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El PNV lleva al Parlamento un plan de revitalización de la comarca de Busturialdea sin ninguna mención al Guggenheim

Urkullu, en una reunión del patronato del Guggenheim

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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El PNV y el PSE-EE, socios en el Gobierno vasco, han registrado este viernes una iniciativa para impulsar un “plan de reactivación de la comarca de Busturialdea y de los municipios que la integran” que, en la línea de lo defendido este lunes por el lehendakari, Iñigo Urkullu, no menciona expresamente el proyecto estrella de su partido en Bizkaia, el segundo Guggenheim en Urdaibai, en concreto en Gernika y Murueta. Desde que trascendió el enfriamiento del proyecto tras una reunión en Ajuria Enea con la diputada general, Elixabete Etxanobe, en la que Urkullu textualmente pidió dos años para ver si museo era “viable”, cargos del partido han repetido que el plan nunca se ha parado y que se hará con total seguridad. También lo ha hecho Andoni Ortuzar, pero la lista incluye a Leixuri Arrizabalaga, la portavoz foral, o a Itxaso Atutxa, la presidenta vizcaína. El propio Imanol Pradales, candidato a lehendakari, es un firme defensor de este plan.

Sin embargo, el escrito registrado por el parlamentario (vizcaíno) Mikel Arruabarrena de la mano del socialista Ekain Rico bebe exactamente del discurso de Urkullu. Es decir, plantea un plan global de respuestas a una comarca necesitada de impulso en la línea de otras actuaciones en Ayala o Debabarrena. Se incide en que es una reserva de la biosfera, la única de Euskadi y apenas apunta que el plan deberá plantear medidas para la “diversificación del sector cultural”.

PNV y PSE-EE quieren aprobar antes de que acabe la legislatura vasca -previsiblemente en febrero se disolverá el Parlamento- una resolución que encomiende al Gobierno un plan de impulso de Busturialdea. Las líneas maestras, que tendrán que ser “compartidas con los principales agentes sociales y económicos de la comarca”, donde ha florecido la oposición al Guggenhem, tendrán que mirar a la “dinamización” de la economía y la industria, a una “nueva cultura de aprovechamiento sostenible de los recursos agropecuarios y pesqueros”, al “control del turismo en la zona y sus efectos”, a una solución para el suministro de agua potable, a políticas de “movilidad” e “infraestructuras” y a la “cohesión social”. Lo más relacionado con el Guggenheim, que no aparece en el texto a pesar de que Bizkaia ha reservado 40 millones de euros y pedido otros 40 al Estado, es que se buscará una “diversificación del sector cultural o la regeneración urbana y medioambiental”. De hecho, Urkullu ya matizó que el “arte” en la comarca va mucho más allá del posible museo y mencionó cuevas, museos y hasta la Casa de Juntas de Gernika, sede del roble foral.

PNV y PSE-EE remarcan que las reservas de la biosfera son a la vez zonas de protección pero que precisan de “desarrollo económico y social”. “Transiciones suaves y de convivencia sostenible”, apuntan. Recalcan que Urdaibai tiene una gran riqueza de flora y fauna, una “función conservadora” de la biodiversidad. “Durante los últimos años, las dificultades derivadas de los diferentes contextos vividos y las condiciones especiales en las que se desarrolla la actividad en la comarca, han puesto en riesgo la transformación del particular tejido económico e industrial de la zona, el desarrollo de nuevos proyectos empresariales, así como la generación de nuevos puestos de trabajo”, explican. Por ello, el entorno -donde viven 46.000 personas- precisa de una “estrategia” integral que no orille que es un “espacio protegido”.

En un comunicado, el PSE-EE sí ha mencionado la polémica por el Guggenheim. Asegura que hay una “falta de clarificación” por parte de su socio y que ello no puede suponer un “obstáculo” para otras políticas en Busturialdea. Los socialistas demandan “prudencia, rigor y transparencia” al PNV sobre el proyecto, en concreto datos más claros sobre su “dimensión, fines, contenido, función, presupuesto e implicación institucional”.

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