Así será la futura estación de tren de Valladolid: homenaje a Concha Velasco, 253 millones y 43 meses de obra

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha presentado este lunes en Valladolid el proyecto de remodelación de la estación ferroviaria Campo Grande. La licitación de la misma se hará en el Consejo de Ministros de este martes con un coste previsto de 253 millones de euros (IVA incluido) y con una ejecución de las obras de 43 meses en las que la estación seguirá funcionando.
Puente ha adelantado que la estación comenzará sus obras, previsiblemente, en octubre de este mismo año y que la actriz vallisoletana Concha Velasco dará su nombre a la terminal. El ministro ha calificado como “día histórico” la presentación que también ha servido para presentar a Valladolid como un futuro “nodo ferroviario” que conectará el norte de España. Una de las principales novedades, que hasta la fecha no lo hacía, es conectar ambos lados de la vía. Ya que, como ha indicado el exalcalde, se ha diseñado un edificio “360 grados” por lo que se podrá acceder por la entrada tradicional frente a la calle Estación y por el barrio de Las Delicias, hasta ahora sin entrada.
Según el ministro se construirá un nuevo edificio de viajeros y se duplicarán las vías y los andenes para acoger a cinco millones de viajeros al año, 17.500 en un día laborable. Todo ello, manteniendo la estación en el centro de la ciudad y transformando el entorno urbano, con una nueva plaza e itinerarios para peatones y bicis. Además, contará con un aparcamiento subterráneo con 600 plazas, apostando por una integración en superficie y liberando espacios para la ciudad.
La nueva terminal, ha explicado Puente, se plantea como un edificio puente en el que prima la funcionalidad ferroviaria, el espacio para los viajeros, la accesibilidad y la sostenibilidad. En su estructura se utilizarán 2.200 toneladas de acero, equivalente al peso del London Eye, y estará envuelta por “una piel textil” que la convertirá en un icono para la arquitectura ferroviaria y para Valladolid.
“Con esta actuación se resuelve una asignatura pendiente con la estación desde que llegó la alta velocidad a Valladolid en 2017. Es su momento se adecuó la infraestructura, pero no se llevó a cabo ninguna actuación arquitectónica ni de tratamiento de ciudad, que yo mismo he impulsado desde que estoy al frente del Ministerio para conseguir que este proyecto sea ya una realidad”, ha asegurado Óscar Puente durante el acto.
En total, contará con 7.900 metros cuadrados útiles repartidos en dos plantas y dos entreplantas y una plataforma de acceso, que consolidará la estación como espacio abierto e integrado en la ciudad. Las obras, “clave para mejorar y adecuar los servicios ferroviarios a la ciudad”, como señalan desde el Ministerio de Transportes, arrancarán en octubre de 2025. La futura estación prestará solo servicios para viajeros, desviando las mercancías por la variante Este y mejorando la operativa.
El objetivo es convertir Valladolid en un nuevo nodo ferroviario a nivel nacional, un punto estratégico y vertebrador de la red arterial hacia el norte, noroeste, sur y este, manteniendo la estación en el centro y transformado el entorno urbano, ha remarcado el ministro.
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Es por eso que para mantener la centralidad es fundamental sacar el tráfico de mercancías del interior de la ciudad, por lo que la estación sólo prestará servicios para viajeros (Alta Velocidad, Media Distancia y OSP), eliminando la infraestructura destinada a las mercancías y desviándolas por la variante del Este.
Esta actuación conseguir mejorar la operativa y la flexibilidad de la gestión del tráfico, esta medida permite reducir la superficie destinada al ferrocarril en Campo Grande, que actualmente ocupa 300.000 m2, e impulsar una optimización de los suelos para generar nuevos espacios públicos y dar respuesta al incremento de la demanda de forma eficiente.
La modernización de la estación posicionará a Valladolid como un eje clave del sistema ferroviario nacional, listo para afrontar los desafíos del transporte en el siglo XXI, equiparándose en capacidad a estaciones como Zaragoza Delicias o Córdoba. Para resolver estos desafíos, el proyecto se ha abordado desde una triple óptica: ferrocarril, ciudad y arquitectura.
