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Mazón es la X que falta por despejar en el envío de la alerta masiva a la población el día de la DANA

Jorge Suárez, junto a Carlos Mazón y Salomé Pradas, la noche del 29 de octubre.

Sergi Pitarch / Lucas Marco

València —
19 de febrero de 2025 22:39 h

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El Gobierno valenciano ha comunicado a la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Catarroja la lista de la treintena de organismos y personas que participaron en la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) el pasado 29 de octubre para la gestión de la DANA. Sin embargo, en la lista falta un personaje importante: el presidente de la Generalitat, Carlos Mazon, quien se incorporó al Cecopi que se había convocado en l'Eliana sobre las 19.30. Mazón es la persona a quien la jueza quiere que se identifique como máximo representante autonómico que estaba en la reunión cuando se lanzó la ya famosa alerta masiva a la población a las 20.11 y que llegó a los móviles cuando miles de personas estaban con el agua al cuello y, algunas, ya desaparecidas o fallecidas.

La instructora pretende saber con estas informaciones quién decidió lanzar el mensaje a través del sistema Es-Alert, quién elaboró el texto, que tilda de “errado en su contenido”, y por qué se retrasó tanto si a las 18.00 ya se puso encima de la mesa esa opción.

Carlos Mazón, que ya hace días que afirma ante los medios de comunicación que su Gobierno dará todas las explicaciones al juzgado, llegó dos horas y 45 minutos después de que el Cecopi hubiera arrancado, pero tuvo mucho que ver en el lanzamiento del mensaje masivo. Por acción y por omisión. Como ya ha venido contando elDiario.es en las últimas semanas, el subdirector de Emergencias, el alto funcionario Jorge Suárez, fue la primera persona que puso encima de la mesa la posibilidad de utilizar el Es-Alert para avisar a la población, sistema por el que también abogó el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo.

Eran pasadas las 18.00 y la información que llegaba al Cecopi no hacía más que empeorar. En ese momento se estudiaba confinar a la población, pero la consellera Salomé Pradas pidió hacer un receso. Sobre las 18.10, los representantes del Gobierno, entre ellos la delegada Pilar Bernabé, y también las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, fueron desconectados de la reunión a la que asistían por videoconferencia.

En otra sala, y acompañada por el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, Pradas intentaba contactar con el jefe del Consell para comunicarle la situación y también la posibilidad del uso del Es-Alert. Hubo una comunicación entre Pradas y Mazón a las 18.45, llamada reconocida por el propio presidente de la Generalitat, en la que la consellera le informa de la posibilidad de rotura de la presa de Forata. Este hecho fue el que motivó a Carlos Mazón a presentarse en el Cecopi. Fue tras esa llamada y a esas horas cuando se inicia la confección y preparación del mensaje Es-Alert, según ha podido saber elDiario.es de varias fuentes presenciales. Es, por tanto, en esa comunicación cuando se informa al presidente de la posibilidad de lanzar la alerta masiva, una operación que el jefe del Consell habría aprobado verbalmente a la consellera.

Jorge Suárez y una funcionaria fueron los encargados de iniciar los trámites del mensaje y a partir de las 19.00 empezaron los encontronazos entre técnicos por el contenido del mensaje. Suárez y el jefe del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia, José Miguel Basset, debatían de manera acalorada sobre lanzar un mensaje muy contundente o más rebajado para no alarmar más de lo necesario a la población. Hubo quien planteó incluso que no se enviara porque podría ser contraproducente. El debate genera tanta tensión que el presidente de la Diputación de Valencia y el secretario autonómico de Emergencias claman para que el mensaje se lance. “¿Queréis mandar el mensaje de una puta vez?”, espetan.

Pero siguen los escollos. En ese momento surge la duda del alcance geográfico de la alerta masiva, cuyo diseño corresponde a la Generalitat, según los protocolos del Ministerio del Interior. Para resolver esta decisión, la consellera vuelve a comunicar vía telefónica con Mazón. Tras hablar con el presidente, según varios testigos, la consellera indica que se mande a toda la provincia de Valencia. Una vez decidido el alcance y el texto –que la jueza cuestiona porque no sirvió para que las personas que murieron ahogadas en sus viviendas pudieran haberse protegido subiendo a plantas superiores– Suárez se dirigió a lanzar la alerta, pero un testigo del Cecopi recordó que hacía falta una segunda validación.

La conexión con las autoridades del Gobierno central se había recuperado a las 19.00, pero se volvió a cortar sobre las 19.40, coincidiendo con la llegada del presidente de la Generalitat a la reunión clave, una hora y media después de que la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias emitiera un aviso de riesgo en el que declaraba el escenario 2 en la presa de Forata por “peligro de rotura o avería grave”.

Una alerta que no sirvió para nada

Antes de incorporarse al Cecopi, el presidente y la consellera tuvieron una conversación en un apartado, de unos diez minutos, en la que Pradas le habría informado, entre otras cosas, del lanzamiento definitivo de la alerta masiva.

Este apartado, según ha publicado La Vanguardia, habría coincidido con el momento en que Mazón dio la validación final para lanzar el Es-Alert. Tras otros diez minutos poniendo al día al presidente, el Cecopi recuperó la conexión con los representantes del Gobierno y se reanudó la reunión de crisis. Los funcionarios, con el aval de la orden política, lanzaron el mensaje a las 20.11 del fatídico día. No sirvió para nada.

La jueza de la DANA, la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Catarroja, ha reiterado en varios autos recientes que el envío de la alerta fue “notablemente tardío”, además de “errado en su contenido”. Y es que simplemente pedía “evitar cualquier desplazamiento” (y no que la población se refugiara en plantas superiores).

“Muchas de las víctimas fallecieron sin salir de la planta baja de su domicilio, al bajar al garaje o simplemente por encontrarse en la vía pública”, afirma la instructora tras haber escuchado decenas de declaraciones de familiares de fallecidos y de testigos de la barrancada.

La magistrada, a modo de conclusión premilinar de su investigación, asegura: “En definitiva, los daños materiales no se podían evitar, las muertes sí”. Solo un testigo, actualmente sin aforamiento, puede relatar en detalle y al completo las conversaciones con Mazón sobre el envío de la alerta: la exconsellera Salomé Pradas.

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