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Una habitación con vistas a la EVAU: alumnos y turistas conviven en un hotel que la Junta usa como residencia escolar

Tres alumnos de la residencia escolar Las Canteras en la entrada del hotel Bahía Sur, de San Fernando, donde están alojados este curso académico.

Daniel Cela

San Fernando / Puerto Real (Cádiz) —
10 de marzo de 2025 06:00 h

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En el pasillo de entrada al hotel Bahía Sur de San Fernando (Cádiz), junto a la recepción, una docena de chavales ocupa un salón reconvertido en aula, anexo a otra sala donde se amontonan equipajes, macutos, bolsas y bicicletas.

Es viernes a mediodía y los viernes los 105 alumnos de la residencia escolar Las Canteras (Puerto Real) que se alojan en este hotel entre semana embalan todas sus pertenencias –su ropa, los utensilios para el baño, sus libros, los apuntes de clase– y dejan libres sus habitaciones para que otros clientes las ocupen durante el fin de semana. Uno de los chicos, descontento con el servicio de limpieza, ha dejado “una trampa” en el baño de su habitación, “para ver si de verdad limpian”, dice.

Los viernes, los estudiantes de Las Canteras se marchan a casa y regresan el domingo al hotel, que les asigna la misma habitación u otra distinta. Entonces vuelven a desempaquetar todo el equipaje y se instalan como si acabasen de llegar a San Fernando de vacaciones, aunque en realidad repiten el mismo desembarco cada semana desde septiembre, cuando empezaron el curso escolar.

Este trasiego de alumnos y turistas por los pasillos de un hotel en la Bahía de Cádiz es una anomalía del sistema escolar andaluz. Es la solución “provisional” que encontró la Consejería de Educación del Gobierno andaluz hace dos años para evitar que un centenar de jóvenes sin recursos interrumpiera sus estudios cuando cerró la residencia escolar donde estaban alojados gracias a una beca de “acogida en régimen de familia sustitutoria”.

La solución fue reubicarles en este hotel de cuatro estrellas, conviviendo con turistas, junto a un McDonald's, un enorme centro comercial y a cinco kilómetros de la playa de Camposoto. “La gente viene aquí a relajarse, pero nosotros estamos de exámenes, tenemos turnos para bajar a estudiar a la primera planta, donde no para de pasar gente. O nos quedamos en la habitación, pero entonces hay que estudiar tumbado en la cama, porque no hay espacio ni mesa ni flexo”, dice uno de los 51 alumnos menores de edad alojados en el hotel.

Este viernes están limpiando las habitaciones de la segunda planta, reservada por la dirección del hotel para los alumnos de Las Canteras. Entre semana no las limpian porque no está en el contrato que la Junta ha suscrito con la empresa. El cierre de la residencia supuso, también, un reajuste de la plantilla: eran 40 trabajadores, pero en el hotel sólo siguieron 26 educadoras: el personal de administración, ordenanza y mantenimiento fue reubicado en otros centros educativos, porque no podían ejercer sus funciones en las instalaciones de un hotel. “Quienes limpiaban la residencia no podían limpiar las habitaciones del hotel y el contrato no lo contempla, así que se quedan sin limpiar...”, dice una de las responsables.

El uso prolongado de un hotel de playa como residencia de estudiantes es difícil de entender desde fuera, pero desde dentro las situaciones a las que se enfrentan los estudiantes son mucho más “surrealistas”, advierten.

“El cuarto de baño que teníamos en la residencia escolar era más grande que nuestra habitación del hotel”, dice Pablo Cala (Trebujena, 18 años), estudiante de 2º de Bachillerato de Artes. Este es el segundo año de Pablo reubicado en un hotel: empezó el curso pasado en el Bahía Sur, de San Fernando, y lo terminó en el hotel Dunas Puerto, de El Puerto de Santa María, donde tuvo que mudarse a mitad de año cuando el primer hotel rechazó prorrogar su contrato con la Junta, porque empezaba la temporada alta y obtenía más beneficio alquilando las habitaciones a turistas. Este curso, Pablo ha vuelto al Bahía Sur, donde se quedará hasta final de año, gracias a que la Junta ha firmado otro contrato de prórroga hasta junio.

El Gobierno andaluz ha adjudicado a dedo casi dos millones de euros a dos hoteles de playa que usa como residencia de estudiantes “temporal” desde hace dos años. Desde octubre de 2023, la Consejería de Desarrollo Educativo en Cádiz ha firmado cuatro contratos de emergencia consecutivos con dos hoteles costeros –uno en San Fernando y otro en El Puerto de Santa María– para realojar a un centenar de alumnos de la residencia escolar Las Canteras, en Puerto Real, clausurada hace dos años por unas obras de reforma que llevan paralizadas desde entonces.

