Barbón reclama a Europa rapidez en las medidas de protección del acero

El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha celebrado este jueves que Europa se esté “dando cuenta por primera vez en mucho tiempo de que no puede permitirse el lujo” de no tener acero y aluminio propios, a la vez que ha incidido en que es preciso aplicar con rapidez las medidas de protección.
“Lo que más pido a la Unión Europea, y por eso fui a Estrasburgo y voy a volver en los próximos meses a Bruselas, es una respuesta rápida”, ha señalado el jefe del Ejecutivo asturiano a raíz de la presentación del Plan de Acción para el Acero y los Metales presentado por el Ejecutivo comunitario, que busca dar apoyo a un sector en dificultades por el exceso de capacidad de producción de acero a nivel global, en particular en China, que está inundando el mercado europeo de importaciones que tiran a la baja los precios.
Barbón ha reconocido que “se están dando pasos” para no tener que depender de agentes externos y ha advertido de que es muy importante, como ha defendido ya la familia Mittal y otras grandes multinacionales del acero, “aplicar o que sea más estricto el arancel ambiental”.
El Ejecutivo comunitario propondrá sustituir las salvaguardas para el acero a partir de 2026 por otra medida comercial a largo plazo que “proteja frente a los efectos comerciales negativos” del exceso de capacidad, y desde el 1 de abril se reforzará la medida en vigor con el fin de que las importaciones caigan hasta un 15 por ciento.
La salvaguarda actual impone un arancel del 25 por ciento a las importaciones de acero que superen una cierta cuota por encima de los niveles históricos de comercio.
La Comisión la ha revisado para asegurar que responde a la situación reciente, en particular, teniendo en cuenta el aumento de importaciones y el descenso de la demanda en algunas categorías de acero, aunque no ha precisado aún qué cambiará exactamente.
La Comisión estudiará asimismo introducir una regla para evitar que terceros países evadan estas tarifas, llamada de “fundido y vertido”, que le permitirá considerar como origen del bien el país donde se fundió el metal, independientemente de donde se procesase, para evitar que algunos países eludan las salvaguardas haciendo una mínima transformación en la UE para etiquetarlo como europeo. E
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