Una exposición fotográfica se adentra en el esqueleto de la central nuclear de Lemoiz, abandonada desde hace 40 años
La portada de un periódico del año 1999 con declaraciones del por aquel entonces ministro del Interior de España, Jaime Mayor Oreja, sobre política penitenciaria, una guía inmobiliaria, un guante usado y hasta un balón de playa inflado son algunos de los objetos que ha encontrado -y fotografiado- dentro de la central nuclear de Lemoiz, abandonada desde 1984, la artista Ixone Sádaba en su exposición 'Escala 1:1' con la que busca reflexionar sobre su legado material, simbólico y político.
“En un recodo de la sinuosa carretera que lleva de Armintza a Bakio”, como indica el historiador Raúl Romo en su libro Euskadi en duelo, se encuentra, actualmente custodiada por dos vigilantes de seguridad, la abandonada central nuclear de Lemoiz, como si se tratase del esqueleto de un gigante. Hasta el año 1996, estaba protegida por una especie de acuartelamiento de la Guardia Civil en barracones, que en su día albergaba hasta 300 hombres que impedían cualquier tipo de parada en la carretera que rodea la central, situada a 15 kilómetros de Bilbao, en la zona conocida como la Cala de Basordas. Iberduero -Iberdrola nació en 1992 como resultado de la fusión entre esta e Hidroeléctrica Española- se hizo cargo de la construcción de la central, que fue iniciada sin el consentimiento legal necesario. Sin embargo, la construcción de Lemoiz se paralizó en 1984 y la central jamás se puso en funcionamiento.
Sádaba la convirtió en su objetivo fotográfico un día de 2020 durante la pandemia de la COVID-19, cuando pasó por esa carretera en moto. “De repente la vi y me di cuenta de lo poco que sabía sobre la central nuclear de Lemoiz. De lo ajena que era su historia, de cómo es algo que hemos silenciado hasta que prácticamente ha quedado en el olvido”, ha reconocido la artista, licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, (UPV/EHU) que completó su formación con un máster en Dirección Artística en la Universidad Antonio de Nebrija en Madrid (2001) y un postgrado en el Internacional Center of Photography de New York (2005).
Su obra, expuesta en Azkuna Zentroa a partir de este 6 de febrero, se compone de tres partes. La primera, una serie de fotografías de la central desde dentro y desde fuera en formato de archivo que el espectador puede ver y tocar como si de un libro se tratase, además de unos objetos que la propia artista sustrajo en su visita a la central nuclear, para la cual tuvo que solicitar un permisó que le tardó en llegar seis meses. La segunda, una réplica del mirador construido en 1974 para visitar las obras y ubicado en un alto cerca de la carretera que conduce a las instalaciones de Lemoiz. “Está situado en el acceso al espacio principal de la exposición con la intención de que funcione a modo de atalaya desde la que se puede divisar pasado, presente y futuro”, ha destacado el comisario de la obra, Carles Guerra.
Por último, la tercera parte del proyecto es un ejercicio de restitución proyectando fragmentos de las construcciones que conforman el complejo de Lemoiz a tamaño real. En una de las salas del centro Sádaba muestra secuencias de tomas fotográficas recomponen muros y vistas del complejo y, por un momento, es como si la sala viajase hasta las puertas de la central nuclear, que luce ahora rodeada de plantas y hiervas por el paso del tiempo y el descuido de las instalaciones.
Preguntada por qué fue lo que más le sorprendió en sus visitas a la central, la artista, ha reconocido que “su magnitud” y las curiosidades que encontró como “un balón de playa hinchado” o el hecho de que la central “está algo inundada” por las lluvias y el embalse cercano a las instalaciones. “También me sorprendió el silencio. Cuando vas estás dentro parece un laberinto y no sabes muy bien dónde estás. El silencio es absoluto”, ha reconocido.
El proyecto incluye un programa de actividades en el que destaca la conversación que tiene lugar esta tarde antes de la inauguración, entre Ixone Sádaba y Carles Guerra. Como parte del programa público de la exposición se plantea un conversatorio que permita poner en palabras todos los aspectos visualizados durante la investigación de Ixone Sábada y el proyecto Escala 1:1 comisariado por Carles Guerra, así como sus distintas ramificaciones. Entre las personas participantes se encuentran el sociólogo Iñaki Martínez de Albéniz y la arquitecta, investigadora y fotógrafa Julia Schulz-Dornburg. Asimismo, tendrán lugar visitas introductorias todos los jueves. Además, se puede recorrer la exposición con Ixone Sádaba el 19 de febrero y el 26 de marzo. El programa se completa con actividades escolares, como los talleres que ofrecerá junto con el artista José Ramón Ais en torno al herbario que habita la central y la capacidad de las plantas para transformar la luz en energía.
0