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ANÁLISIS

Los salarios declarados a Hacienda superan en 2020 y 2021 a los estimados por el INE

Un camarero atiende una mesa en la terraza de una cafetería
27 de febrero de 2022 22:48 h

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La idea de estimar el fraude fiscal comparando las rentas declaradas a Hacienda con las estimadas por la Contabilidad Nacional (CN) tiene larga tradición en España. La primera estadística nacional de IRPF aparece en 1979. En la década de los 80 el Instituto de Estudios Fiscales (IEF) ya impulsó y financió una Comisión del Fraude Fiscal que estimó el fraude en el IRPF para el periodo 1979-1987, comparando la citada estadística con la Encuesta de Población Activa y la Contabilidad Nacional. Pero la Estadística del IRPF tiene el problema de excluir las rentas de las personas que no presentan declaración de IRPF y agrupa en las rentas del trabajo a los salarios, las pensiones y las prestaciones por desempleo.

La aproximación al fraude por contraste con la Contabilidad Nacional se hizo más fácil cuando el IEF inició a principios de los 90 su programa de estadísticas económicas basadas en las declaraciones tributarias que luego continuó la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT). Aparecieron entonces contrastes para salarios y pensiones, para las rentas de las empresas personales y las sociedades e incluso para el gasto sujeto a IVA que pueden estudiarse en la colección de Papeles de Trabajo del IEF de los años 90. Estos trabajos contribuyeron a enriquecer la base estadística de la Contabilidad Nacional, que juega también un papel esencial en el estudio anual que promueve la Comisión Europea sobre el fraude en IVA.

El fraude de los salarios

La estadística Mercado de Trabajo y Pensiones en las fuentes tributarias (MTPFT) que publica anualmente la AEAT se basa en las declaraciones (el modelo 190) presentadas por 1,7 millones de empleadores y otros pagadores de rentas del trabajo con datos individualizados de 28 millones de personas. La serie de salarios de esta estadística -y de su antecesora en el IEF- desde 1995 puede consultarse en la base de datos en excel que distribuye la AEAT con el nombre de Series históricas de Bases Imponibles, tipos e impuestos devengados al acceder al Informe Mensual de Recaudación.

Para comparar estos salarios declarados (SS.AEAT) con los que estima la Contabilidad Nacional es necesario realizar un ajuste sectorial y otro territorial que se traducen en una reducción de un 10% aproximadamente en la cifra de la Contabilidad Nacional.

  • Excluir los salarios pagados por los hogares a los empleados del hogar que no se declaran en el modelo 190. La CN publica el detalle anual de estos salarios que representan el 2% de la masa salarial total.
  • Excluir los salarios de los territorios forales, País Vasco y Navarra, que no están cubiertos por las estadísticas de la AEAT. La Contabilidad Regional del INE proporciona la remuneración de asalariados de cada CCAA y se conoce, por tanto, para cada año, el peso de los salarios de los territorios forales. En el año 2000 representaban un 8,3% del total nacional y en 2020 un 7,8%.


Expresando los salarios declarados a Hacienda en porcentaje de los calculados por la Contabilidad Nacional -ajustados de empleados de hogar y territorios forales,- se encuentra que, en media de 2000-2019, representan un 95%, que es la línea roja representada en el gráfico. Sólo en los años 2006 y 2007 del boom inmobiliario se elevaron al 98%.

Pero en 2020 alcanzan un 100,3% y en 2021, un 101,1%. ¿Qué ha pasado? ¿A qué se debe esta anomalía de un fraude negativo?

Está claro que la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR) no está recogiendo debidamente los datos de las estadísticas tributarias. En 2020 estima que los salarios cayeron un 7,2%, pero los salarios declarados cayeron sólo un 4%. Y en 2021 estima un incremento del 5,9% cuando los datos tributarios para los tres primeros trimestres de 2021 arrojan un crecimiento del 6,7%. En la CNTR se exageró la caída en 2020 y subestima la recuperación de 2021.

Este proceder del Instituto Nacional de Estadística (INE) ha tenido un claro impacto en la opinión de los españoles sobre la situación económica (vemos peor la de España que la nuestra particular) y falsea un parámetro fundamental de la política económica: la presión fiscal aparente calculada expresando los ingresos públicos en porcentaje del PIB.

Si el INE no remedia la situación recibiremos el informe de los expertos sobre la reforma fiscal en un escenario macroeconómico oficial que no refleja la realidad.  

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