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Entrevista

Donna Leon, creadora del inspector Brunetti: “Acabar con los Airbnb es la única manera de salvar ciudades como Venecia o Barcelona”

La escritora estadounidense Donna Leon en Barcelona, ciudad a la que ha acudido para participar en la BCNegra 2025

Jordi Sabaté

Barcelona —
14 de febrero de 2025 21:52 h

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Menuda y delgada, a sus 82 Donna Leon (Montclair, Nueva Jersey, 1942) se presenta a los periodistas como una mujer llena de brío y simpatía que bromea a la hora de posar para las fotos y saluda con afecto mientras dice su nombre en voz alta. Hace 50 años que la madre literaria del inspector Brunetti no vive en Estados Unidos, pero asegura que sigue día a día la procelosa vida política del país a través de The Guardian, The New York Times, el Corriere della Sera, Repubblica e Il Fatto Quotidiano.

Como creadora del policía más famoso de Venecia, aunque sea un gran desconocido en Italia, lleva 33 años produciendo novelas policíacas en las que el comisario Brunetti resuelve complejos casos mientras vive una vida poco usual para un héroe de novela negra: una esposa profesora de literatura inglesa y dos hijos adolescentes.

Hasta la pandemia, Leon escribía sus novelas residiendo discretamente en su barrio veneciano, pero terminó mudándose a Suiza, donde todavía vive y desde donde ha viajado a Barcelona para participar en la BCNegra 2025. Asegura que no dudó un segundo en aceptar la invitación, más que nada porque su editorial le recordó que Finlandia y España son los dos países donde Brunetti tiene mayor número de fans, sin duda con ayuda de la serie alemana basada en su personaje y a pesar de que la escritora reniega de ella.

Brunetti tiene muchos fans en España, en buena parte por la serie de televisión...

Si te soy sincera jamás la he visto.

¿No le gusta la serie?

No; vi un par de capítulos al principio y me parecieron tan poco italianos... “Buenos días, profesor” [gesticula con voz ronca para ironizar la entonación de Brunetti en la serie, que habla en alemán]. Y miras la ropa, los cortes de pelo, etc. Podrías mirar a cualquiera de ellos y decir: “Esta persona no es italiana, es alemana”. Estoy segura de que para cada capítulo enviaban a los actores de vuelta a Berlín para que les cortaran el pelo todos los días. Porque solo los alemanes cortarían el pelo así.

¿No pudo decidir nada sobre la serie?

No, firmé el contrato y luego no tuve nada que hacer. Una vez firmas el contrato, la compañía que hace la película tiene el control total.

Comenzó sus novelas en 1992 y cada año publica una. ¿Cómo se lo ha montado para darle trabajo durante 33 años al inspector Brunetti? 

Yo creo que lo he conseguido con un poco de suerte, porque sin saberlo, en los tres primeros libros no hice lo que los arqueólogos llaman “enlaces temporales”, referencias que fijan las historias a una época exacta. No hay nada en ninguno de esos libros que esté fechado, ni siquiera el ataque a las Torres Gemelas. Cualquier acontecimiento histórico que la gente pueda recordar 30 o 40 años después no se menciona en mis libros.

Mis libros no se pueden datar con carbono y eso hace que puedas leerlos en cualquier momento

Donna Leon, escritora

Así que no se puede decir que uno de mis libros se publicó seis años después de este acontecimiento o este otro; no puedes ponerles fecha y hora. Mis libros no se pueden datar con carbono y eso hace que puedas leerlos en cualquier momento y te parezcan actuales.

¿Da para mucho Venecia en materia de crímenes? 

¡No, qué va! No hay ninguna ola de criminalidad en Venecia. En todo caso, hay pequeña delincuencia; hay carteristas. El gran problema en Venecia es el carterismo. La policía sabe quiénes son los carteristas, pero por ley no pueden colgar sus fotografías en las paredes para advertir a los turistas, así que todos los días van y vienen los mismos carteristas, que bajan del barco y se mezclan con la gente. Caminan por la misma calle, hacen lo mismo.

¿Solo hay pequeños hurtos?

Sí. La única persona que ha sido arrestada por algo grave en los últimos años es el segundo teniente de alcalde, que es un político. Lo digo en serio, no me lo invento.

Ahora vive en Suiza. ¿Es igual de fácil escribir novelas basadas en la ciudad desde la distancia?

Sí. En parte por lo que te dije, que mis novelas no referencian al tiempo, y también porque conozco el terreno tras tantos años como una vecina más de Venecia

¿Regresa con frecuencia?

Sí, con mucha frecuencia porque tengo que visitar a mis amigos; tengo que volver por Navidad [ríe].

¿Se marchó por el turismo?

Sin duda.

Barcelona, al igual que Venecia, está sufriendo mucho la presión turística y la gentrificación. ¿Cree que este problema tiene remedio?

No lo sé. No puedes luchar directamente contra el turista porque tampoco es su culpa querer conocer nuevas ciudades bellas, no es un delito. No se puede detener a todo el mundo por la calle y preguntarle: “¿Está usted aquí como turista o por negocios?”. No es lícito, así que no puedes plantearlo de esa manera, no puedes tomar este tipo de medidas radicales. No puedes usar a toda la policía de la ciudad para interrogar y deportar turistas, es absurdo. En consecuencia, tienes que pensar en otras medidas. Por ejemplo, decir basta a los pisos turísticos, que es lo que ha provocado este crecimiento sin control de visitantes.

No puedes luchar directamente contra el turista porque tampoco es su culpa querer conocer nuevas ciudades bellas

Donna Leon, escritora

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, anunció el año pasado que no volverá a renovar ninguna licencia turística.

