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Tres valles del norte de España que son perfectos para visitar este año si buscas conectar con la naturaleza

Gradas de Soaso en el Valle de Ordesa

Sofía Alcahud

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Si estás buscando desconectar de la rutina y del estrés de la gran ciudad por unos días, sumergirte en alguno de los paisajes llenos de encanto del norte de España no te dejará indiferente. Con miles de hectáreas de bosques frondosos, aire puro, ríos, cascadas y senderos que te conducirán a rincones mágicos, sus valles son el destino perfecto para conectar con la naturaleza.

En las provincias de Huesca (Aragón) y León (Castilla y León), así como en Cantabria, encontramos tres de los valles más interesantes para perderse en el silencio de sus montes y bosques. Así que si te apetece descansar y contemplar sus paisajes, son el escenario perfecto. Pero si eres de los que prefieren relajarse de una forma más activa, también podrás disfrutar de algunas de estas zonas esquiando, escalando, haciendo rutas a pie o en bici o incluso recorriendo los ríos a remo.

Valle de Ordesa

El Valle de Ordesa se encuentra en el corazón del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, entre las localidades de Torla y Bielsa (Huesca). Se trata de un destino emblemático con los Pirineos como telón de fondo y uno de los primeros espacios protegidos de Europa. Por su biodiversidad de riqueza incalculable, este Parque fue reconocido como Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas (UNESCO) en 1997.

En 1918 se estrenó como uno de los primeros espacios declarados Parque Nacional, protegiéndose así unas 2.066 hectáreas del Sobrarbe aragonés. En 1982 se amplió para incluir el Cañón de Añisclo, la garganta de Escuaín, el circo de Pineta y el macizo de Monte Perdido. En la actualidad, más de 15.608 hectáreas de este ecosistema están protegidas.

Es posible visitar este paraje en el que podrás recorrer un gran abanico de senderos. Ya seas un senderista experimentado o si quieres disfrutar de la naturaleza a tu ritmo, en el Valle de Ordesa hay un recorrido para ti:

  • Travesía a la Cola de Caballo: es un recorrido emblemático que sorprende hasta en el último tramo. En esta ruta puedes recorrer el Valle de Ordesa hasta uno de sus extremos, donde se encuentra una majestuosa cascada. Este sendero es perfecto para recorrerlo a pie y es accesible para la mayoría. Si partes desde la Pradera de Ordesa tiene una duración de un par de horas. Por el camino, te encontrarás con inmensos bosques, prados despejados y cascadas de pequeño tamaño, como las Gradas de Soaso.
  • Camino de Torla a la Pradera de Ordesa por Turiero Bajo: esta ruta une el municipio que le da nombre con el Parque Nacional. Como el anterior, el recorrido es sencillo. Si caminas sin prisa, empapándote del paisaje, te llevará unas tres horas.

El aparcamiento en la Pradera de Ordesa está regulado, por lo que en verano y Semana Santa el acceso en coche está restringido. Por suerte, cuenta con un servicio de autobús cada 15 ó 20 minutos desde Torla para facilitar el recorrido.

El Valle de Sajambre

Más al oeste, en la provincia de León, se encuentra el Valle de Sajambre. Oculto en el núcleo de los Picos de Europa, aloja cinco municipios: Oseja de Sajambre, Pío Sajambre, Ribota de Sajambre, Soto de Sajambre y Vierdes de Sajambre.

Se trata de un espectáculo natural único que ofrece una faceta nueva durante cada estación. El verdor del valle en primavera y verano es vibrante, vivo. En otoño, los bosques de los alrededores se tiñen de los marrones y amarillos propios de la hoja caduca de las copas de sus árboles. Por último, el invierno nos regala una estampa idílica, cargada de encanto navideño. Toda una paleta de colores que se plasma a lo largo del año en los amplios prados del Valle de Sajambre, coronados por unos bosques de robles de más de 300 años de antigüedad.

El Valle de Sajambre también destaca por la abundante presencia de masas de agua. El río Sella nace en las fuentes de La Junsella y El infierno en los altos de Pontón, moldeando este impresionante paraje. A lo largo de este valle, el río desciende casi 1.100 metros, articulando el paisaje con increíbles cascadas y perfilando los frondosos conjuntos arbóreos.

Si visitas la zona por el río Sella, te recomendamos que acudas en épocas de deshielo, periodo en el que carga más agua. Durante ese tiempo podrás apreciar las avenidas torrenciales de la zona, con la erosión del valle como testamento de su fuerza. Del este del torrente nace el famoso Desfiladero de los Beyos, un estrecho cañón fluvial que discurre valle abajo.

Sajambre no solo ofrece unas preciosas vistas, sino que también podrás disfrutar de una inmensa variedad de actividades como paseos a caballo y rutas a pie o en bicicleta. No dudes en visitar los pueblos que rodean este valle, que compiten en encanto. Algunos, como Ribota de Sajambre, quedan camuflados en el paisaje, con las casas apenas despuntando entre las hojas de los árboles.

El Valle de Cabuérniga

En pocos sitios como en Cantabria se puede disfrutar tanto de la naturaleza y la gastronomía. De elegir uno, recomendamos el Valle de Cabuérniga, encajado en el interior de la Reserva del Saja.

Dentro de la reserva se encuentra un río que le da nombre, que discurre más allá del valle y recorre Cantabria. Si buscas una zona donde apreciar la inmensidad de este espacio natural, te recomendamos el Balcón de la Cardosa, todo un mirador, esculpido en piedra por la naturaleza.

Dentro del Valle de Cabuérniga hay una serie de poblaciones, con todo el carácter y el encanto propio de los municipios cántabros. Se trata de pueblos como Barcenillas, Colsa, Correpoco o Carmona, uno de los pueblos más bonitos de España donde poder admirar los paisajes desde el Mirador de la Asomada del Ribero.

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