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Tecnología radiofónica contra Al-Assad e ISIS

En la sede de la ONG berlinesa Media in Cooperation and Transition (MiCT) se organiza una programación de radio con la ayuda de una decena de emisoras independientes sirias que cuenta con un original aliado tecnológico. A saber, un micro-transmisor ideal para las zonas de conflicto, el Pocket FM. Se trata de una herramienta óptima para la comunicación de masas desarrollada por esta ONG y la compañía IXDS. El Pocket FM casi cabe en la palma de una mano, sólo precisa de doce voltios de potencia eléctrica para poder funcionar y, junto a una pequeña antena y una señal de audio, puede cubrir un radio de cinco a seis kilómetros. En Siria sirve a la difusión de información veraz, otra de las muchas víctimas de guerras como las que se libran actualmente en Oriente Medio.

En una esquina de la sala donde los fundadores de MiCT Anja Wollenberg y Klaas Glenewinkel, junto a Majid Al-Bunni, uno de sus colaboradores especializado en Siria, reciben a eldiario.es hay uno de esos micro-transmisores. Junto a el aparato hay una antena y una batería. El Pocket FM es el objeto más pequeño del conjunto. Pero lo realmente interesante de este transmisor cuyo aspecto podría recordar a la Play Station 4 no es su tamaño, sino lo que hay dentro de él. “Lo especial de este transmisor es que hay una computadora dentro” porque “normalmente un transmisor de radio FM no tiene un ordenador dentro, y la computadora que hay aquí controla este transmisor”, dice Klaas Glenewinkel. El ordenador miniaturizado, un Raspberry Pi, ofrece dentro del Pocket FM un amplio abanico de posibilidades para la difusión de radio en zonas de conflicto.

Precisamente ésto es lo que hace MiCT en Siria desde 2013 en colaboración con una red de emisoras independientes que lleva por nombre Syrian Radio Network (Syrnet). Ésta se identifican con la oposición al régimen de Bashar Al-Assad y a grupos terroristas como el Estado Islámico (EI) o el Frente Al-Nusra. La radio, en el conflicto sirio, juega un papel muy relevante. Porque es la principal fuente de información de hasta un 45% de la población afectada por esa guerra, según datos de MiCT. Según los informes baraja esta ONG, la televisión es el medio de comunicación favorito de los sirios. Internet ocupa una discreta posición en términos de consumo mediático, algo que se explica por las restricciones tecnológicas que impone el alto nivel de destrucción registrado en el país desde que estallara la guerra en 2011.

De ahí que en MiCT hayan puesto buena parte de sus esfuerzos en la creación del Pocket FM, un micro-transmisor muy especial. “Gracias al mini-ordenador podemos imaginar todo tipo de ideas de control del transmisor, por ejemplo, tomar los programas de radio de una nube en Internet, o de un navegador de Internet, o podemos decirle al aparato que nos envíe un SMS para decirnos si está emitiendo correctamente”, apunta Glenewinkel. Ese abanico de posibilidades son cruciales en países conflictivos como Siria, donde “hay zonas que están controladas un día por una determinada milicia, otro día, por ejemplo, por el Gobierno de Bashar Al-Assad y otro día por el Ejército Libre Sirio”, recuerda Wollenberg.

La idea de crear un micro-transmisor como el Pocket FM surgió en MiCT, ONG que lleva diez años trabajando en la promoción de la comunicación de masas en zonas de conflicto, tras constatar los problemas que planteaban las voluminosas torres de transmisión tradicionales. Después de introducir varias en el país y de haberlas puesto en marcha, esta logística evidenció no pocas desventajas. Si bien es cierto que con ellas se pueden cubrir radios de hasta 50 y 60 kilómetros, resultan muy problemáticas. “Construir el Pocket FM fue algo que surgió por las dificultades de los grandes transmisores FM tradicionales, porque son caros, hay que construirlos, transportarlos y hace falta alguien para mantenerla, haciendo comprobaciones cada tres días”, señala Wollenberg, que no olvida que esa logística pone en peligro a los colaboradores sobre el terreno que tiene la ONG en el país. Esas comprobaciones son “algo que queremos reducir al máximo, porque las torres de transmisión son en teoría un objetivo militar”, agrega.

Por eso precisamente una de las cinco torres de transmisión de que dispone MiCT en Siria pasó meses escondida después de que la región en la que se encontraba transmitiendo los programas de Syrnet pasara a manos del EI. “Nuestro colaborador allí la desmontó y la escondió con mucho ingenio para, después de un año más o menos, cuando no había más riesgos, volver a utilizarla”, cuenta Majid Al-Bunni. Los Pocket FM evitan este tipo de situaciones, porque “son prácticamente invisibles para los radares y pueden abarcar una parte decente de una ciudad”, según Wollenberg. A la hora de encontrarles una ubicación, los colaboradores de MiCT en Siria indican cuál es el mejor lugar, no sólo de cara a la difusión de las ondas de radio, sino también a nivel de seguridad. “Los aparatos tienen que estar como mínimo a una distancia de 500 metros de zonas civiles y si se ubica en un edificio, éste tiene que estar vacío”, explica Al-Bunni.

En territorio turco MiCT tiene los contactos necesarios para hacer llegar secretamente este material a Siria, donde ya hay funcionando una veintena de ellos. En la ONG berlinesa no temen realmente que sus nuevos aparatos puedan ser recuperados por los bandos que ven con malos ojos las actividades periodísticas de Syrnet. “Este micro-transmisor es un como un iPhone, ofrece todo tipo de posibilidades, algo muy importante en términos de seguridad”, subraya Glenewinkel. “Por eso tiene un GPS y, por ejemplo, un código PIN”, así “si cae en malas manos, no puede ser utilizado”, agrega. Además, el Pocket FM puede ser manejado totalmente por control remoto desde Berlín, pudiendo encenderse o apagarse e incluso cambiar la frecuencia en la que emite. Éste último aspecto es de vital importancia en un escenario de guerra con constantes cambios en el control del territorio. “En algunas zonas tienes que cambiar constantemente la frecuencia porque tal vez tienes que encontrar frecuencias nuevas, ya que puede haber interferencias emitidas por el Gobierno o lo que sea”, concluye Glenewinkel.