Esa es la forma de combatir el problema: no renovar la licencia y al final del contrato, se acabó el piso turístico. Creo que su alcalde hace lo correcto. No puedes alinearlos y dispararles, pero se puede crear una situación en la que o bien pagan para alojarse en un hotel o bien no vienen. Acabar con los Airbnb es la única manera que se me ocurre para salvar ciudades como Venecia o Barcelona.

¿Qué está leyendo actualmente?

Estoy releyendo, aproximadamente por quinta vez, Orgullo y prejuicio. Porque Jane Austen es alguien cuyas frases son simplemente gloriosas. Es una escritora maravillosamente talentosa y cada vez que leo el libro, encuentro algo nuevo. Me gusta mucho Austen y adoro a Dickens. Creo que Charles Dickens es un escritor que, si alguien viniera y me dijera: “¿Puedes enseñarme a escribir una novela?”, yo le respondería: “No puedo, pero puedes leer Grandes esperanzas y aprenderás a escribir una novela”. Creo que todavía se puede leer hoy en día.

¿No lee a sus colegas de la novela negra?

Debería decir que sí, pero no. Sé que suena mal, pero la verdad es que entre escribir y leer a los clásicos ingleses, tengo muy poco tiempo para leer eso. Lo estoy guardando, lo voy demorando, pero el tiempo no me da.

¿Pero se pone deberes para leer a otros autores contemporáneos?

No leo ficción contemporánea a menos que mis amigos me escriban y me digan: “Este libro es realmente maravilloso y tienes que leerlo”.

¿Le ayuda la lectura de los clásicos para escribir las novelas de Brunetti?

Ya lo creo que lo hacen.

Sé que suena mal, pero la verdad es que entre escribir y leer a los clásicos ingleses, tengo muy poco tiempo para leer novela negra

Donna Leon

Pero habrá leído a los clásicos de la novela negra...

Claro que sí, en su momento leí a Hammet, Chandler, Christie y otros, de hecho me ha influenciado el modo de escribir de Ross Macdonald. Me encanta su detective Lew Archer [interpretado en el cine por Paul Newman], es un personaje muy simpático del que se saben muy pocas cosas excepto que está divorciado, eso le confiere una ambigüedad que da mucho juego.

¿Ha leído autores italianos del género?

En su momento me leí unas cuantas novelas de Montalbano; me gustó mucho porque se nota que Camilleri conocía muy bien aquello de lo que escribía, refleja muy bien la sociedad siciliana.

Usted mantiene la nacionalidad estadounidense a pesar de llevar muchos años en el extranjero. ¿Cómo ve la situación actual en su país, por ejemplo con la expulsión de extranjeros en situación irregular?

No he vivido en Estados Unidos desde hace 50 años, pero por lo que leo, hay una fuerte necesidad de trabajadores. Las fábricas necesitan más trabajadores para producir, por ejemplo automóviles, y además la nueva administración quiere potenciar a las fábricas que aún están en Estados Unidos y no se han externalizado. Desde el punto de vista económico, no se entiende que se expulse a esas personas.

Tengo la sensación de que la democracia estadounidense se ha desmoronado como la inflorescencia seca de un diente de león cuando la soplas

Donna Leon, novelista

Por tanto, yo creo que en Estados Unidos el prejuicio de la inmigración no está en si eres extranjero o no, sino en si eres pobre o rico. Si eres pobre, no te puedes quedar, porque el señor Trump, que ve la riqueza como una virtud, se asegurará de que solo la gente rica pueda hacerlo. De hecho, ayer mismo leí que ha ofrecido refugio a los sudafricanos blancos, que supuestamente están perdiendo sus tierras porque los sudafricanos negros quieren recuperar las tierras que les robaron hace cientos de años. No solo no les obligará a pasar por el proceso migratorio, sino que los invita.

A estos inmigrantes blancos se les permite entrar a Estados Unidos, pero a los negros no. Y espero, como estadounidense, que todos los estadounidenses negros presten atención a lo que está haciendo Trump para ayudar a los africanos blancos, mientras que los africanos negros no pueden entrar.

¿Qué le parece la propuesta de Trump de echar a los gazatíes y montar un resort en la Franja?

Creo que es un delirio de grandeza de Trump. Me recuerda el soneto Ozymandias de Shelley. Ozymandias era un alias de Ramsés el Grande, faraón de la decimonovena dinastía del antiguo Egipto. Shelley describe el encuentro con un anciano que le explica que, en lo profundo del desierto, ha visto un monumento y esto es lo que estaba escrito en él: 'Yo soy Ozymandias, rey de reyes. Mira mis obras'... Pero finalmente el viejo le cuenta al poeta que todo lo que quedaba eran pedazos de mármol rotos, tirados en la arena, sucios y azotados por el viento.

¿Cree que Trump podría intentar un autogolpe para poder presentarse de nuevo en 2028?

No me cabe duda de que lo intentarán, a pesar de que no tengo claro que puedan lograrlo. Pero seguro que buscarán algún resquicio para conseguirlo.

¿Qué está sucediendo con la democracia americana, que fue el faro de medio mundo durante el siglo XX?

No lo sé, no soy historiadora y, por tanto, no puedo hacer un análisis solvente de lo que está sucediendo en país. Pero sí que he vivido los suficientes años para ser una observadora válida y, basándonos en eso, lo que más me preocupa no es el qué, que es obvio, sino el cómo se está descomponiendo nuestra democracia. Porque lo ha hecho en menos de una década, pero sobre todo en menos de un mes da la sensación de que se ha desmoronado como la inflorescencia seca de un diente de león cuando la soplas.

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