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ANÁLISIS

Junts recupera el ‘bussiness friendly’ con ayuda del PSOE

Puigdemont y Sánchez Llibre, en Perpinyà, durante la campaña de las últimas autonómicas
28 de febrero de 2025 22:33 h

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Ramon Tremosa, que fue conseller de Empresa con Quim Torra y después concejal de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona, ha sido una de las voces independentistas más duras contra Aena. En un debate parlamentario de febrero de 2024 acusó a la compañía pública de imponer “un chantaje unilateral” a los catalanes al dar a elegir entre un proyecto concreto de ampliación del aeropuerto de El Prat “o nada”.

“Si el que Aena presta a nuestro territorio no es un trato colonial, poco le falta”, aseguró el entonces diputado, que opinó que el gestor aeroportuario tiene “muchos deberes pendientes” en materia medioambiental.

Tremosa, al igual que Junts, defendió un modelo catalán de gestión aeroportuaria, que supondría que Aena saliese de las tres grandes bases catalanas: Barcelona, Girona-Costa Brava y Reus. “El modelo centralista de Aena es único en el mundo desarrollado”, se quejaba entonces, y añadía que “no puede ser que Aena esté gestionando nuestro aeropuerto desde Madrid, a seiscientos kilómetros, de espaldas a toda Catalunya”.

Por eso sorprendió, al menos de entrada, el anuncio de que el exconseller se incorporará como consejero independiente a Aena. Ahora bien, hay dos claves que ayudan a entenderlo. La primera es que su elección llega en pleno debate sobre la ampliación de El Prat. El president de la Generalitat, Salvador Illa, es un firme defensor de la ampliación pero para conseguir aliados debe mirar a su derecha. Tremosa, como Junts, pese a las reiteradas críticas a AENA defiende el crecimiento del aeropuerto y en eso tanto el PSC como los posconvergentes están alineados con los sectores empresariales y su principal patronal, Foment, como lobby de presión. En este y en otros tantos proyectos.

El presidente de Aena, Maurici Lucena, un hombre del PSC, ha intentado desligar el fichaje de Tremosa de las estrategias políticas. “Aquí no se incorpora ningún espacio político ni partido. Tremosa tiene experiencia, formación y conocimiento”, subrayó este miércoles. Pero el nuevo consejero, a quien conoce hace años, es un nombre claramente vinculado al espacio de Junts y sus sucesivas metamorfosis. Es algo que saben también en los ámbitos empresariales con los que Tremosa siempre ha mantenido buenos enlaces.

Algo parecido ha pasado con Elena Massot, a quien Enagás nombrará como consejera en su Junta de Accionistas del próximo 27 de marzo. Será una independentista en una de las cortes empresariales del socialismo catalán. Esta energética la preside Antoni Llardén desde 2007, y tiene entre sus consejeros al expresidente catalán José Montilla y a la que fuera diputada del PSC Maite Costa. El nombramiento de Massot como consejera se producirá después de que Junts haya impulsado el rechazo al impuesto a las energéticas en el Congreso.

Massot es la heredera del grupo inmobiliario Vertix, fundado por su padre, el empresario convergente Felip Massot, una de las mayores fortunas de España. Fue la primera mujer en presidir una organización empresarial en Catalunya, FemCat, el referente de los empresarios catalanes que simpatizan con el independentismo, en sustitución del hoy presidente de Fira de Barcelona, Pau Relat.

Artur Mas fue quien acuñó el concepto ‘bussiness friendly’ cuando llegó al Govern en el 2010. Se presentaba como un Ejecutivo “amigo de la empresa” y apelaba a la necesidad de recuperar el valor social de las empresas y darles protagonismo. Así fue hasta que el procés dio al traste con muchas de esas relaciones cultivadas desde la época del pujolismo. La frustración de empresarios que intentaron mediar para evitar que Carles Puigdemont proclamase la DUI y el traslado de sedes sociales de grandes compañías durante el 2017 provocaron una ruptura que ahora se está ya superando.

Foment, con su incansable Josep Sánchez Llibre al frente, rehabilitó públicamente a Puigdemont cuando se reunió con él en Perpinyà antes de las elecciones catalanas del 12 de mayo. En tanto que el candidato de Junts le trasladó las peticiones de la patronal. 

Desde entonces ha habido más encuentros entre dirigentes de Junts y representantes empresariales. Como siempre en estos tipos de contactos, la mayoría no han trascendido. La estrategia del partido de Puigdemont en el Congreso evidencia que su propósito, y también el de Foment, es utilizar sus siete votos, imprescindibles como se ha demostrado, para presionar al Gobierno en defensa de los intereses de estos sectores económicos. Pasó con el impuesto a las energéticas y ahora con la propuesta para reformar el horario laboral. “Las élites empresariales ven a Sánchez Llibre como un activo importante porque ven que defiende sus intereses”, resumía un empresario hace unas semanas.

Si a finales de año fue la UGT quien se desplazó a Waterloo para convencer a Puigdemont de que apoye la propuesta impulsada por Yolanda Díaz, a mediados de este mes fue la plana mayor de la CECOT, la patronal de las pequeñas y medianas empresas, las que se fueron a Bélgica para que el expresident se oponga a esa reducción de los horarios. De momento, tal y como ha explicado Jordi Turull cada vez que se le ha preguntado, la propuesta aprobada por el Consejo de Ministros pero que debe ser tramitada en el Congreso, no cuenta con el apoyo de los independentistas.

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