Claves para elegir un sérum de retinol que funcione bien en tu tipo de piel

Cómo elegir el retinol más adecuado para tu piel.

Martín Frías

22 de enero de 2025 22:27 h

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La mala noticia es que muchos productos cosméticos tienen un efecto mínimo en la piel, o incluso perjudicial. Los exfoliantes de carbón activado o huesos de fruta triturados, los parabenos, microplásticos y otros ingredientes comunes en cremas y lociones son demasiado agresivos con la piel, y eliminan el sebo y la capa de células que en realidad están ahí para protegerla, dejándola expuesta e irritada. Otros, como la mucosa de caracol o los rodillos de jade no tienen prácticamente ningún efecto positivo.  

La buena noticia es que ciertos ingredientes sí tienen efectos positivos en la piel. Entre los más estudiados se encuentra el retinol. El retinol es una forma de vitamina A que, aplicada de forma tópica, puede mejorar la textura, estimular la producción de colágeno y reducir los signos del envejecimiento, como arrugas y manchas. Además es eficaz para tratar afecciones como el acné, ya que regula la producción de sebo y ayuda a limpiar los poros. Este compuesto tiene la capacidad de penetrar la piel debido a su estructura molecular pequeña y su naturaleza liposoluble, lo que le permite atravesar la barrera cutánea, que está formada principalmente por lípidos. 

Una vez que el retinol llega a las capas más profundas de la epidermis, las células lo transforman en ácido retinoico, que es la forma activa de la vitamina A. Este ácido interactúa con los receptores celulares, promoviendo la renovación celular y la formación de colágeno, lo que puede mejorar la apariencia de la piel con el tiempo. Pero ¿cómo aplicarlo? Y, sobre todo, ¿cómo elegir un buen producto?

El retinol en cada tipo de piel

Uno de los factores más importantes al elegir un sérum de retinol es la concentración de este ingrediente. Las fórmulas disponibles en el mercado pueden variar desde niveles muy bajos, como 0.1%, hasta concentraciones más altas de 2% o más. Como ocurre con otros tratamientos, si estamos empezando a usar retinol, lo ideal es comenzar con una concentración baja. Esto permite que la piel se adapte gradualmente, reduciendo el riesgo de irritación, enrojecimiento o descamación. 

Las personas con piel sensible deben tener especial cuidado y optar por fórmulas diseñadas específicamente para este tipo de piel, que suelen incluir agentes calmantes como aloe vera o niacinamida. 

Hay que tener en cuenta que, aunque el retinol también se utiliza a veces para ayudar a tratar el acné y las cicatrices que produce, el acné grave suele tratarse con un retinoide (un compuesto diferente, más potente) recetado junto con otros medicamentos que ayudan a combatir la inflamación y las bacterias. Si se padece acné o cualquier otra afección cutánea, es fundamental consultar con un dermatólogo antes de iniciar el uso de un producto cosmético. El retinol, por ejemplo, puede agravar los síntomas de la rosácea y el eczema. 

Otro aspecto fundamental es conocer tu tipo de piel. Si tienes piel seca, un sérum de retinol con ingredientes hidratantes como ácido hialurónico o ceramidas puede ser la mejor opción. Estos componentes ayudan a combatir la sequedad que a veces puede acompañar al uso de retinol. Para las pieles grasas o mixtas, es recomendable buscar una fórmula ligera y no comedogénica, es decir, que no obstruya los poros. En el caso de las pieles maduras, las fórmulas enriquecidas con antioxidantes como la vitamina C pueden ofrecer beneficios adicionales al combatir el daño causado por los radicales libres.

Cómo aplicar un sérum con retinol

El momento del día en el que planeas usar tu sérum de retinol también influye en la elección del producto. El retinol es fotosensible, lo que significa que se degrada con la luz solar y puede hacer que la piel sea más susceptible al daño solar y, por tanto, se irrite. Por esta razón, su uso suele recomendarse por la noche y, al mismo tiempo, complementarlo con una rutina que incluya un protector solar durante el día. Algunas fórmulas de retinol están específicamente diseñadas para minimizar la fotosensibilidad, pero aun así es necesario proteger la piel con un protector solar del mayor índice posible para estar seguros.

Los productos de retinol pueden venir en diferentes presentaciones como sueros, cremas o aceites. Los sueros o sérums suelen ser más ligeros y penetran más profundamente en la piel, lo que los hace la mejor opción para quienes buscan resultados rápidos. Por otro lado, las cremas pueden ser una opción más suave y adecuada para pieles sensibles o secas, ya que a menudo incluyen ingredientes hidratantes que reducen la irritación.

Al elegir un sérum de retinol, también es fundamental prestar atención a la calidad de la marca y la transparencia en la etiqueta. Busca productos recomendados por dermatólogos o marcas con buena reputación. Una buena opción es usar la aplicación Yuka u otra similar para detectar posibles ingredientes irritantes o nocivos. Además, leer reseñas de otros usuarios en Internet puede darte una idea de la eficacia y la tolerancia del producto en diferentes tipos de piel.

Si utilizas un producto con retinol, tu rutina para la piel, nocturna en esta caso, debería ser parecida a esta, según la guía publicada por la Academia Americana de Dermatología:

  1. Lavarse la cara
  2. Secarse la cara
  3. Aplicar retinol
  4. Esperar unos minutos y aplicar la crema hidratante

La paciencia es clave porque los resultados de los productos con retinol no suelen ser inmediatos y pueden tardar varias semanas o incluso meses en hacerse visibles. Según un estudio de 2015, se observó una “reducción significativa” de las arrugas en los participantes que usaron un retinol durante 12 semanas. Otro estudio más reciente de 2019 encontró que las arrugas alrededor de los ojos y en el cuello mejoraron en individuos que usaron retinol durante ocho semanas.

Por tanto, es importante no desanimarse y seguir las instrucciones del fabricante, especialmente en cuanto a la frecuencia de uso. Una buena regla general es comenzar aplicando el producto dos o tres veces por semana y aumentar gradualmente la frecuencia para evitar posibles reacciones adversas.

No podemos olvidar que el cuidado de la piel es algo personalizado. Lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra, y es posible que necesites probar varios productos antes de encontrar el que mejor se adapte a tu piel. Como siempre, si tenemos dudas lo mejor es consultar a un dermatólogo.

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