Cinco millones de pasajeros en 2050
Para mejorar el servicio ferroviario, se duplicarán la playa de vías y los andenes para atender al doble de la demanda actual, que está previsto que alcance los cinco millones de pasajeros en 2050, optimizando la superficie que ocupan. Así, la futura estación Campo Grande contará con cinco vías y dos andenes de ancho convencional y siete vías y cuatro andenes de alta velocidad (ancho internacional o estándar).
Las nuevas vías de ancho internacional contarán con 'bretelles', que son unos aparatos de vía que permiten al andén funcionar como un único andén cuando se estacionen trenes en doble composición, o como dos andenes independientes, lo que permite gran flexibilidad en la gestión del tráfico, reduciendo el espacio necesario para la playa de vías y permitiendo contar con entre 7 y 11 vías en función de la composición del tren.
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Los nuevos andenes garantizarán la accesibilidad universal y la interoperabilidad del sistema ferroviario. Cada uno dispondrá de una escalera fija, un ascensor panorámico y dos escaleras mecánicas. Además, se duplicará el espacio destinado a los viajeros. Así, el nuevo inmueble, que se construirá sobre la playa de vías y se plantea como un edificio puente, contará con una superficie útil de 7.900 metros cuadrados repartidos en dos plantas y dos entreplantas, donde prima la funcionalidad ferroviaria, la fácil orientación y el rápido movimiento de los viajeros.
La primera planta, con 4.100 m2 útiles, se organizará en torno a tres bandas. La central será el vestíbulo principal de 1.100 metros cuadrados y abierto a todos los viajeros. En una de las bandas laterales, con visión directa a los andenes, las salas de embarque de Alta Velocidad y Media Distancia con sus respectivos controles de accesos. En la otra banda se situará la zona comercial y de locales de operadores vinculadas a la plataforma de conexión con la ciudad, desde la cual también se puede acceder a la estación.
En la planta baja y entreplanta inferior, de 1.600 m2, se ubicarán la comisaría y diferentes espacios de uso puramente ferroviario, además de los locales técnicos. En la entreplanta superior o mezzanina, de 2.200 metros cuadrados, se localizarán la sala de autoridades, salas vip y club y espacios para oficinas de la estación.
El edificio tendrá una planta rectangular de 126 metros de longitud y 40 metros de ancho, con una altura máxima de 20,5 metros sobre el nivel de acceso, e integrará las tecnologías más avanzadas para asegurar la accesibilidad, la conectividad, el confort y los servicios al pasajero. En su estructura se utilizarán 2.200 toneladas.
Apuesta por la luz natural y las energías renovables
El nuevo edificio de viajeros será sostenible y tendrá un consumo casi nulo gracias a su diseño basado en sistemas modernos de alto rendimiento y al uso de energías renovables. Por ejemplo, la facha de propio edificio reduce la exposición al sol gracias a la piel exterior que tamiza la radiación solar, y la cubierta permite la entrada de luz natural a través de los lucernarios, lo cual reduce la necesidad de contar con iluminación artificial.
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Además, se utilizarán soluciones geotérmicas para la producción de agua fría y caliente y se instalarán módulos fotovoltaicos para autoconsumo. Por su parte se van a unificar los edificios actuales dispersos por la estación de Campo-Grande en un complejo único, liberando espacio peatonal para la ciudad, y permitiendo llevar a cabo una reordenación integral del espacio frente a la estación y del entorno urbano, que tiene como objetivo unir la nueva actuación al tejido urbano actual de Valladolid, dando prioridad a los espacios verdes y a los flujos peatonales.
Una estación abierta e integrada en la ciudad
Uno de los objetivos de este proyecto es ser el germen de los nuevos desarrollos urbanos al otro lado de la estación, garantizando la conexión a ambos lados de las vías, y otro es potenciar y fusionar el mundo ferroviario y el urbano, logrando una convivencia mejorada.
