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Recreación romana, carpetana y medieval para defender el patrimonio arqueológico de Carabanchel

Recreadores de Terra Carpetana, uno de los seis grupos que estarán el próximo sábado en el parque Eugenia de Montijo

Luis de la Cruz

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El sábado 17 de septiembre el parque Eugenia de Montijo (Carabanchel) será testigo de unas particulares jornadas de recreación histórica, con representaciones desde época carpetana a la Edad Media y la participación de más de cincuenta recreadores especializados. La particularidad reside en la intencionalidad del acto: reivindicar el estudio y la conservación del yacimiento arqueológico ubicado en el parque, en los terrenos de la antigua Cárcel de Carabanchel y el entorno de la Ermita de Nuestra Señora de la Antigua, donde se han encontrado restos de asentamientos carpetanos, romanos, visigodos y de época contemporánea.

El parque se llenará de campamentos antiguos entre las 10.00 y las 20.00 y se darán charlas para difundir dichos periodos históricos. El entretenimiento y el aprendizaje convivirán, además, con la información proporcionada a los asistentes por numerosos colectivos y asociaciones vecinales de los distritos de Carabanchel y Latina.

En 2019 ya hicieron unas jornadas informativas que son la prehistoria reciente de esta otra. La cosa salió tan bien que a sus impulsores, Carabanchel, Historia y Patrimonio, se les ocurrió hacer el año siguiente las jornadas de recreación histórica. Pero entonces llegó el Covid y lo paró todo. O casi, porque, aunque la jornada se suspendió siguió creciendo en dimensión dentro del debate vecinal. Y se sumaron entidades de recreación histórica hasta sumar las seis que estarán participando este sábado: cuatro de mundo romano, una medieval y otra carpetana (Bjornland Hird, Hispania Romana, Evocati Apri Scipionio, Terra Carpetana, Ludus Gladiatorum Vulcanum y Septimani Seniores). Los organizadores esperan que la jornada sirva para llamar la atención sobre la necesidad de conservar el patrimonio arqueológico de lo que desde Carabanchel Historia y Patrimonio denominan Carabanchel Zona 0, “un área limítrofe entre los distritos de Carabanchel y Latina, desatendida y vaciada de uso y significado”.

Pero la dialéctica entre la conservación del patrimonio arqueológico carabanchelero y el planeamiento urbanístico no es solo teórica, y los vecinos lo saben. Recientemente, se ha llevado a cabo una intervención arqueológica en el mismo parque Eugenia de Montijo y la antigua cárcel asociada al proyecto de urbanización de los terrenos. Movimientos de tierra en el contexto del mismo viejo planeamiento que incluye que el parque sea atravesado por una vía rápida. Los hallazgos, que han sido estudiados pero se volverán a cubrir, los detalla el periódico A Voces de Carabanchel:

“En el parque confirmaron la existencia de restos de muros de piedra caliza y silos asociados a un asentamiento carpetano entre los siglos IV y III a.C.; de varios pozos relacionados con los viajes de agua de las quintas de recreo de los siglos XVIII y XIX, uno de los cuales conservaba el brocal; de una estructura circular de ladrillo macizo cuya función desconocen, aunque relacionada con el aprovechamiento del agua y colmatada a finales del siglo XIX o principios del XX; de los restos de los alcorques del camino entre la quinta de los Montijo y la ermita de Nuestra Señora de la Antigua. Para el final de la reunión los arqueólogos dejaron su principal descubrimiento: la primera mina o viaje de agua de época romana encontrada en la Comunidad de Madrid, y de momento la única”.

Una larga historia de lucha vecinal por el patrimonio de Carabanchel

El punto de partida del conflicto entre el urbanismo y los intereses de unos vecinos cada vez más concienciados con la importancia de su patrimonio hay que buscarlo en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid en 1997 y la división en parcelas de los terrenos de la cárcel de Carabanchel y parte del parque de Eugenia de Montijo, así como en un Plan Especial posterior.

Pronto, el barrio empezó a movilizarse en torno a la memoria con el nacimiento de la Plataforma Ciudadana por el Centro de Memoria Cárcel de Carabanchel. Pero el movimiento memorialista era inseparable, por sus actores y la visión de conjunto sobre el barrio que les movía, del resto de reivindicaciones vecinales, como la petición de un hospital para la zona sur, equipamientos sociales y zonas verdes.

