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La ultraderecha española y el Kremlin calcan estrategias para intoxicar el 9J

No es que la UE sospeche que Rusia intentará interferir en las próximas elecciones europeas del 9 de junio. Es que lleva años documentando las tácticas del Kremlin para enturbiar el debate público europeo en su beneficio, con los comicios al Parlamento Europeo marcados en rojo en su calendario. Ataques que se caracterizan por ser siempre soterrados, mediante tapaderas, identidades falsas y webs que aparentan ser lo que no son.

“Las autoridades rusas están interesadas en las elecciones al Parlamento Europeo, aunque rara vez las mencionan específicamente”, refleja la East Stratcom Task Force, la unidad especial del servicio diplomático de la UE especializada en detectar y analizar la desinformación rusa. “Sin embargo, Moscú no quiere dar la impresión pública de que presta especial interés a la dinámica política europea, ya que esto daría una credibilidad no deseada al sistema de la UE”, añade.

La East Stratcom Task Force se formó en 2016 ante la constatación de que el movimiento del Kremlin sobre Europa iba más allá de la ocupación de la península ucraniana de Crimea o el apoyo a la sublevación del Dombás, incluyendo campañas de propaganda soterrada sobre el resto del continente. Desde entonces analiza las narrativas que se crean, amplifican o apoyan desde Rusia para influir en la política europea.

La unidad está publicando una serie de informes de cara al 9J y uno de ellos se centra en los pseudomedios, un método de intoxicación y violencia política que se ha colocado en el centro del debate en España este 2024 por su generalización entre la ultraderecha. Sin embargo, es una táctica que los profesionales de la manipulación rusos llevan años utilizando a través de trols mercenarios.

La más famosa de esas factorías es la que dirigió Yevgueni Prigozhin, el que fuera líder del grupo Wagner hasta su rebelión contra Putin y posterior muerte en 2023. “Señores, hemos interferido, interferimos e interferiremos. Cuidadosamente, con precisión, quirúrgicamente y a nuestra manera, como sabemos hacerlo. En nuestras operaciones milimétricas, extirparemos los dos riñones y el hígado a la vez”, respondió cuando le preguntaron sobre su ejército de Internet.

“Al hacerse pasar por medios de comunicación, los manipuladores pro-Kremlin explotan la funcionalidad de la sociedad abierta: sus debates abiertos y circuitos de retroalimentación donde los medios libres transmiten información”, destaca la East Stratcom Task Force. Su misión, no obstante, no es informar sino “socavar, denigrar, ridiculizar y difamar el sistema europeo y fomentar la desconfianza en las sociedades europeas”.

Como ocurre con los pseudomedios que difunden narrativas concebidas por la ultraderecha española, se trata de webs que se hacen pasar por medios de comunicación legítimos, cuentan con una cabecera propia y publican noticias sobre diferentes ámbitos. También comparten un asombroso parecido en su línea de publicaciones, centradas en promover el autoritarismo, la idea de que el sistema está a punto de colapsar, las narrativas anticiencia (terraplanistas, antivacunas, chemtrails, negacionistas del cambio climático, etc.) y contra la inmigración o los derechos LGTBI.

Dentro de estas temáticas, la táctica de “técnica nº1” de los pseudomedios de desinformación rusa es “atacar a los líderes”, especifica la unidad de la UE. Un afán en el que los mercenarios del Kremlin y la ultraderecha pueden llegar a copiarse los discursos más inverosímiles, como acusar a las esposas de los presidentes de ser personas trans.

La esposa “trans” de Macron

La East Stratcom Task Force recoge como ejemplo los ataques por parte de medios de desinformación rusa al presidente de Francia Emmanuel Macron después de que este afirmara en marzo que la UE no podía permitir que Putin ganara la guerra contra Ucrania. “Aparecieron muchas historias descabelladas que sugerían que su esposa Brigitte Macron es una ”trans pervertida“, nació hombre, está falsificando su identidad, etc.”, explica.

En España, la ultraderecha ha utilizado exactamente la misma narrativa contra la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez. El bulo llevaba tiempo circulando por canales conspiranoicos de Telegram cuando fue difundido por la agitadora ultra Pilar Baselga. Como son comunidades muy poco interconectadas, los agitadores tienen pocos reparos a la hora de replicar una narrativa que está siendo utilizada en ese mismo instante con otro presidente de la UE o incluso de EEUU.

“Durante años, los chiflados y los trols han calumniado Michelle Obama, esposa del ex presidente estadounidense Barack Obama, como biológicamente masculina”, recuerda la unidad europea contra la desinformación rusa. Detrás de estas ficciones los expertos europeos ven la unión del hecho de que “el liderazgo ruso idolatra la masculinidad virulenta” y por ello sus ataques buscan “vilipendiar a tus adversarios como de alguna manera poco varoniles y sexualmente pervertidos”.

También un interés por conectar sus discursos con los de la extrema derecha europea. “Hay una extraña fascinación, casi una obsesión, en los ataques personales para difamar a los líderes usando o haciendo referencia al sexo o la orientación sexual. La retórica extremista está llena de odio hacia las personas LGBTIQ+, un hecho particularmente cierto en el caso de la desinformación pro-Kremlin que tiende a complacer a los extremistas de derecha”, destaca.

