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Vecinos del centro de Bilbao denuncian irregularidades en las obras de demolición en un terreno del Obispado

Obras de demolición en curso frente al CEIP Cervantes y junto a la escuela Universitaria de Magisterio Begoñako Andra Mari, en Bilbao

Beatriz Olaizola

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La asociación vecinal Plataforma por un Abando Habitable y Saludable ha denunciado este lunes el “incumplimiento de diversas medidas impuestas en la licencia de derribo” en las obras de demolición del edificio Escuela Universitaria de Magisterio Begoñako Andra Mari (BAM), que se están llevando a cabo en el número 2 de la calle Barrainkua, en el centro de Bilbao. La parcela donde se están desarrollando los trabajos de demolición está delimitada por las calles Lersundi, Heros y Barrainkua, y se sitúa frente al Colegio Cervantes, de educación infantil y primaria.

El terreno pertenece al Obispado de Bilbao, que en junio de 2019 llegó a un acuerdo con la empresa constructora Murias Grupo para construir una nueva sede, Bizkeliza Etxea, en la parcela ocupada por la Escuela Universitaria BAM. El objetivo del proyecto es reunir los servicios pastorales, culturales, educativos y caritativos de la diócesis en un mismo emplazamiento, y trasladar a otro lugar la escuela. Entonces, también se anunció que el 44% del edificio, 6.000 metros cuadrados, se vendería a Mutualia, mutua colaboradora con la Seguridad Social, por 30 millones de euros para abrir allí una clínica privada, con lo que se financiaría la construcción.

Tras el anuncio del proyecto, la Plataforma Abando Habitable y Sostenible, conformada por vecinos de la zona y madres y padres del Colegio Cervantes, se posicionó en contra de lo que denominaron “pelotazo urbanístico”, debido al “impacto que supondría en la escuela y el barrio”. “Hacen falta espacios libres públicos de proximidad, especialmente para la infancia y las personas mayores. Si se construyera perderíamos la última oportunidad para conseguir un espacio público, en una zona densamente edificada”, recogieron en su día en su página web, donde alcanzaron el millar de firmas contra la construcción de la nueva sede del Obispado.

Aun sí, el proyecto ha seguido su curso, y el 29 de marzo de 2021 se concedió finalmente la licencia de obras a Construcciones Murias S.A. para “el derribo de la Escuela Universitaria de Magisterio BAM”. El calendario de obras de derribo fue remitido por la empresa constructora al Colegio Cervantes a finales del mes de junio y en él consta que la fecha prevista para terminar con la “demolición total” del edificio era el 24 de agosto. “Tienen previsto acabar antes del inicio de las clases, el 8 de septiembre. Lo que nos preocupa es que al acabar el derribo quieren seguir con las obras de construcción sin solución de continuidad. Ese es el mayor problema al que nos enfrentamos, porque si están haciendo todas estas irregularidades en la obra ahora, cuando empiece la construcción ¿qué podemos esperar de quienes ya se saltan las normas? Deberían haber acabado ya la demolición total y no lo han hecho”, se quejan desde la asociación.

No es la primera denuncia interpuesta por la plataforma. En junio de este año, al comenzar las labores de derribo, interpusieron una primera a raíz del incumplimiento del horario de obras, además de una segunda por la instalación de una “grúa clandestina” quince días después. Las denuncias se han ido sucediendo y ampliando hasta ahora. Por el momento, en la asociación han recibido dos informes del Subárea de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento de Bilbao, y han tenido acceso a un tercero, que aún no les ha sido enviado. El primero de ellos está fechado a 18 de junio de 2021 y firmado por el arquitecto jefe del subárea, Aitor Iriarte Cortázar. En él se señala que una grúa estaba montada en el patio de la parcela “sin que se haya tramitado la pertinente licencia municipal para dicho medio auxiliar” y que “el montaje de la misma no se preveía en el estudio de seguridad y salud que forma parte del proyecto de ejecución”. El informe también recoge “deficiencias en el andamiaje”. Ambas irregularidades, se especifica, debían “subsanarse” en un “improrrogable plazo de dos días, con advertencia de paralización en caso de incumplimiento”.

