La innovación no es una carrera, tampoco en inteligencia artificial

Como parte de su filosofía, Silicon Valley y sus epígonos plantean cada innovación como una carrera de velocidad en la que, el que primero sale, toma ventaja y es el que cruza la meta en primer lugar porque al resto de corredores no les da tiempo a reaccionar. Hay que captar rápido la atención del inversor.

Sin embargo, la innovación no siempre funciona como una carrera corta sino como un desafío de largo recorrido. 

Creo que hemos escuchado demasiados discursos derrotistas sobre la incapacidad de la UE, que estos días ha anunciado una inversión de 200.000 millones en IA, para competir en este ámbito con EE.UU y China. En mi opinión, no solo está a tiempo sino que podría ponerse en cabeza. El futuro no está escrito y no olvidemos que hay intereses geoestratégicos para debilitar e Europa que se apoyan en poderosas herramientas de desinformación. 

En innovación, como en muchas carreras, a veces es más inteligente mantenerse en el grupo de quienes siguen al primero para valorar las oportunidades y decidir, con más posibilidades de éxito, cuándo arrancar para llegar primero a la meta. Algo así es lo que estamos viendo estos días en el ámbito de la IA con DeepSeek o la europea Mistral.

Otra opción es llegar todos juntos a la meta colaborando y repartir las medallas, pero eso sería hablar de competiciones diseñadas con inteligencia humana.