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Desde el año 2008 la compañía ETR ha diseñado el Entierro de la Sardina para los toledanos. Si quitamos el año de pandemia han sido 16 cortejos fúnebres los que hemos tenido que diseñar, producir y sacar a la calle.
En estos 17 años hemos, y digo hemos porque el proceso es colectivo. No es la creación artística de una sola cabeza sino de un colectivo que bajo el paraguas de la compañía ETR produce, construye, hilvana y pinta todos y cada uno de los elementos que visten a un grupo de actores y voluntarios para desfilar por las calles de Toledo. Simulando un cortejo fúnebre que no es fúnebre, acompañando a una sardina que no es sardina, sino “cerdina”, las costillas del cerdo, que anuncia la llegada del ayuno y la vuelta de la Cuaresma, haciendo un desfile procesional que no es procesión y cerrando el carnaval que no tiene cierre, ya que la Cuaresma, por suerte para unos o desgracia para otros no es lo que era.
Me ha tocado el papel de director artístico del proyecto y como tal, lanzo una idea y como en un partido de tenis mis compañeros reciben la pelota y me la devuelven cada uno aportando sus matices. Quien me hace un revés con fuerza y me pone en un brete, alguno me la devuelve suavemente para que pueda continuar el partido con tranquilidad. Los reveses son artísticos o por exigencias de producción. No se puede hacer de todo, hay un presupuesto, unos plazos y unos condicionantes humanos.
Contamos con actores y con voluntarios entre los que se encuentran chicos y chicas de corta edad, una persona con autismo que lleva saliendo más de diez años con nosotros. Padres con hijos, hijas con madres que condicionan posiciones en el cortejo, y diferentes etcéteras que determinan el resultado final.
Hemos tenido años donde las cosas fluían con facilidad y otros más ásperos. Cuando el mensaje está claro todo es más fluido. Por ejemplo, en el año 2019, centenario de la mítica escuela alemana de la Bauhaus, fue sencillo porque solo había que mirarse en el espejo de la escuela para decidir el camino a seguir. Formas básicas y colores primarios. Con un triángulo, un cuadrado y un círculo había que construir una sardina y todos danzábamos en un ballet triádico que pudiera haber ideado Oskar Schlemmer. Fue muy fluido el año pospandémico porque había que lanzar un mensaje positivo y colorido. Hicimos un pasacalle donde las nubes negras daban paso al color y las buenas noticias. Un año que trabajamos sobre el reciclaje el efecto fue poco agraciado, diría que fue nuestro peor resultado, era 2013 y lo achacaremos a la mala suerte de la cifra. Otros años fueron más agraciados, el río rojo de hace dos años, los gatos comedores de sardinas del 2011… Pero dejemos la nostalgia innecesaria para centrarnos en la actualidad.
Este año el punto de partida era confuso, queríamos hacer algo sobre la obra de los artistas Christo y Jeanne Claude, que con sus instalaciones y embalajes daban un sentido nuevo a los espacios intervenidos. Decidimos crear un gran telón de 20 metros de largo, donde, a modo de mural grafitero, expresábamos los elementos que queríamos desterrar de nuestras vidas: los acosos, las violencias, las injusticias... La expresividad del escultor Jaume Plensa aportó las caligrafías necesarias para ir avanzando. La confusión se disipa y tenemos mensaje para establecer como motor de la puesta en escena plástica del pasacalle.
La sardina se erige como símbolo del futuro que pasará por encima del telón que es palio y alfombra y el futuro sardino pisoteará el lienzo que representa todo lo negativo. Con referencias artísticas prestadas, con ideas contrastadas, sugeridas y discutidas formamos un desfile con treinta personas erigiendo el telón de lo negativo, seis porta-sardina que representan el futuro y un grupo de ocho actores que hacen su papel de magos.
Los ilusionistas aportan eso: ilusión. Fantasean creando de la nada, son capaces de transformar el agua en vino, de sacarte una sonrisa y generar ilusión y magia donde no hay nada. Bueno, hay un esperpento de entierro falso. Los magos son los oficiantes de una farsa que para que fluya tiene que tener mensaje. Ya que no es solo un entierro y mucho menos una incineración.
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