El Liceo francés Molière, “una puerta al mundo” en Zaragoza: “A mis hijos les ha ido de maravilla”

El próximo 15 de marzo, el Liceo francés Molière de Zaragoza celebra una jornada de puertas abiertas para que las personas interesadas descubran este colegio francés internacional y trilingüe. Este centro pertenece a una red mundial única en el mundo, la Mission laïque française, con 400.000 alumnos inscritos en 500 liceos de 137 países. Los hijos de Juliet acuden desde hace años, esta familia ha vivido en diferentes países y les interesaba que sus hijos tuvieran una continuidad en la metodología de estudio: “Es una comodidad poder vivir en distintos países y seguir en todos el mismo programa educativo”.

El idioma también fue un punto fuerte a la hora de tomar la decisión, Juliet Herrero explica que tanto ella como su marido hablan francés y han vivido en Francia, por lo que consideraban “muy importante” que sus hijos fueran trilingües. Destaca que en este centro se lleva a cabo un sistema educativo “más práctico” y la “cordialidad” de los docentes, que “conocen muy bien a los niños, son muy observadores”.

Juliet considera que, como punto distintivo, sus hijos están adquiriendo unas dotes a la hora de redactar que no se obtienen en otros centros: “Tienen una soltura brutal, mucha elocuencia en ambos idiomas y les acostumbran a hablar en público, por lo que lo hacen con mucha naturalidad”. Considera que tener este centro en una ciudad como Zaragoza es “una puerta al mundo” y valora que su hijo tiene compañeros de clase de Haití, Canadá o París, “todo ello dentro de una ciudad más pequeña, estás abierto al mundo desde la comodidad”.

Víctor Périz es padre de una niña de nueve años y un niño de infantil, escogieron este centro por la metodología, muy basada en la autonomía, y por aprender tres idiomas. Destaca la adaptabilidad de la formación a las necesidades y capacidades de cada alumno y la capacidad de razonamiento que obtienen con esta formación: “Dividen las clases en varios grupos y cada grupo trabaja de una forma y dentro de sus posibilidades, se adapta al alumno, personalizan bastante la educación”.

La autonomía no es solo a nivel intelectual, Víctor explica que “les enseñan a organizar los tiempos. A nivel personal se les va haciendo trabajo de madurez emocional”. Destaca también la importancia que tiene la lectura y los deportes, que van probando para que descubran lo que les gusta.  

Formación tras el Molière

Los hijos de Rosa Laglera ya han salido de este centro, donde han desarrollado toda su vida educativa previa a la formación universitaria. Explica que buscaban un colegio de proximidad no religioso, y que ver la implicación de los padres y la enseñanza del francés fue lo que los convenció. Sus hijos, de 24 y 28 años, han terminado ya sus estudios superiores y “les ha ido de maravilla”. Ambos estudiaron la carrera en Toulouse y posteriormente han encontrado trabajo relacionado con sus estudios. Considera que, aparte del trabajo de sus hijos para formarse, el colegio les ha aportado cualidades académicas como el razonamiento lógico y el trilingüismo.

Del modelo educativo, destaca la ausencia de deberes hasta sexto de primaria y los modelos de exámenes, que consistían en disertar sobre una premisa durante cuatro horas: “Si no tenían conceptos y razonamientos era imposible aprobar. El tema de no tener deberes era importante, todos los hijos de mis amigas han ido muy cargados”. También destaca los viajes de inmersión en Francia, que “les hace ver las cosas con otra perspectiva”.