ministerio ardió un 32% menos de superficie comparado con la última década, la tendencia se mantiene.

Las brigadas de labores preventivas cuentan con aviones anfibios o helicópteros bombarderos capaces de transportar hasta 5.000 litros de agua, según el Ministerio. No obstante, a pesar de que el número de dispositivos desplegados parece suficiente, para el Fondo Mundial para la Naturaleza de España el problema es otro. Según explican a eldiario.es, “el 80% de la inversión en la lucha contra el fuego va a la extinción, frente al 20% de materia preventiva. Nosotros creemos que el problema de fondo está relacionado con el estado de la masa forestal en sí, no con la lentitud de la respuesta de los servicios”.

Como comentó a eldiario.es Antonio Duarte Carbalho, coordinador en la investigación fuegos en Portugal, lo sucedido no es tanto por un problema de medios como la falta de un planteamiento adecuado de actuación. Por ello, los avances de tecnología son esenciales para avanzar en materia, no solo de extinción, sino también de prevención.

La prevención de incendios pasa por analizar el terreno

A pesar de todos los avances tecnológicos para alertar sobre el peligro de otros desastres naturales, el fuego continúa siendo difícil de predecir. Según explica a eldiario.es Daniel Martínez, uno de los creadores de Pyrosat, un nuevo software que ayuda a detectar incendios, “en la actualidad, los métodos para predecir incendios no están al nivel de otros como el de los tifones. Para ello, hay que tener en cuenta muchos factores, como tormentas, el viento o la calidad del suelo”.

Martínez y Alejandro Fernández, ambos estudiantes de ingeniería en la Universidad Politécnica de Valencia, presentan este domingo en EEUU un nuevo sistema capaz de elaborar mapas para localizar aquellas zonas con más peligro de ignición. “Con Pyrowarn creamos mapas de riesgo para detectar dónde es más probable que aparezca un incendio. Para ello, capta datos de la geometría y de la vegetación que hay, como las hojas y las ramas que han caído al suelo”, añaden.

Los creadores de este programa explican que existen dos tipos de fuegos: aéreos y superficiales. Mientras que los primeros se originan en las copas de los árboles y son más difíciles de predecir, los segundos son provocados por la vegetación del suelo. No obstante, como apuntan, lo normal es que un fuego comience siendo superficial y luego pase a ser aéreo, de ahí la importancia de estudiar el terreno.

Para el Fondo Mundial para la Naturaleza de España, esta tecnología podría ayudar a detectar paisajes altamente inflamables. “El primer paso es identificar zonas de alto riesgo. Se tiene que incluir la peligrosidad en base a la vulnerabilidad, la vegetación o el tipo de masa del terreno. Esto es fundamental a la hora de priorizar inversiones”, explica la organización.

De hecho, las comunidades autónomas tienen la obligación de identificar los puntos de mayor peligro, pero esto no siempre se realiza de forma adecuada. Como señala WWF España, “la Comunidad Valenciana no tenía las zonas correctamente identificadas. Todo el territorio estaba marcado como perímetro de riesgo y esto no vale para elaborar un plan preventivo”.

WWF recoge en un documento de 2016 que el 96% de los incendios responden a factores humanos y únicamente el 4% son causados, como ocurrió en Portugal, de forma natural.

Aun así, el peligro de fuego todavía sigue estando sujeto a hechos provocados por la naturaleza, los cuales son arbitrarios y difíciles de predecir. Es imposible saber con exactitud dónde va a caer un rayo. Por tanto, ¿cómo se podría haber evitado lo sucedido en Portugal?

“Se pueden hacer predicciones sobre los próximos rayos dentro de 6 horas y marcar los puntos más débiles de una zona. A partir de esto, podríamos calcular la duración que tendría que tener un rayo para que se produzca o no un incendio”, señala Martínez. Así, aunque no se pueden predecir ciertos fenómenos, con este mapa sí que podría rastrearse la zona con más riesgo para alertar a los servicios de emergencia del posible peligro.

Cuando ya existe fuego, ¿qué puede hacer la tecnología?

Otro de los aspectos a tener en cuenta es la velocidad de propagación y la altitud de las llamas. “La altura de las llamas determina la peligrosidad para los bomberos en las tareas de extinción, por lo que donde haya una gran altura será desaconsejable ir”, comenta el creador de Pyrowarn apoyándose en los mapas que puede generar su software.

Como explican desde WWF España, “ya existe un dispositivo eficaz donde la mayoría de incendios se eliminan en fase de conato”. Según afirman, la raíz del problema sería entonces el abandono del monte y la gestión del mismo. A pesar de ello, la organización también agradece los avances tecnológicos en materia de extinción.

Hidro-drones

Un ejemplo de ello podría ser Drone Hopper, un dispositivo aéreo no tripulado capaz de almacenar hasta 300 litros de agua para la extinción de incendios. “No compite con el hidroavión, sino que es una ayuda complementaria para actividades como proteger una cuadrilla u operaciones nocturnas”, expresa a eldiario.es Pablo Flores, el fundador de la empresa.

Para facilitar estas tareas, el dispositivo cuenta con cámaras y sensores térmicos que pueden ayudar a detectar el foco del incendio cuando las condiciones climatológicas no son las más adecuadas. Además, según Flores, la tecnología ya podría permitir que un solo piloto maneje un enjambre de drones que se coordinen de forma autónoma para ciertas maniobras, como marcar una ruta o recoger agua de un punto concreto.

El problema es que, aunque la Agencia Estatal de Seguridad Aérea recoge algunos parámetros, la regulación sobre aeronaves pilotadas por control remoto no es del todo clara y no se precisa qué está permitido en situaciones de emergencia. Por ello, la Unión Europea ha dado los primeros pasos hacia un marco de regulación común que se espera que entre en vigor a partir de 2019.

Tragedias como las de incendio de Portugal también sirven para reflexionar sobre el sistema de prevención vigente. Así, junto a otras medidas para luchar contra el abandono y gestionar el estado de los montes, la tecnología resulta fundamental para evitar que en un futuro vuelvan a ocurrir catástrofes como la que el año pasado acabó con parte de la isla de Palma.

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