Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar

Uno no se rebela por odio, sino por amor

Agustín Gómez Arcos
21 de marzo de 2025 22:32 h

4

Fue hace unos años cuando a la autora e investigadora Remedios Zafra, por uno de esos mecanismos burocráticos inventados para robarnos el alma y las ganas de apasionarnos con nuestros trabajos, le solicitaron un informe que justificara la necesidad de usar un ordenador en condiciones para desarrollar su actividad.

Remedios podría haberse resignado y redactar el dichoso informe, invertir su valioso tiempo en esa tarea mecánica robándoselo al pensar, al escribir, al crear o al vivir. Sin embargo, decidió convertir ese informe en un magnífico ensayo en el que reflexiona sobre cómo la hiperproductividad, la precariedad, la competición o la burocracia están afectando a nuestras vidas.

“Pensé que otros estaban así, como yo, viviendo sin saber que tienen vida. Por eso decidí frenar profundizando, tantear este camino, contestar a su petición de informe desde una escritura rebelde con lo que me hace sentir neutralizada. Convertir este informe en desinforme y reivindicar un cambio, porque amo la vida”.

Ahí estaba. Esa rebeldía que nos lleva a tomar la palabra, a parar y a alzar la voz aunque todo parezca indicarnos que lo más fácil es callar y seguir la corriente. Esa rebeldía que nada tiene que ver con el odio y todo con el amor que sentimos por aquello que de verdad nos importa.

Los personajes de Gómez Arcos, expulsados de la memoria española, sobrevivieron en las páginas de sus libros. El silencio no les venció

Supongo que es la misma rebeldía que me lleva a indagar en los silencios, en las historias expulsadas de nuestra memoria, en aquellas cosas a las que la falta de un relato les robó la presencia entre nosotros, entre el mundo de los vivos. Dice el escritor Javier Peña que las historias siempre han estado ahí para hablar de los temas que se quieren pasar por alto. En el fondo, creo que contar historias es una forma de rebeldía.

Uno de los ejemplos más claros de ello lo encuentro en la obra de Agustín Gómez Arcos, el escritor almeriense, hijo de un alcalde republicano, educado en secreto en los principios de la Institución Libre de Enseñanza (erradicada en el franquismo por no crear buenos españoles), homosexual, autor de un talento desbordante al que la censura negó la palabra.

Exiliado a París a finales de los 60 y obligado a empezar de nuevo fregando platos en restaurantes, Gómez Arcos decidió aferrarse a la lengua francesa para sobrevivir, para no olvidar, para no abandonar en el silencio todas aquellas historias, nombres, recuerdos, experiencias que la dictadura pretendía borrar como si nunca hubiesen existido.

Lo que sucedió fue, cosas de la vida, que aquellos relatos comenzaron a ser leídos en el país vecino, que la historia de Ana No, la mujer que recorre a pie las vías del tren desde el sur hasta el norte de España con un bizcocho en el regazo para ver por última vez a su hijo encarcelado, la mujer que aprende a leer y toma conciencia de sí misma, se convirtió en uno de los personajes más relevantes de la literatura francesa de la época, que los hermanos amantes de El Cordero Carnívoro, una metáfora sobre las formas de enfrentarse a la opresión, una fuerza transformadora plagada de deseo y subversión contra el orden impuesto, fue una bomba editorial. Y así, sus personajes expulsados de la memoria española, sobrevivieron en las páginas de sus libros. El silencio no les venció.

El clima de odio y de insultadores profesionales en espacios virtuales o presenciales no es más que una nueva forma de ese silencio impuesto en este país durante muchos años

¿No les parece una forma absolutamente bella de rebeldía? Estoy convencida, la palabra es rebeldía. Y en tiempos como estos, en los que a muchos se nos quitan las ganas de opinar, de participar, de estar presentes en los espacios, lo pienso más que nunca.

El clima de odio y de insultadores profesionales en espacios virtuales o presenciales no es más que una nueva forma de ese silencio impuesto en este país durante muchos años. Nuevas formas, mismo fondo, convertir al otro en enemigo, asustarle para que no hable, atosigarle hasta que se canse, hasta que renuncie a la palabra.

Yo misma he estado tentada muchas veces a abandonar las redes en las que me expreso y he decidido cuidar muy bien en qué espacios gasto mi energía. También echo de menos leer a personas que solían hacerme reflexionar con sus opiniones, o incluso reír, porque hasta la risa se ha convertido en objetivo de este clima insoportable de polarización.

Sinceramente, no tengo respuestas sobre lo que podemos hacer, pero sí que soy consciente de que más que nunca, la palabra es necesaria. Quienes amamos cosas de este país porque lo hemos estudiado bien, quienes nos sentimos herederos de una España que tiene más que ver con el espíritu de las Misiones Pedagógicas, con las maestras republicanas, con los poetas, con las grandes mujeres que conquistaron derechos que parecían inalcanzables, con los versos de Lorca, con el pensamiento de María Zambrano, debemos rebelarnos contra el silencio que se nos intenta imponer. Porque como dijo Agustín Gómez Arcos, uno no se rebela por odio, sino por amor.

Sobre este blog

Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar

Etiquetas
stats