Los bancos ganan el doble que antes de la subida de tipos mientras mantienen sus quejas por el impuesto
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Los grandes bancos españoles llevan tres años presumiendo de un negocio que va mejor que nunca. Cada vez que han presentado resultados económicos, estos han superado a los anteriores y destacan, una y otra vez, que consiguen cifras récord. Detrás de ese éxito, las subidas de tipos de interés que el Banco Central Europeo (BCE) puso en marcha tras la invasión de Ucrania por Rusia, que derivó en una escalada inflacionista. Estas alzas, a las que se ha puesto fin en 2024, les han permitido engordar su rentabilidad, trimestre a trimestre.
Si se ven los datos, Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell y Bankinter, ganaron en 2024, de forma conjunta, casi 31.200 millones de euros. Hace tres años, justo antes de que el BCE apostara por esa subida de tipos, su beneficio conjunto se situó cerca de los 16.000 millones de euros.
A continuación se desglosa la rentabilidad conjunta de los bancos desde la pandemia.
Si se ven los datos de cada una de esas cinco grandes entidades españolas, se ve cómo las que más han elevado su rentabilidad en estos tres ejercicios son Sabadell, que la ha disparado más de 240%, Por detrás quedan Caixabank (con una subida del 145%), Bankinter (118%), BBVA (114%) y Santander (54%).
Hay que recordar que la pandemia golpeó sobre todo a la entidad presidida por Ana Botín, que cerró 2020 con unos números rojos por encima de los 8.800 millones de euros. Esas cifras negativas hace tiempo que son historia. “Otro año récord, el tercero”, presumió Botín al presentar a los medios de comunicación los resultados de 2024.
En el siguiente gráfico se ve cómo ha ido evolucionando el resultado de cada una de estas entidades españolas desde la pandemia.
En cuanto al impuesto, las grandes entidades han pagado, en conjunto, en estos dos ejercicios, un total de 2.445 millones de euros. Desglosado, entre 2023 y 2024, ese gravamen le ha supuesto a Caixabank un total de 866 millones de euros; a Santander, 559 millones; a BBVA, 500 millones; a Sabadell, 348 millones de euros; y a Bankinter, 172 millones de euros, según los datos que han ido publicando las entidades a lo largo de las últimas semanas. Un impuesto que los bancos recurrieron ante la Audiencia Nacional, al igual que han señalado que recurrirán la nueva formulación del gravamen, aprobada por el Congreso de los Diputados a finales de noviembre.
Las quejas por el impuesto
“El impuesto sobre la banca se planteó en España como un impuesto temporal, pero nosotros lo tenemos recurrido, aunque sea temporal”, justificó en una entrevista la presidenta de la Asociación Española de Banca, Alejandra Kindelán. “Nos parece que está basado sobre dos falacias. Nosotros siempre decimos que es verdad que se están normalizando los niveles de rentabilidad de la banca porque se están normalizando los tipos de interés”, apuntó. “Lo extraordinario fue la década de tipos de interés cero o negativos que hemos visto en Europa. Lo normal es tener unos tipos de interés en positivo. Es verdad que el cambio ha sido muy drástico y que eso se está notando en los márgenes, pero también es verdad que estamos en un entorno muy incierto en el que hay una desaceleración económica que va a afectar a la actividad de los bancos. Y eso ya se está notando”.
En estos últimos días, los cinco grandes bancos han ido desglosando los datos sobre su negocio y las críticas a su fiscalidad han sido mayoritarias. “Tenemos la responsabilidad de pagar impuestos”, aseguró el miércoles la presidenta de Santander, Ana Botín, “pero queremos un sistema justo donde todos paguen lo mismo y no penalizar un sector sobre otros”, matizó.
Hace unos meses, en Washington, la presidenta de Santander ya cargó en contra del gravamen impulsado por el Ejecutivo de coalición. “Necesitamos que los Gobiernos entiendan que si quieres pagar por el modelo europeo, necesitamos que se permita a las compañías ganar dinero. Así lo hemos dicho públicamente. ¿Por qué debemos tener un impuesto bancario sobre los ingresos como en España? Eso va directamente en contra del crecimiento, y no va a ayudar a nuestro objetivo común de ayudar a la gente a que le vaya mejor”.
Ese argumento, de que afecta al negocio y a la actividad comercial, también lo señala Caixabank. “Nos parece que [el impuesto] no encaja en el ordenamiento jurídico y nuestra obligación es recurrirlo. [Lo hicimos] en el pasado y lo seguiremos haciendo. Pagaremos, pero lo recurriremos”, apuntó a los medios de comunicación el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar.
