El aceite de oliva vuelve a precios previos a su despegue mientras la lluvia augura otra buena cosecha

El precio de la cesta de la compra lleva meses viviendo al son que marca el aceite de oliva, aunque ahora hay otros productos, como los huevos, que están dando más quebraderos de cabeza tras semanas de subidas. Para compensar a estos últimos, el aceite –al menos en origen– prácticamente ha vuelto a su punto de partida, porque lo que se paga a los productores es lo mismo que en otoño de 2022, cuando comenzó su espiral inflacionista.

El Ministerio de Agricultura mide, semanalmente, el precio de cada 100 kilos de aceite al salir de la almazara, es decir, antes de llegar a la distribución, a los supermercados y a las tiendas de alimentación. Ahí el último dato corresponde al 16 de marzo, cuando se situó en 406,04 euros. Si nos remitimos a 2022, ese precio no se veía desde octubre de ese año, justo en el momento en el que comenzaron los avisos de que venían tiempos difíciles en cuanto al coste de esta materia prima esencial, como consecuencia de un desplome de la producción por la persistente sequía. “Esta es una campaña excepcional por lo baja”, aseguraba entonces el Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.

En el siguiente gráfico se ve la evolución del precio en origen del aceite de oliva virgen extra desde principios de 2022, meses antes de que comenzara su ascenso a máximos históricos. Se incluyen las semanas previas y posteriores a la invasión de Ucrania por Rusia, que derivó en la subida generalizada de la inflación.

Ahora, esos mensajes fatalistas, quedan atrás y se vive la situación contraria, porque hay un llamamiento generalizado a evitar que se hundan esos precios que se pagan a los olivareros, más aún cuando las semanas de lluvias que se están viviendo en la Península Ibérica hacen prever una evolución positiva de las cosechas. 

De hecho, Luis Planas ha hecho esta semana un llamamiento a no dañar la retribución que se paga a los olivareros, para que puedan cubrir sus costes de producción. “El mercado manda”, asumió el responsable de Agricultura, pero “he mandado un mensaje, tienen que ser [precios] remuneradores para todos los eslabones de la cadena. Centrémonos en esta campaña, si todo el mundo hace lo que debe, tiene que ir bien”, en referencia a que la lluvia puede incrementar la producción y disparar la oferta a lo largo de los próximos meses. “Hay que tener la mirada larga”, añadió.

De momento, las previsiones de Agricultura pasan por alcanzar en esta campaña los 1,42 millones de toneladas, lo que deja atrás unos años en los que se han rozado las 800.000 toneladas. Una situación que tuvo impacto en los precios a escala global, porque España concentra el 40% de la producción mundial y el 77% de todo el aceite que se produce en el conjunto de la Unión Europea. 

Desde octubre, el precio del aceite de oliva en origen ha caído más de un 45%. Y si se mide la caída desde que tocó máximos –hace poco más de un año, en enero de 2024– la caída ha sido de más del 55%. 

Esa evolución ha llevado a los productores a poner sobre la mesa que tienen problemas para cubrir sus propios costes, que no han bajado en la misma medida. “Estamos en cuatro euros en origen cuando deberíamos partir de cinco en las categorías más bajas”, explicó en una entrevista con elDiario.es el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Cristóbal Cano. “En algunos sitios, estamos por debajo de los costes de producción y eso no es sostenible. Ahora mismo hay explotaciones, con los precios que tenemos, que están en números rojos”, recalcó.

Los precios en los supermercados

El aceite de oliva ha bajado tanto en origen como en los puntos de venta, aunque aún no ha vuelto a los precios que tenía en la distribución antes de que comenzara toda la escalada. Entonces en la recta final de 2022, podía encontrarse en los supermercados en el entorno de los 3,2 euros, en el caso del virgen extra. Ahora, por ejemplo, un litro de esta variedad de la marca Hacendado de Mercadona cuesta 5,85 euros, exactamente lo mismo que en Dia; mientras que el de Carrefour está a 5,84 euros. 

Como contexto, a principios de 2024, estas mismas enseñas dispararon el precio del aceite de oliva virgen extra en el punto de venta final por encima de los 12 euros el litro. Es decir, en un año, la bajada en el eslabón final de la cadena alimentaria ronda el 50%, siempre en el caso de las marcas blancas. 

En paralelo, este descenso de los precios ha hecho que los consumidores aceleren su compra. Agricultura publica, mensualmente, un análisis de la cesta que adquieren los hogares, aunque lleva meses de decalaje. El último dato corresponde a noviembre, cuando los hogares españoles adquirieron un 52% más de aceite de oliva que en el mismo mes del año anterior. En conjunto, el volumen de compra –solo doméstico, porque no incluye la hostelería– superó, en ese penúltimo mes de 2024, los 26,2 millones de litros, según el citado panel de consumo. Un año antes, se quedó en casi 18,2 millones. También supusieron un desembolso mucho más alto, porque las compras de AOVE realizadas en el último noviembre equivalieron a 190 millones de euros, casi un 40% más que un año antes.