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Italia se basa en el falso 'síndrome de alienación parental' para negarle la custodia de su hijo a Juana Rivas: “Es altamente manipuladora”

Juana Rivas, en un vídeo distribuido por sus abogados

Álvaro López

19 de febrero de 2025 11:19 h

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La Justicia italiana se basa en el “síndrome de alienación parental” (SAP) para negarle la custodia de su hijo menor a Juana Rivas. Un síndrome que está descrito como “falso” por el ordenamiento jurídico de nuestro país porque no tiene rigor científico y no está amparado por organismos internacionales como la ONU o la OMS. De hecho, España firmó en 2017 un Pacto de Estado contra la Violencia de Género que negó su uso porque se considera que es una estrategia para silenciar a las mujeres, ya que considera que estas manipulan a sus hijos. Pese a ello, el Tribunal de Cagliari ha basado la decisión sobre la custodia en este principio, mientras que España lo quiere prohibir definitivamente en la próxima ley de infancia.

La sentencia de 66 páginas, a la que ha tenido acceso elDiario.es Andalucía, hace un recorrido completo de lo ocurrido entre Juana Rivas y Francesco Arcuri desde que este fue condenado por malos tratos en 2009, pero sitúa a Rivas en el rol de madre “altamente manipuladora” y a él como a un padre “funcional y adecuado”. Según el fallo, Juana no tiene en cuenta sus comportamientos del pasado -en referencia a su huida y posterior condena por sustracción de menores- y ha inducido a sus hijos, Gabriel y Daniel, a estar en contra de su progenitor. Para ello, el juzgado hace referencia a tres informes periciales que han resultado esenciales para que la custodia siga en manos de Arcuri desde 2019, cuando Cagliari se la otorgó por primera vez en exclusiva.

Dichos informes aparecen en el fallo judicial y dos de ellos se basan precisamente en el falso síndrome de alienación parental. El primero, de 2018, solicitado a instancias del propio tribunal, considera que Juana Rivas tiene un “funcionamiento psíquico gravemente patológico” y que su hijo mayor, Gabriel está “alienado” con la madre y que por eso tiene con su padre una mala relación, poniendo en duda que los testimonios del joven contra su progenitor, entonces menor de edad, fuesen reales. Cabe recordar que las fechas en las que se emite el informe, Rivas estaba siendo juzgada y acabó siendo condenada a prisión por la sustracción de los niños al huir con ellos de Italia alegando que corrían “peligro de muerte”.

Informes basados en un síndrome “falso”

Pese a ello, dicho informe fue esencial para que en 2019 el Tribunal de Cagliari le otorgase la custodia de los niños en exclusiva a Arcuri. Una custodia que mantiene, después de que este lunes se haya ratificado en el fallo original, que ordena el regreso de Daniel con su padre a Italia e impide, literalmente, que pueda estar en España. Si Rivas quiere volver a ver su hijo, solo podrá hacerlo en Cerdeña. No obstante, los letrados de la granadina insisten en que, de momento, el niño no se va y que el caso sigue en manos de la Audiencia Provincial que mantiene la medida cautelar.

Versión distinta mantiene la defensa de Francesco Arcuri que, consultada por este medio, alega que el menor, de 11 años, debe estar ya con su progenitor o de lo contrario se estaría cometiendo un delito. De hecho, Juana Rivas fue denunciada en Italia por otro delito de sustracción de menores hace un mes por parte de su expareja. Pero más allá de ello, la sentencia continúa con una serie de justificaciones que ponen en el centro la presunta manipulación de Juana Rivas sobre sus niños y minimiza sus peticiones de socorro por los supuestos episodios de violencia machista y vicaria que describe desde hace años.

El tribunal italiano llega a afirmar que “la madre ha favorecido, consciente o inconscientemente, la estructuración de un proceso de alienación de la figura paterna”, asumiendo así como base el SAP, un concepto que en España se quiere prohibir explícitamente como argumento judicial en la próxima ley de infancia. La Justicia de Cagliari, sin embargo, da plena validez a esta teoría para desacreditar a Rivas y justificar la separación de Daniel de su madre. La sentencia también señala que la madre “no manifiesta ninguna conciencia de las consecuencias de sus acciones pasadas y justifica su comportamiento alegando haber sido víctima de violencia de género”, lo que supone minimizar su historial de malos tratos y presentarla como una figura inestable para sus hijos.

El segundo informe pericial, elaborado tras un recurso presentado por los abogados de la granadina, refuerza esta misma tesis. Insiste en que Rivas es una madre “no apta” para la custodia y destaca que Arcuri, en cambio, es “un padre funcional y adecuado, responsivo y contenedor”. El tribunal se basa en esos argumentos para mantener la custodia de Daniel en manos de su progenitor e imponerle una restricción que impide su salida de Italia, limitando el contacto con su madre a visitas en Cerdeña.

Existe un tercer informe, realizado en 202, para hacerle un seguimiento a los niños, en el que los menores hablan de episodios de presuntos malos tratos por parte de su padre. Gabriel, el mayor, habla de agresiones físicas, pero la psicóloga duda de ellas y dice que son conflictos propios de la adolescencia. Por su parte, Daniel, el pequeño cuya custodia está ahora en el centro de la trama, dijo en un primer momento que su padre le había empujado, pero después cambió su versión, motivo por el que la psicóloga entiende que ha sido, de nuevo, manipulado por Juana Rivas.

La Fiscalía italiana, ignorada

Pese a que la Justicia italiana ha insistido en el SAP y ha minimizado los testimonios de Juana y sus hijos, hace tan solo unos meses, la Fiscalía de dicho país sí avaló las tesis de la defensa de Rivas. En noviembre de 2024, sostuvo que había indicios suficientes para investigar a Arcuri por violencia vicaria, aunque el Tribunal de Cagliari no lo ha tenido en cuenta. La sentencia descarta tomar medidas cautelares al respecto y señala que el Ministerio Fiscal con su investigación añade poco “al cuadro probatorio”, a pesar de las múltiples denuncias de Gabriel y Daniel.

En todo caso, la Justicia italiana le ha vuelto a denegar la custodia de su hijo menor a Juana Rivas, manteniéndola en exclusiva en su padre, Francesco Arcuri. La defensa de la granadina va a recurrir la decisión una vez más, pero la situación legal en la que queda el niño es cada día más compleja. Mientras Italia exige que vuelva con su progenitor y que no puede estar en España con Juana, pese a que lo permitió durante las vacaciones de Navidad, los abogados de Rivas confían en que la cautelar que mantiene a Daniel en Granada sirva para ganar tiempo y que el niño no tenga que regresar a suelo italiano.

Mientras, en España se ha archivado la denuncia por violencia vicaria “internacional” que puso Juana Rivas por los hechos de presunta violencia ocurridos en los últimos ocho años en los dos países. Dos juezas se inhibieron de la denuncia por violencia que interpusieron los abogados de la granadina en enero para frenar la marcha de Daniel y sigue en curso otra querella por malos tratos e intimidación por las decenas de llamadas perdidas que recibió de Arcuri durante el periodo navideño.

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