“Esto es dinero tirado, no invertido. Lo que cuesta un trimestre en este hotel es lo que cuesta nuestra residencia todo el año. No entendemos por qué no invierten toda esta barbaridad de dinero en terminar las obras de la residencia”, comenta Pablo. “Somos los estudiantes más caros de Andalucía”, remacha Claudia Muñoz (Barbate, 18 años), alumna del ciclo superior de FP de Integración Social, que también está alojada en el hotel Bahía Sur.

En total, el Gobierno de Juan Manuel Moreno ha gastado más de 1,89 millones de euros encadenando cuatro contratos de emergencia, sin publicidad ni concurrencia competitiva, para pagar la estancia en régimen de pensión completa de un centenar de alumnos en dos hoteles de tres y cuatro estrellas del litoral gaditano durante los dos últimos cursos académicos: 15.522 euros por alumno, con una media de ocupación de 122 estudiantes [el máximo han sido 151 y el mínimo 102]. El precio público de una residencia escolar en Andalucía ronda los 2.500 euros por alumno y curso (aunque la mayoría no paga esto al estar bonificado total o parcialmente).

“Por un lado, estoy agradecida de que la Junta no eliminase las becas de la residencia cuando tuvo que cerrar por obras y de que buscase esta solución para nosotros. Pero esta situación se está eternizando. Convivir en un hotel con otros clientes es muy difícil y estudiar en una habitación compartida con otros tres estudiantes es imposible”, dice Claudia.

El hotel Bahía Sur fue elegido a dedo por la Consejería de Educación del Gobierno andaluz para albergar a los alumnos de la residencia escolar de Puerto Real. Andreas Poness, director del establecimiento, explica que la situación de los estudiantes en el hotel se ajusta a “los servicios acordados” con la Junta de Andalucía, y niega que les cambien de habitación cada fin de semana, como aseguran los estudiantes y las educadoras.

También niega que les prohíban usar las zonas comunes por donde transitan los turistas. “Los viernes no te dejan estar por los pasillos, te mandan fuera, al centro comercial de la planta baja”, dice Claudia. “Los estudiantes hacen uso, sin ningún tipo de límite, de todas las zonas comunes del hotel: hall, zonas nobles, terraza, piscina...”, replica el director.

El hotel ha concentrado a los 102 alumnos de Las Canteras y a las monitoras de la residencia en la segunda planta, en habitaciones compartidas de dos, tres y cuatro camas. Tienen un lateral del comedor para ellos y les sirven un menú diferente al del resto de clientes. “Tienen destinados para uso exclusivo cuatro salones de aproximadamente 80 metros cuadrados, tres de ellos y un cuarto salón de aproximadamente 40 metros cuadrados, dos para oficinas y administración del centro, y otros dos salones para zona de estudios y biblioteca”, afirma el director del hotel, que añade que también se les ha ofrecido una terraza del hotel para ocio, “donde tienen instaladas algunas máquinas de gimnasio, una mesa de pimpón y un futbolín”.

En teoría, la segunda planta es exclusiva para los alumnos de la residencia escolar, pero al ir menguando el número de becas –el uso del hotel ha disparado el presupuesto de la Junta–, el hotel ha terminado metiendo a otros clientes en el mismo pasillo. Claudia recuerda un incidente antes de Navidad con “un cliente borracho que apareció en calzoncillos por la segunda planta preguntando por una alumna”. “Menos mal que las educadoras duermen con nosotros, porque a veces te da miedo”, dice, señalando que junto al hotel hay “una zona de venta de droga” y a diez minutos está un conocido club nocturno, la Sala Muelle.

Al director del hotel “no le consta ningún incidente significativo donde haya tenido que intervenir en un conflicto entre clientes”, y recuerda que el establecimiento “no tiene seguridad privada”.

La Junta de Andalucía firmó el primer contrato de emergencia con el hotel Bahía Sur en octubre de 2023 alegando una situación “imprevisible y sobrevenida”, pero hace dos meses autorizó el cuarto contrato a dedo para mantener allí a los alumnos hasta final de curso. La portavoz de la coalición de izquierdas Por Andalucia, Inmaculada Nieto, es la única que ha preguntado al Gobierno de Moreno por este asunto en el Parlamento.