“El impuesto no acompaña a la necesidad de financiación empresarial. Es más atractivo prestar dinero a una pyme en Francia que en España”, criticó el ejecutivo de la entidad participada por el Estado. Gortázar criticó que el gravamen “no ha pasado por el informe del Consejo de Estado” y organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el BCE han “explicado los problemas que genera el impuesto y deberíamos tener un debate sereno, más allá de que se acomode o no con el esquema jurídico”, afirmó.
También, hay cuestiones particulares. Por ejemplo, BBVA está inmerso en su oferta de compra por Banco Sabadell y se plantea retrasar la fusión de los dos bancos –si triunfa su OPA– para esquivar la progresividad del nuevo impuesto. Hay que recordar que la redefinición del gravamen fija una progresividad, de entre el 1% y el 7%, en función de la base liquidable de cada entidad. “Es algo que tendremos que analizar en su tiempo”, reconoció a los medios el presidente de BBVA, Carlos Torres. “Tampoco es que la fusión ocurra el día uno. Requiere planificación”, por lo que, una vez concluya la OPA y si esta sale según los intereses de BBVA, pasarán “bastantes meses hasta que se lleve a cabo la fusión. El impuesto pudiera incidir en el calendario” por lo que BBVA puede “planificar cuándo hacer la operación para minimizar el daño dada la escala progresiva del impuesto”, resumió.
Mientras, Sabadell señala esas dudas de BBVA sobre la fiscalidad como uno de los argumentos contra la OPA. “Ese escenario, retrasar la integración total para no tener que pagar el impuesto, creo que en algún momento tendrán que aclarar por qué dicen que las sinergias son las mismas con o sin fusión. Yo no entiendo nada, me parece un lío. Cuando compras un competidor, destruyes valor porque hay clientes que se van, tienes que cumplir unos 'remedies' [las condiciones que puede imponer la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia], echas a entre el 40% o 50% [de la plantilla]. Si esa ventaja no existe, no tiene mucho sentido”, aseguró el consejero delegado de Sabadell, César González-Bueno. Esta entidad sí puede verse beneficiada por la progresividad del gravamen. “Me parece que nos discrimina marginalmente menos. Seguimos siendo de los que más pagamos respecto al beneficio. Antes era más desproporcionado, ahora menos desproporcionado”, asumió.
Los márgenes aguantan
Las cinco grandes entidades españolas, al margen de esas críticas al impuesto, cerraron 2024 con cifras récord de beneficio, a pesar de que prácticamente la mitad del ejercicio ha estado marcado por el fin de la política de austeridad del BCE, que comenzó a recortar los tipos de interés el pasado mes de junio con la intención de inyectar oxígeno a la economía de la eurozona.
A pesar de ese cambio en la estrategia del organismo presidido por Christine Lagarde, los principales bancos han mantenido la estabilidad de lo que denominan margen de clientes, que básicamente recoge lo que ingresan gracias a la comercialización de hipotecas y lo que pagan a sus clientes en forma de retribución de sus depósitos.
En el siguiente gráfico se ve cómo han evolucionado esos márgenes de los cinco grandes bancos desde 2021, antes de que el BCE comenzara la subida de tipos de interés, y hasta finales de 2024.
Los márgenes se disparan tras la subida de tipos
Diferencia (margen) entre lo que ingresa por los créditos (%), de media, cada banco cada año y lo que paga por los depósitos
Fuente: informes de resultados de las entidades
Un ejemplo, Caixabank, en 2021, cuando el euríbor estaba en mínimo histórico, cobraba, de media, un 1,61% y pagaba un 0% por los depósitos. En 2023, cobraba un 4,47% por los créditos y pagaba un 0,89% por esos productos de ahorro. Y en 2024, recogiendo ya medio año de rebaja de tipos, cobró de media un 4,27% por esos créditos y un 0,96% por los depósitos.
En el caso de Santander, a cierre de 2024, esos mismos porcentajes se situaban en el 4,31% y en el 1%. “La banca española es muy competitiva”, argumentó Ana Botín al desglosar los datos de la entidad. “Lo importante es a qué precio damos las hipotecas, también los depósitos. Estamos dando hipotecas, de media, más barato de lo que prestamos al Estado. Ese es el mejor indicador, es verdad que la retribución de los depósitos no es la misma que en otros mercados”, reconoció.
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