En este sentido, la East Stratcom Task Force recoge una corriente de esta misma tendencia que ha afectado específicamente a España: “En Europa, figuras extremistas han tratado de dar a entender que el actual primer ministro español, Pedro Sánchez, está de alguna manera relacionado con la prostitución gay”.

La lavadora de desinformación

Los pseudomedios, tanto los que se utilizan como munición para la extrema derecha española como los promovidos desde Rusia, suelen tener una vida corta y dirigirse a pequeñas audiencias. Su misión no es distribuir desinformación a gran escala sino infectar a grupos mucho más reducidos “cuidadosamente, con precisión, quirúrgicamente”, como dijo Prigozhin. Luego serán ellos los que vayan haciendo la bola más grande, llegando incluso a introducirla en medios convencionales.

En abril el servicio de acción exterior europeo, en colaboración con autoridades españolas y Microsoft, sacaron a la luz una red de 23 pseudomedios operados directamente desde Rusia para influir tanto en Europa como en su territorio. La denominaron “Operación False Façade” y tiene el mismo objetivo: inocular desinformación que poco a poco pasa por una “lavadora” que la hace parecer legítima.

“Imitan a entidades mediáticas occidentales”, detalla el informe publicado sobre estas webs. “Traducen contenidos de medios rusos controlados por el Estado a lenguas de la UE o reempaquetan información de varias cuentas en plataformas como YouTube, Telegram, X y Medium en artículos. Posteriormente, los artículos difundidos por la fachada son amplificados y reintegrados en el discurso público por medios de comunicación rusos controlados por el Estado y otros canales sin atribuciones en Telegram y X, que colaboran ampliamente con el ecosistema mediático ruso”.

De las 23 páginas de esta red, 18 se habían preocupado tan poco por esconder su origen que compartían el mismo subdominio radicado en Rusia, a pesar de que sus cabeceras empleaban nombres como The London Crier, Chicago Chronicle o Infos indepéndantes.

Esta “lavadora de desinformación” tiene tres fases. La primera corre a cargo de los pseudomedios, que realizan la primera inyección. La segunda la llevan a cabo intermediarios que se encargan de distribuirlo entre sus audiencias ocultando la fuente. Es la táctica del “está publicado, pero no recuerdo ahora en qué medio” que utilizó la agitadora Pilar Baselga en su alegato contra Begoña Gómez.

El último paso que hace que el lavado de desinformación tenga éxito se da cuando “la información manipulada logra una mayor penetración en el discurso público”, recoge el informe de la UE: “La fase de integración del blanqueo se apoya en medios de comunicación convencionales y legítimos que recogen la información blanqueada y la amplifican aún más”. La idea seguirá siendo repetida “metódica y repetidamente” y aunque muchos ciudadanos no lo crean, se habrá producido “una efectiva integración duradera en el discurso público”.

El especialista en redes Marcelino Madrigal ha analizado este tipo de estrategias de intoxicación y ha documentado cómo este tipo de pseudomedios rusos han conseguido impactar en audiencias españolas. “Se están difundiendo en Twitter por cuentas con apariencia española Probablemente sean cuentas falsas y controladas por los mismos. O por gente de aquí porque no se enteran de lo que están haciendo o porque les pagan. Eso de momento no se puede demostrar”, explica a elDiario.es.

ChatGPT se ha usado para confeccionar pseudomedios

La primera investigación a gran escala de los pseudomedios rusos la publicó la ONG EU DisinfoLab en septiembre de 2022. La campaña recibió el nombre de Doppelganger (un término alemán para designar al doble de una persona o la réplica de algo). Dos meses después OpenAI sacaba a la luz ChatGPT. Este viernes, la compañía ha reconocido que su inteligencia artificial se ha usado para preparar este tipo de contenidos tóxicos por parte de Rusia, China, Irán y una empresa privada israelí.

“En los últimos tres meses, hemos desbaratado cinco campañas de influencia encubiertas que pretendían utilizar nuestros modelos en apoyo de actividades engañosas en Internet”, afirma OpenAI en su informe, el primero que revela sus acciones para evitar que ChatGPT se use en este tipo de operaciones. Una de esas campañas es Doppelganger, la misma que sacó a la luz EU DisinfoLab en 2022, que permanece activa.

“Personas que actuaban en nombre de Doppelganger utilizaron nuestros modelos para generar comentarios en inglés, francés, alemán, italiano y polaco que se publicaron en X y [el foro] 9GAG; traducir y editar artículos en inglés y francés que se publicaron en sitios web vinculados a esta operación; generar titulares; y convertir artículos de noticias en publicaciones de Facebook”, admite OpenAI. 

La empresa de Sam Altman se excusa alegando que “a fecha de mayo de 2024, estas campañas no parecen haber aumentado significativamente la participación o el alcance de su audiencia como resultado de nuestros servicios”. No obstante, como se ha detallado en esta información, la audiencia global de un pseudomedio no tiene por qué ser una referencia de su éxito.