Los otros dos informes, uno del 12 de julio y el más reciente con fecha de 11 de agosto, responden a las diferentes denuncias que la plataforma ha interpuesto durante los últimos dos meses. En el primero de ellos, se indica que “se han girado periódicas visitas de inspección al emplazamiento” y que “se está dando el cumplimiento” de las condiciones “generales” y “particulares” respecto al “tratamiento de escombros y documentación de la obra”. Una de las irregularidades que la asociación ha denunciado a lo largo de estos dos meses es el “riego inapropiado y la falta de aspersores en zonas que se van a demoler”. Exponen que en los puntos número cinco y quince de la licencia se establece que “se regará continuamente con aspersores en las zonas que se van a demoler antes y durante la demolición para reducir la emisión de polvo” y que “los materiales de fábrica y los escombros serán regados con la continuidad y forma necesarias a fin de evitar polvaredas”. Ante estos requerimientos, mencionan que sí se está utilizando una manguera para el riego de los escombros de la planta baja, pero que “no se usan aspersores requeridos en el punto cinco de la licencia” y que “se sigue demoliendo y dejando caer escombros de material de fábrica sin riego”. A este respecto, el último informe del Ayuntamiento concluye que el sistema de regado que se está empleando, con manguera, “es más adecuado que el de aspersores escritos en la licencia para la consecución del objetivo de minimizar la producción de polvo”.

Otra de las quejas de Abando Habitable y Sostenible está relacionada con el “lanzamiento continuado de escombros” por las ventanas del edificio, que, alegan, han documentado en vídeo. Sin embargo, el informe del 12 de julio recoge que son “actuaciones puntuales e inocuas” porque los escombros son “restos inertes de planchas de cartón yeso y aislamiento, que ya de por sí no produce polvo”. El informe de agosto también incide en las técnicas de demolición utilizadas y asegura que “son las normales y habituales en una obra de demolición”. Desde la asociación vecinal señalan que “llegado este punto, no se fían de lo que dice al Ayuntamiento” y que ese es el motivo por el que han colocado cámaras que graban las obras a diario. “Sus informes se basan en la visita de obra, donde les enseñan lo maravilloso que lo están haciendo todo. Obviamente paran de demoler. Lo que les dicen a los inspectores y lo que hacen son cosas diferentes. Explican que están tirando los escombros por unos agujeros que han hecho dentro de las plantas, para que no haya polvo, pero basta ver un rato las obras para darte cuenta de que los escombros los tiran por la fachada. Por un lado está la realidad que te quiere contar la constructora y por otro la realidad que se ve en el vídeo”, critican.  

El “incumplimiento del horario de obras” también es uno de los aspectos recogidos en cada una de las denuncias, remitidas todas ellas al Área de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos del Ayuntamiento de Bilbao. El punto siete de la licencia de demolición establece que las “tareas ruidosas” deberán cesar “todas las horas en punto desde las 9 horas hasta las 16:30 (ambas incluidas) durante 10 minutos”, lo que, denuncian, no se está cumpliendo. Ante esta acusación, el informe del 12 de julio del Consistorio concluye que “la queja presentada” será trasladada “para que pueda ser atendida por el departamento competente”. “En las denuncias hay links a las grabaciones, pero son horas y horas de grabación que es imposible adjuntar en una denuncia. Añadimos algún trozo de los vídeos, pero incluso al mandarlos y verlos alegan que son hechos puntuales. No son un hechos puntuales. ¿Es puntual pero lo estamos viendo cada día?”, insisten en la asociación.

Algunos de los miembros de Abando Habitable y Sostenible también están en la Asociación de Madres y Padres de Alumnos del Colegio Cervantes. “Estamos preocupados porque nos enfrentamos a estas obras. Ya sin las obras estábamos preocupados por el avance de la variante delta y la falta de medidas de ventilación, pero si encima tenemos estas obras delante... No nos van a permitir ventilar. Vamos hacia un choque de trenes y llevamos denunciando más de un año. Es un asunto muy farragoso, responden tarde y es muy complicado de seguir. Que se cumpla la normativa, no estamos pidiendo más. Trabajamos en esto para que cuando el alumnado esté en el centro se cumpla verdaderamente”, concluyen.

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