¿Con o sin capuchón? Cómo es mejor guardar el cepillo de dientes en cada caso para evitar bacterias

El cepillo puede ser una fuente de bacterias, virus y hongos.

Aurora López

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Pequeños gestos del día pueden influir en nuestra salud bucodental. Ciertos hábitos pueden marcar la diferencia en la salud de nuestros dientes evitando la contaminación por bacterias en el cepillo. Esta herramienta resulta esencial para la higiene bucal, aunque a veces se pase por alto la importancia de un almacenamiento adecuado. ¿Dónde y cómo deberíamos guardarlo para minimizar estos riesgos? ¿Con o sin capuchón? Te explicamos cómo proteger el cepillo de dientes en cada caso para evitar la proliferación de bacterias.

Son muchas las prácticas que se llevan a cabo en los hogares españoles en cuanto al depósito del cepillo: desde guardarlo en un estuche o en el cajón hasta dejarlo dentro de un vaso encima del lavabo. Estas costumbres pueden llegar a ser consideradas no aptas para el almacenamiento de este utensilio. En el caso de practicarlas, la limpieza que se realice no será suficiente para eliminar las bacterias, por lo que la placa bacteriana puede dar lugar a formaciones de sarro. Con el tiempo, la placa puede endurecerse y este cálculo dental puede favorecer la aparición de enfermedades como la gingivitis o la periodontitis, aumentando el riesgo de caries y mal aliento.

Diversos estudios han demostrado que, si no se guarda correctamente, puede convertirse en un foco de bacterias y microorganismos perjudiciales para la salud. Algunas de las prácticas que se recomiendan para conservarlo en condiciones higiénicas con el fin de proteger nuestra salud bucodental van desde evitar la humedad hasta mantenerlo alejado del inodoro.

Cómo y dónde guardar el cepillo de dientes

El Colegio Oficial de Dentistas de Castellón (CODECS) apunta que es aconsejable mantener el cepillo de dientes alejado del inodoro, al menos un metro, con el fin de evitar su posible contaminación y guardarlo siempre con el cabezal hacia arriba. Si se trata de una unidad familiar en la que haya varios cepillos de dientes, hay que procurar, según el CODECS, no amontonar los cepillos para no dar lugar a la contaminación cruzada a través del contacto entre ellos.

Sabemos que el cepillo puede ser una fuente de bacterias, virus y hongos, por lo que se debe mantener siempre limpio. Los expertos del colegio también han dictado una serie de recomendaciones para conseguir una limpieza más exhaustiva del mismo. Después de cada uso es de gran importancia enjuagarlo bien y de este modo eliminar los restos de pasta o de alimentos que puedan quedan en las fibras.

Como añadido, también aconsejan desinfectar el cabezal con povidona iodada al 0,2%, agua oxigenada diluida al 1% o cloruro de cetilpiridinio al 0,05-0,1%, durante un minuto. Y, finalmente, una vez enjuagado, hay que proceder al correcto secado, dando vueltas de derecha a izquierda para evitar la humedad y el exceso de agua. Además, el CODECS subraya la necesidad de cambiar el cepillo, al menos, cada tres meses. Un truco muy útil para no olvidarnos de la renovación puede ser hacer el cambio en cada cambio de estación. También conviene cambiarlo si hemos pasado algún virus o infección porque pueden quedar bacterias.

Un estudio publicado en la revista Avances en Odontoestomatología analizó la contaminación bacteriana de los cepillos de dientes en diferentes entornos de almacenamiento. Para la investigación, se examinaron algunos factores, como el lugar donde se depositan estas herramientas y el uso de estuches o capuchas. Los resultados del estudio desvelaron que el 92% de los cepillos estaban contaminados con al menos un grupo de microorganismos. Del total de la muestra, el 33% guardaba el cepillo fuera del baño, un 20% en el cajón del baño y un 47% sobre el lavabo.

Entre las conclusiones, los expertos coincidieron en que el uso de capuchón o estuche para guardar el cepillo entre cepillados, provoca un ambiente para la proliferación de gérmenes bacilos gramnegativos (BGN). Como conclusión, se indica que las herramientas de higiene dental deben guardarse en un lugar seco, lejos del inodoro y sin capuchón. En la investigación advierten de que la cercanía del cepillo al sanitario podría dar lugar a la contaminación fecal, por aerosoles del inodoro. Resaltan que el simple gesto de tirar de la cadena genera aerosoles con microorganismos fecales que pueden contaminar los cepillos de dientes.

No obstante, y a pesar de las recomendaciones en cuanto al uso de estuches y capuchones, hay veces que su uso es necesario si se pretende transportar los cepillos. En el caso de elegir un neceser o un bolso, la capucha sí sería recomendable para que las cerdas no se ensucien. Aunque su uso sí sería una opción más higiénica, lo ideal sería asegurarse de que el capuchón tenga ventilación. Es importante también tener en cuenta que es preferible secar el cepillo antes de cubrirlo y guardarlo de nuevo en el neceser. Incorporar estos hábitos en la rutina diaria no solo preserva la eficacia del cepillo, sino que también contribuye a una boca más saludable a largo plazo.

No hay que olvidar que ocurre lo mismo con otras herramientas como los cepillos interdentales. Al tratarse de utensilios con un menor tamaño, se suelen almacenar en lugares poco recomendables. Por ello, procura dejarlo en lugares que se mantengan alejados del inodoro, desinféctalos después de cada uso y procede a realizar su correspondiente secado.

Además de seguir todas estas pautas, la Organización Colegial de Dentistas de España insta a llevar al día las revisiones periódicas para evitar problemas dentales y patologías. Una periodicidad de aproximadamente seis meses, dos visitas anuales al dentista, ayudarán a mantener una mejor salud oral con la ayuda de la rutina que creemos en casa.

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