No es Italia: la única ciudad del mundo con dos catedrales en activo está en España

Basílica de Nuestra Señora del Pilar.

Edu Molina

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La capital de Aragón se erige como una ciudad de contrastes, donde la historia y la fe han tejido un tapiz arquitectónico único. Pocos conocen que esta urbe es la única en el mundo que alberga dos catedrales en activo: La Seo del Salvador y la Basílica del Pilar. Ambas no solo comparten la máxima jerarquía eclesiástica, sino que también son testigos mudos de siglos de historia, arte y espiritualidad que han moldeado el carácter de la ciudad.

La coexistencia de dos catedrales activas en una misma ciudad es una rareza arquitectónica que refleja la rica herencia cultural de Zaragoza. Esta singularidad no es fruto del azar, sino el resultado de un legado histórico que ha visto a la ciudad transformarse y adaptarse a lo largo de los siglos.

La Plaza del Pilar, centro neurálgico de la ciudad, es el escenario donde ambas catedrales se alzan majestuosas, ofreciendo a locales y visitantes una estampa inigualable. Este espacio no solo es un punto de encuentro social y cultural, sino también un reflejo de la identidad zaragozana, donde la tradición y la modernidad coexisten en perfecta armonía.

La presencia de estos dos templos en un mismo enclave otorga a la ciudad un atractivo único, convirtiéndola en un destino imprescindible para los amantes del arte y la historia.

La Seo del Salvador

La Catedral del Salvador, conocida como La Seo, es un compendio arquitectónico que abarca siglos de historia. Erigida sobre los cimientos de la antigua mezquita de Zaragoza, su construcción inicial en estilo románico fue ampliada en sucesivas etapas, incorporando elementos góticos, mudéjares, renacentistas y barrocos.

En el exterior, la Parroquieta de San Miguel Arcángel destaca como una de las obras maestras del mudéjar aragonés, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su torre barroca y la fachada neoclásica añaden mayor riqueza estilística al conjunto.

El interior de La Seo, con sus cinco naves de igual altura, impresiona por su amplitud y luminosidad. Su retablo mayor, realizado en alabastro policromado, es una de las piezas más valiosas del gótico europeo. Además, alberga el Museo de Tapices, que exhibe una de las mejores colecciones de tapices flamencos de los siglos XV al XVII.

Tras una exhaustiva restauración entre 1975 y 1998, La Seo ha recuperado su esplendor original y se ha consolidado como un símbolo del patrimonio cultural y religioso de Zaragoza.

La Basílica del Pilar

La Basílica de Nuestra Señora del Pilar, a orillas del Ebro, es una joya del barroco aragonés y uno de los templos más visitados de España. Según la tradición, la Virgen María se apareció al apóstol Santiago en este lugar en el año 40 d.C., entregándole una columna de jaspe —el “pilar”— y pidiéndole construir un templo en su honor.

La estructura actual es fruto de diversas intervenciones a lo largo de los siglos. En su interior destaca la cúpula pintada por Francisco de Goya, 'Regina Martyrum', considerada una de sus mejores obras. Además, el Museo Pilarista conserva joyas y mantos donados a lo largo de los siglos en honor a la Virgen del Pilar.

Para quienes deseen contemplar Zaragoza desde las alturas, la basílica ofrece la posibilidad de subir a su torre mirador. Un ascensor eleva a los visitantes hasta una altura de 62 metros, ofreciendo una panorámica única del Ebro y el casco histórico.

La Basílica del Pilar no solo es un centro de espiritualidad y devoción, sino también un referente cultural que atrae a miles de visitantes cada año, consolidándose como el monumento más emblemático de Aragón.

Una singularidad reconocida por la Santa Sede

La coexistencia de dos catedrales en activo en Zaragoza no siempre fue un hecho pacífico. Durante siglos, ambas sedes disputaron la primacía eclesiástica, generando tensiones entre sus respectivos cabildos.

La situación llegó a tal punto que, en 1676, el papa Clemente X intervino promulgando la Bula de Unión, que decretaba la unión de ambas iglesias bajo un solo cabildo y reconocía a las dos como catedrales oficiales de la ciudad.

La singularidad de Zaragoza, con sus dos catedrales en activo, es un fenómeno que trasciende lo religioso y lo arquitectónico. Representa la capacidad de la ciudad para mantener vivas sus tradiciones mientras evoluciona y se adapta a los tiempos modernos. Este equilibrio entre el pasado y el presente, entre lo sacro y lo cotidiano, convierte a Zaragoza en un destino fascinante que invita a ser explorado y admirado.

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