El 'plan de rearme' evidencia las grietas entre los recelos de España y el sur frente a la ambición de los países del este de Europa

“La defensa en el este de Europa nada tiene que ver con los desafíos de seguridad que tenemos en España. No vamos a tener un ataque físico de Rusia como puedan tener los países del norte o los bálticos. Necesitan de nuestra solidaridad, que aumentemos nuestra capacidad de seguridad para disuadir a Rusia de que no pueda perpetrar mayores invasiones en esas partes de Europa”. Con ese mensaje Pedro Sánchez trata de hacer pedagogía, incluso en los mítines del PSOE, para justificar el aumento del gasto en defensa que tendrá que acometer ante la presión de la Unión Europea y los socios de la OTAN. Pero las reticencias que los países del sur, encabezados por España e Italia, están planteando al 'plan de rearme' o la ayuda milmillonaria a Ucrania están provocando recelos en los países del este.
Pedro Sánchez y Giorgia Meloni han verbalizado reparos por la retórica belicista que se ha impuesto en la Unión Europea. La ultraderechista italiana fue la primera en disparar para calmar a sus socios de coalición, que ideológicamente están del lado de Donald Trump y se encuentran en una situación compleja ante las negociaciones que ha iniciado con Vladímir Putin. Meloni dijo que el nombre del 'plan de rearme' está “fuera de lugar” bajo el argumento de que supone un refuerzo de la seguridad del continente y no se limita a “comprar armas” o “reforzar arsenales”, sino que también busca proteger infraestructuras, sistemas de comunicación o rutas comerciales. Su propuesta es que se llame 'Defender Europa'.
Esa posición es la que defiende también Sánchez, que quiere que el “ángulo” se amplíe más allá del gasto militar per se y se cuenten como gasto en defensa partidas más diversas relacionadas con el concepto de seguridad, como la protección de las fronteras, la ciberseguridad o la preparación para emergencias de protección civil provocadas por el cambio climático, entre otras. Y a su llegada a la reunión del Consejo Europeo también envió el recado de que la UE se está pasando de frenada con la retórica belicista. “El término rearme no me gusta en absoluto. No comparto ese término. Tenemos que hablar de otra manera dirigirnos a los ciudadanos de otra manera cuando hablamos de aumentar las capacidades de seguridad y defensa europea”, ha dicho Sánchez también en un guiño a sus socios de Sumar.
“El Libro Blanco tiene un nombre que es 'Preparación'”, ha contestado Ursula von der Leyen. Fuentes comunitarias reconocen que son conscientes de las “sensibilidades” que genera el término de rearme en un club que se fundó precisamente como un proyecto de paz y apuntan a que la retórica se está modulando hacia conceptos como 'Safe' (seguro, en inglés), que es como se ha bautizado a la reglamentación impulsada por la Comisión Europea para flexibilizar la financiación del incremento de gasto en defensa, o “preparación”. En la presentación del Libro Blanco para la Defensa, se empleó ese término para señalar la necesidad de que la UE tenga autonomía estratégica en materia de seguridad en 2030.
Además, Italia, España y Francia han mostrado reticencias al plan de la alta representante de la UE, Kaja Kallas, para enviar un paquete de ayuda extra de 40.000 millones de euros a Ucrania. La intención de la estonia era que las contribuciones se realizaran en función del PIB, por lo que esos tres países tendrían que desembolsar, junto con Alemania, el grueso del fondo. “España no ha necesitado una propuesta de la alta representante para comprometer 1.000 millones. España va por delante en ese sentido”, fue la respuesta del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, este lunes, cuando se discutió el plan. Sin embargo, esa cantidad que comprometió Sánchez en su último viaje a Kiev está lejos de los 3.000 millones que le correspondería a España con la propuesta de Kallas.
Kallas asumió su derrota antes de entrar en la sala con los líderes y reconoció que “el plan realista serían 5.000 millones para munición”. “En eso estamos trabajando ahora mismo”, ha señalado la jefa de la diplomacia europea, que ha atribuido a distintas causas. “Significa que las cantidades son muy grandes. Al mismo tiempo, también sabemos que los déficits presupuestarios son realmente preocupantes en la mayoría de los países europeos, y que existen problemas”, ha explicado antes de aludir a “la política interna” de cada estado miembro y la “compresión de la opinión pública”. “Eso es diferente en cada país”, ha admitido Kallas, que ha lanzado un dardo diplomáticamente: “Algunos países han hecho más”.
También los países del este han mostrado su enfado ante el arrastre de pies que ven en los países del sur. “No quiero señalar a nadie con el dedo, pero puede pueden ver los números y los países que han apoyado. Y pueden ver que los países nórdicos, bálticos y los del noreste han apoyado mucho a Ucrania, tanto económica como militarmente”, ha dicho el primer ministro de Finlandia, Petteri Orpo, que ha dicho que se ven “mucho trabajo que se debe hacer en otros países”.
“Los países tienen que hacer su trabajo. Letonia gasta 3,5% [del PIB en defensa]. No todos los países están haciendo sus deberes”, ha dicho la letona Evika Silina, que ha recordado, además, que los países bálticos están “coordinados”.
