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La llamada de auxilio del hijo mayor de Juana Rivas a su madre: “No quiero volver con papi, me ha pegado”

Fragmento del vídeo que Gabriel Arcuri Rivas gabró para pedir ayuda para su hermano a finales de 2024

Álvaro López

Granada —
24 de febrero de 2025 09:41 h

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Gabriel, el hijo mayor de Juana Rivas, ha autorizado la difusión de una llamada de auxilio que le hizo a su madre cuando tan solo tenía 13 años. Un mensaje en el que el niño, que hoy es mayor de edad y vive con su madre en Granada por decisión propia desde 2022, dice tenerle miedo a su padre porque le ha pegado. La defensa de Juana Rivas, que acaba de perder el juicio por la custodia de Daniel, el hermano pequeño de Gabriel, recuerda que esta y otras pruebas han sido presentadas recurrentemente sin que la Justicia italiana las haya tenido en cuenta. Por eso, van a recurrir esa decisión mientras Daniel sigue en Granada con su madre.

“Mami, por favor, tengo miedo, no quiero volver con papi. Me ha pegado y ha cogido a Dani y le ha pegado en la cabeza muy fuerte, y le ha dicho: 'Hijo de puta, gilipollas hijo de puta; eres como tu madre, pequeño enano de mierda'”, dice Gabriel en una llamada telefónica a su madre el 16 de abril de 2019. Entonces, el niño tenía 13 años y expresaba en esa comunicación el “miedo” que tiene a su progenitor porque este le había pegado e insultado, según denuncia, hasta el punto de no querer regresar con él. Una conversación que ahora, ya mayor de edad, ha querido compartir junto con otros mensajes que dijo en la misma llamada.

En esa misma comunicación con su madre, Gabriel hace referencia también varias veces a su hermano pequeño, Daniel, cuya custodia sigue recayendo, desde la semana pasada, en Francesco Arcuri, condenado por malos tratos en 2009: “He dicho por favor que quería por favor hablar con la mami, quería saludarla y que Dani se consolara, porque lloraba, porque quería hablar contigo, pero papi no quería, y papi le decía: 'No, que no está tu mamá, que no está tu mamá'”. Es decir, según el niño, Arcuri le negaba a Daniel que hablase incluso con su madre.

Pero Gabriel también describe una agresión física: “Me cogió del brazo y me tiró contra la pared. A Dani le hizo lo mismo, lo levantó de la camiseta y lo tiró en la escalera y se hizo daño en la espalda, y se quedó llorando en el suelo”. Antes de terminar la llamada, el menor advierte: “Mami, ahora no te puedo contar más porque me tengo que ir a casa, luego, si puedo, sigo”.

Según la defensa de Rivas, esta grabación, junto con otros audios, mensajes de texto, partes médicos, fotografías de lesiones y declaraciones de testigos, han sido presentadas tanto a la Justicia italiana como a la Justicia española. En este sentido, recuerdan que el testimonio de Daniel ante la jueza de guardia de Granada el pasado 7 de enero, clave para otorgar la cautelar que le permite seguir en Granada, fue en esa línea porque la magistrada “decidió dar plena credibilidad al menor y protegerle”.

De paso, los abogados de Rivas aprovechan para desmentir las declaraciones que ha hecho Arcuri en una entrevista en El Mundo. Francesco Arcuri afirma que Juana Rivas no tenía interés en comunicarse con sus hijos. Gabriel, sin embargo, describe una situación diferente: “Le he preguntao por favor si podía hablar contigo, podía llamarte, y me dijo: 'Figlio di putana schifoso, no probare a fare una cosa del genere, vergognati'” (“Asqueroso hijo de puta, no intentes hacer algo así, avergüénzate”). Además, según la defensa, un perito judicial italiano ha examinado los dispositivos móviles y ha determinado que las llamadas y mensajes entre los niños y su madre no han sido manipulados.

Una custodia basada en un síndrome falso

Pese a todo, el Tribunal de Cagliari insistió la semana pasada en que la custodia de Daniel ha de recaer en el padre. Una decisión, la de la Justicia italiana, que se tomó a su vez basándose en el falso síndrome de alienación parental (SAP). Un presunto síndrome en el que uno de los progenitores -habitualmente la madre- manipula a sus hijos en contra del otro progenitor. Sin embargo, en España esta prohibido que se use en el ordenamiento jurídico y se espera que se impida su uso definitivamente en la nueva ley de infancia que se está tramitando. Organismos internacionales como la OMS tampoco lo avalan.

La sentencia del Tribunal de Cagliari desvela que el SAP está presente en toda la argumentación jurídica. En el fallo, el juez asegura que Daniel, el hijo menor de Juana Rivas, “ha desarrollado un odio absolutamente injustificado contra su padre” y que esta actitud responde a la “influencia altamente manipuladora de la madre”. Para sostener esta afirmación, el tribunal se apoya en un informe pericial que señala que “Daniel ha interiorizado de forma acrítica las ideas maternas”, descartando cualquier posibilidad de que el menor pueda estar expresando su propia voluntad.

La decisión de la Justicia italiana se tomó a pesar de que Daniel, de 11 años, ya dijo que quería estar en España con su madre, tal y como señalan los abogados de Juana. Su testimonio ante la jueza en Granada fue determinante para la concesión de una medida de protección que, sin embargo, no ha sido tenida en cuenta por el Tribunal de Cagliari, según recuerdan los abogados de Rivas. Sin embargo, la sentencia recalca que el niño ha manifestado “pensamientos negativos” hacia su padre y que esto “no se corresponde con la realidad”, basándose en informes que utilizan el SAP como base.

En el caso de Juana Rivas, la aplicación del SAP ha servido para justificar la retirada de la custodia y desestimar los informes psicológicos que señalaban el impacto emocional que el niño sufre en la convivencia con su padre. Mientras, Daniel permanece en España bajo la medida de protección dictada en Granada, pero con una orden judicial que establece que debe regresar a Italia. Los abogados de Juana confían en que el recurso presentado sobre la custodia prospere esta vez a su favor.

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