En paralelo, y enriquecidas por esta visión vecinal del territorio, surgieron otras reivindicaciones, como la puesta en valor de la vía pecuaria que une Monseñor Óscar Romero con la Avenida de los Poblados, que también ha sido dividida en viario y parcelario. “Una conexión fantástica entre los distritos de Carabanchel y Latina,” explican desde Carabanchel, Historia y Patrimonio. También la reclamación sobre el cierre del CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) de Aluche, o la protección de Nuestra Señora de la Antigua y su entorno.

Precisamente, la lucha por esta ermita (el edificio románico más antiguo de Madrid) ha sido un espaldarazo importante para la lucha por el patrimonio en Carabanchel. El pequeño templo se rehabilitó hace un año con el impulso de la Archidiócesis, pero también por la insistencia y el trabajo -a pie de calle y con publicaciones- de los activistas por el patrimonio.

Y ahora toca el yacimiento. Desde CHyP temen que no interese que éste gane entidad para que su protección no choque con los planes urbanísticos en curso, pero se sabe que bajo la tierra de estos terrenos hay un patrimonio estimable. El Colegio Profesional de Arqueología de Madrid presentó en marzo de 2021 la propuesta ante Patrimonio para declararlo BIC (Bien de Interés Cultural) en el apartado de arqueología, sin que de momento haya habido contestación.

 “Los restos estudiados en la última campaña, que son la demostración de que el plan urbanístico sigue adelante, en realidad, porque se hace para edificar, se han cubierto. Si el yacimiento no obtiene un nivel de protección mayor el siguiente paso será construir, algo prácticamente irreversible”, explican desde Carabanchel Historia y Patrimonio. El patrimonio arqueológico, en opinión de esta asociación vecinal, está en peligro si la ciudadanía no permanece vigilante. “Ya ha habido obras importantes, como las de unas canalizaciones eléctricas, que no tuvieron seguimiento arqueológico hasta el aviso vecinal, por ejemplo.”

Cada vez que se mueve tierra aparece algo. Durante las obras de remodelación de la estación de Carpetana se descubrieron restos paleontológicos con valiosos hallazgos del Mioceno (una parte sirvieron para musealizar la estación). En 2005 se produjo también un hito importante, muy ligado con las jornadas del próximo sábado. Aquel año, al empezar las obras de la ampliación de la Vía Carpetana, se encontraron estructuras. A estas alturas, la vecindad de Eugenia de Montijo y alrededores ya había desarrollado una sensibilidad especial con el patrimonio oculto en su barrio y, literalmente, tomó las obras para conseguir que se pararan. Se dice que una vecina se subió a una de las excavadoras para conseguirlo, incluso.

La protesta obligó a la paralización de la operación y al inicio de un estudio previo al desarrollo del Plan. “El acto del próximo sábado es también un homenaje y un recuerdo a aquellos vecinos y vecinas, que son la memoria de nuestras reclamaciones sobre el territorio”. Si el plan urbanístico se reanuda donde quedó, el parque quedará partido en dos por una vía rápida y, por ello, se celebra la recreación histórica en el mismo lugar donde se pararon entonces las obras. Porque es una continuación de la misma lucha vecinal.

“El plan que se hizo entonces está absolutamente desfasado, se hizo en un momento en el que no se conocían algunas cosas y otras no se habían puesto en valor. No recoge la nueva protección del entorno de la ermita, no tiene en cuenta las modificaciones urbanísticas de la Glorieta del Ejercito, niega la vereda de la vía pecuaria, el patrimonio arqueológico, el propio parque, además de no tener una visión social”, explican desde Carabanchel Historia y Patrimonio.

Los vecinos de Carabanchel saben que, salvo excepciones como la recuperación de la Finca Vistalegre, el patrimonio fuera de los centros históricos es una especie en constante peligro de extinción. “Cuando murió Blanca Fernández Ochoa pensaron que tenían que ponerle su nombre a un polideportivo. Encontraron el de La Mina, en Carabanchel, y decidieron cambiarle el nombre. No sabían por qué se llamaba así y no le dieron importancia, probablemente, pero ese nombre era el recuerdo de la mina que proveía de agua a la zona, vital para su desarrollo urbano; un referente histórico para todos los vecinos. Además, hasta la placa conmemorativa de la situación de la fuente original parece estar colocada en el sitio equivocado. Es una anécdota que sirve para entender lo que importa el patrimonio en estos barrios”, comenta con pesar Felo, nuestro interlocutor con Carabanchel, Historia y Patrimonio. El sábado, ambientados como los pueblos que siglos atrás poblaron esta parte de la meseta, los vecinos y vecinas de Carabanchel seguirán reclamando que el pasado de sus barrios es importante y les pertence.

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