Santiago Abascal no logra contener el rosario de bajas que está sufriendo Vox en las últimas semanas, a pesar de que le sonríen las encuestas y no para de potenciar su imagen internacional mostrando sus alianzas inquebrantables con Donald Trump y Javier Milei. El último en desfilar ha sido el exdiputado por Cádiz y general de brigada de Infantería de Marina retirado Agustín Rosety, que se ha dado de baja en Vox precisamente por no estar de acuerdo con el seguidismo del líder de la formación de extrema derecha con el presidente de Estados Unidos. Rosety llevaba varios días criticando en su perfil de X a Abascal, al que llegó a acusar de ser un “lamebotas de Trump”.
“Ser un patriota no es elegir las alianzas de tu país por afinidades ideológicas. Ser un patriota es poner siempre por delante los intereses nacionales, no la ideología. Ser un patriota no es ser un lamebotas de Trump y aplaudir acríticamente todo lo que dice y hace”, escribió, para poco después cerrar su cuenta en esta red social ante la avalancha de reproches e insultos que recibió.
Su decisión de dejar el partido fue adelantada por su compañero Víctor González Coello de Portugal en un post de X, red social que el militar ha decidido abandonar también. “Me ha dicho nuestro general y querido compañero Agustín que se ha dado de baja y cerrado su cuenta de X. Cansado de la deriva en el partido, de los ataques y de las mentiras. La verdad es que es triste perder a los mejores en Vox, y él era de los primeros”, escribió González en su cuenta personal.
La marcha de Rosety es la última de un rosario de abandonos que comenzaron después de que las elecciones generales de julio de 2023 en las que Vox pasó de 52 a 33 escaños en el Congreso y han continuado en el tiempo. Desde entonces han dado un portazo a Abascal varios de los fundadores del partido, entre ellos el que fuera portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, su mujer, la exportavoz en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, y muchos otros cargos públicos y orgánicos que llegaron a la formación de extrema derecha como grandes estrellas, como el exvicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García Gallardo, que anunció la dimisión de todos sus cargos hace escasamanente un mes. Poco antes fueron expulsados dos procuradores de su grupo en las Cortes castellanas y leonesas, Ana Rosa Hernando (Burgos) y Javier Bernardo Teira (Salamanca), mientras la dirección expedientaba la portavoz del grupo municipal de Vox en Palencia, Sonia Lalanda. Todos ellos tienen un denominador común: criticaron la deriva autoritaria de Vox y exigieron más democracia interna.
El descontento por estas últimas expulsiones ha derivado en la articulación de un movimiento crítico interno cuyos promotores se dieron cita el pasado fin de semana en un hotel de Madrid. Los congregados firmaron un manifiesto -la Declaración de Barajas- que han adjuntado a una carta enviada a Abascal en la que le piden una reunión y le exigen una “refundación” de Vox así como que rinda cuentas por sus decisiones, como romper los acuerdos de gobierno con el PP o abandonar el grupo de los Conservadores y Reformistas de Bruselas para impulsar junto al húngaro Víktor Orban Patriotas por Europa.
Rosety fue uno de los tres militares que fichó Abascal para las listas a las generales en abril de 2019, junto a Manuel Mestre y Alberto Asarta, cuando la formación consiguió por primera vez representación en esa institución parlamentaria. El general fue cabeza de lista por Cádiz, escaño que revalidó en noviembre de ese mismo año tras la repetición electoral. Abascal no le incluyo más en las listas y en 2023 fue sustituido por la presidenta de la formación en la provincia de Cádiz y vocal actual del Comité Ejecutivo Nacional, Blanca Armario.