Así, el nuevo edificio de viajeros se ubica de forma transversal a las vías, para posibilitar la conexión entre ambos lados y coser física y visualmente la ciudad a través de su plataforma de conexión. Esta plataforma de conexión o acceso será de 180 x 12 metros y se colocará como un puente sobre las vías, en paralelo al nuevo edificio, creando un nuevo espacio urbano de 2.000 metros cuadrados, que ha sido diseñada de forma accesible, inclusiva y teniendo en cuenta la perspectiva de género.
Para construir la plataforma se utilizarán 550 toneladas de acero estructural, lo que equivale al peso de 1,5 trenes de alta velocidad. Esta plataforma contará con un carril bici separado de las zonas peatonales mediante mobiliario urbano, que garantiza la conectividad ciclista del entorno. Sobre la pasarela se generará un espacio tanto para estancia como para circulación y ocio, orientado al ciudadano y al viajero. Es decir, se consolida la estación como espacio abierto e integrado en la ciudad.
Los accesos a la plataforma se han diseñado para facilitar su uso a los ciclistas y contarán en cada extremo un ascensor panorámico diseñado para permitir el acceso de bicicletas, una escalera fija para canalizar los flujos peatonales más rápidos, una rampa mecánica para peatones y ciclistas con la bicicleta en mano.
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Los principales objetivos de la reordenación del entorno urbano son adaptar la infraestructura ferroviaria a las nuevas modalidades de movilidad: vehículos eléctricos, compartidos, bicicletas, etc. Además de garantizar la calidad y la accesibilidad de los espacios públicos e impulsar la regeneración urbana y la mejora de la calidad y sostenibilidad, con una apuesta por la arquitectura de consumo casi cero. También se aboga por mejorar el medio ambiente urbano y reducir la contaminación, apostando por los espacios verdes y favoreciendo el uso de medios de transporte que reduzcan el consumo de combustibles fósiles.
Así, se duplicará el espacio destinado a entorno urbano de 5.425 metros cuadrados a 9.300 metros cuadrados, siendo un 80% para zonas verdes y paseo, estanciales y para niños. Se plantará vegetación de especies autóctonas y con bajos requerimientos hídricos.
En una nota de prensa, el Ministerio de Transportes ha indicado que se busca proteger, fomentar el uso y poner en valor el patrimonio cultural, dando un papel fundamental a la estación y a la marquesina histórica.
El edificio histórico se convertirá en el protagonista de la nueva plaza de la estación, que será la fachada horizontal del conjunto, y estará libre de coches. Será un espacio permeable que priorizará la movilidad activa y sostenible y contará con zonas ajardinadas y de estancia con pérgolas o vegetación protectora, con parada de taxis y autobús y aparcamiento para bicicletas.
Arquitectura e ingeniería
La arquitectura del edificio busca darle sentido a la idea y dinamismo del viaje y se ha apostado por la envolvente textil para materializarla y convertirlo en un icono, pero sin competir con el edificio histórico, que se resalta de forma respetuosa y armoniosa. Una piel que es el elemento fundamental para que la nueva estación tenga una imagen icónica y una rotundidad volumétrica.
El uso de la piel textil está avalado por la ingeniería. Será la última capa de una solución de fachada diseñada ad-hoc para garantizar la ligereza y la transparencia del edificio de viajeros, que tamiza la luz natural del día y que de noche se ilumina irradiando luz, reforzando su carácter icónico, permitiendo que la fachada cambie en escenarios de día y noche.
La iluminación se convierte, así, en un elemento más del diseño, que permite que la estación sea reconocible a distancia, que sirva como elemento de orientación y que confiera seguridad a los viajeros. La envolvente del edificio está constituida por dos pieles siendo la interior más sólida y donde se integran los huecos que permiten el aprovechamiento de la luz natural en los espacios interiores. La segunda piel se hará de una material textil.
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