Mientras que esa es la discusión en los detalles de unos planes para rearmar a Europa y apoyar a Ucrania que suponen gastos similares a los que se presupuestaron para salir de la crisis de la pandemia, se ha asumido como normal que Hungría se quede fuera. El ultraderechista Viktor Orbán volvió a rechazar las conclusiones sobre Ucrania en las que los líderes de la UE se comprometieron a mantener “un apoyo financiero regular y predecible”. “Un camino creíble hacia la paz debe incluir esfuerzos de ayuda humanitaria, en particular el intercambio de prisioneros de guerra, la liberación de civiles y el regreso de todos los niños ucranianos y otros civiles deportados y trasladados ilegalmente a Rusia y Bielorrusia”, reza el documento que han suscrito como un anexo a las conclusiones los otros 26 jefes de Gobierno.
El debate sobre la defensa se prolongó en la cena del Consejo Europeo, pero básicamente se mantuvo el compromiso de implementar “con urgencia” las acciones para hacerse con las capacidades de defensa identificadas (como artillería, drones, misiles, etc.) así como a seguir trabajando en las “opciones de financiación”.
La división sobre la financiación
Y es que ese es otro de los debates que están abiertos en el seno de la UE. Al 'plan de rearme' de Von der Leyen, valorado en 800.000 millones de euros, los líderes pretenden que se busquen otras alternativas. Lo que planea en la mesa es la emisión de deuda conjunta en forma de transferencias directas a los estados miembros, como sucedió con los fondos Next Generation de la pandemia, y no sólo a través de préstamos. El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, de la familia del Partido Popular Europeo, reclamó una “posición más ambiciosa” y defendió expresamente las “ayudas” para “garantizar que la inversión en defensa llega”.
La discusión no entiende en este caso de colores políticos. Sánchez también defiende que se articulen eurobonos. “Es de justicia”, ha dicho este jueves. Tampoco el eje gravita en norte-sur. Normalmente los países del norte son escépticos con ese tipo de medidas. En este caso, los bálticos y algunos países del norte, que habitualmente se alinean con los 'frugales', apuestan por ese tipo de herramientas. Pero sigue topándose con el 'no' de Alemania y Países Bajos. En el hipotético caso de que se vencieran las resistencias, el siguiente combate sería el de la distribución de esos fondos, porque los países del este, más pequeños y con gastos proporcionalmente más elevados en defensa, reclamarán buena parte del pastel, mientras que los países del sur, como España e Italia, con más PIB pero menos músculo fiscal harán lo propio. “¿Cómo no vamos a ser generosos con quienes fueron genorosos con nosotros durante la pandemia?”, ha repetido Sánchez en varias ocasiones. En aquel momento, los países más afectados se vieron premiados con el dinero a fondo perdido.
El asunto se prolongará durante meses. El lituano Gitanas Nauseda ha abogado por “empezar un debate serio sobre el próximo presupuesto”. Los líderes han hecho una primera aproximación al futuro Marco Financiero Plurianual para el periodo 2028-2034 en la reunión de este jueves, pero a la hora de sacar la billetera será uno de los conflictos enconados de los siguientes meses.
El Consejo Europeo se reunió en un contexto geopolítico complicado sobre todo por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, que no sólo ha dado una patada al tablero respecto a la seguridad en Europa, sino también al orden multilateral sacado a EEUU de buena parte de los acuerdos internacionales. “El multilateralismo sigue vivo, juega su papel y la prueba es que estoy aquí en la UE”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, que estaba invitado al almuerzo. Aprovechó para reclamar el respeto a la “soberanía de Ucrania” en un hipotético acuerdo de paz y lanzó un llamamiento para cumplir el alto el fuego en Gaza.
España empujó para que las conclusiones recogieran el conflicto en Oriente Medio. “Lo que hemos hecho es condenar este ataque atroz contra Gaza”, ha dicho Sánchez en la rueda de prensa: “Estas flagrantes violaciones prolongan un sufrimiento insoportable inimaginable para un pueblo como el palestino que necesita del apoyo de la comunidad internacional”.
“El Consejo Europeo deplora la ruptura del alto el fuego en Gaza, que ha causado un gran número de víctimas civiles en los recientes ataques aéreos. Lamenta la negativa de Hamás a entregar a los rehenes restantes. El Consejo Europeo hace un llamamiento para que se vuelva inmediatamente a la plena aplicación del acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes”, señala el documento acordado por los 27 descafeinado en comparación con el discurso de Sánchez.
“Subraya la necesidad de avanzar hacia su segunda fase, con vistas a su plena aplicación que conduzca a la liberación de todos los rehenes y al cese permanente de las hostilidades. El Consejo Europeo recuerda la importancia de un acceso sin trabas y de una distribución sostenida de ayuda humanitaria a gran escala en Gaza y por toda la zona. Este acceso y distribución, así como el suministro de electricidad a Gaza, incluso para las plantas desalinizadoras de agua, deben reanudarse inmediatamente”, agrega.
La UE mantiene, además, su apoyo al nuevo gobierno de Siria tras la caída de Bashar al Asad y pretende seguir adelante con la relajación de las sanciones a ese país. “El Consejo Europeo condena firmemente la reciente violencia generalizada contra civiles en la región costera de Siria e insta a las autoridades de transición a que garanticen la protección de todos los civiles y a que los autores de la violencia respondan de sus actos de conformidad con las normas y criterios internacionales”, dicen los líderes de la UE.
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