El sobregasto que ha provocado esta solución “provisional” ha obligado a la Consejería de Desarrollo Educativo en Cádiz a “detraer” fondos de otras partidas –destinadas “a otros centros o planes de contingencia”– y a recortar casi a la mitad el número de becas para la residencia escolar.

Antes del primer realojo en el hotel, la residencia Las Canteras acogía a 220 alumnos –ocupaba todas sus plazas– y contaba con una lista de espera de otros 200 chavales, a los que iban llamando cuando se quedaba una vacante. “Todas las plazas se ocupaban, porque pertenecen a familias con dificultades socioeconómicas que lo necesitan, y todas las vacantes se cubrían. Ahora no están llamando”, explican.

La Junta quiere poner límite al sobrecoste que está suponiendo esta situación. Mientras busca fórmulas alternativas más económicas, desde Educación ya deslizan que los resultados académicos de los chavales no acompañan este sobreesfuerzo económico que está haciendo la Administración. Las educadoras de la residencia temen que se esté perfilando un relato para justificar el cierre y replican que los datos académicos de sus estudiantes les avalan: “El porcentaje de alumnos que promocionan supera el 80%, está por encima de la media de la provincia de Cádiz”, aseguran.

Durante su estancia prolongada en un hotel de cuatro estrellas, Pablo y Claudia han aprendido a preguntarse por la gestión del dinero público. Están convencidos de que sin ese recurso, tendrían que dejar sus estudios y buscarse un trabajo, pero les cuesta entender su situación, dos años después del cierre de la residencia, y creen que estar allí está costando “una millonada”. “Nos daba miedo que si hablábamos, la Junta se iba a cabrear y nos iba a echar”, dicen.

Una de las profesoras sostiene que “esta interinidad de dos años usando un hotel como un imposible espacio educativo, empezando un trimestre sin saber si seguiremos aquí el siguiente, habría alcanzado la categoría de escándalo si el perfil socioeconómico de las familias fuera otro”. “Este es el único recurso que tienen estos chicos para poder estudiar”, dicen, “les está costando mucho concentrarse, pero tampoco saben cómo ni a quién quejarse”.

La Delegación de Educación en Cádiz defiende que llegó al hotel después de buscar por todas partes alojamientos públicos y privados sin encontrar una ubicación que reuniese los requisitos mínimos de una residencia escolar. En mitad de los cuatro contratos a dedo, sacó a concurso público el alojamiento y manutención de los estudiantes, pero quedó desierto por falta de ofertas y por incumplimiento de las cláusulas del pliego.

Las propias educadoras se patearon la Bahía de Cádiz, visitando todos los hoteles que tuvieran una estación de tren de Cercanías próxima para asegurar el desplazamiento de alumnos procedentes de toda la provincia. “Pero nadie nos quería, a nadie le salía a cuenta cambiar turistas por estudiantes”, dicen.

“Cádiz es una provincia netamente turística, del 31 de marzo al 21 de junio, se hace imposible encontrar un establecimiento interesado en licitar un posible contrato para alojar a los estudiantes en el tercer trimestre porque coincide con la temporada alta”, dice también la memoria justificativa de uno de los contratos de la Junta con el hotel.

El origen de esta situación está en el parón del proyecto de remodelación de la residencia escolar Las Canteras, que llevaba más de dos años suspendidas por daños estructurales en el edificio. Las obras comenzaron el 21 de noviembre de 2022, con un plazo de ejecución de 15 meses, pero dos años después siguen paradas y la Junta ha gastado ya en el realojo de los alumnos en el hotel casi la mitad del presupuesto inicial de obras, estimado en 5,3 millones de euros.

El pasado febrero, elDiario.es publicó que el Gobierno andaluz había gastado casi dos millones en realojar a los estudiantes en los hoteles de Cádiz y preguntó por el parón de las obras en la residencia. La Consejería de Desarrollo Educativo anunció entonces que se acababa de reactivar el proyecto con un sobrecoste del 49,72% sobre el presupuesto original: “Actualmente, el Proyecto Modificado [de la residencia escolar] ha sido redactado y supervisado con fecha 07/02/2025 por un importe de obra de 7,9 millones de euros”, explicaron estas fuentes.

Hasta entonces, ni las educadoras de la residencia ni los estudiantes ni sus familias ni responsables públicos de la Delegación Provincial de Educación en Cádiz conocían esta “reprogramación” de las obras. Dada la cuantía de la modificación del proyecto, que está cofinanciado con fondos europeos, la aprobación del nuevo contrato de obra con un presupuesto nuevo tan abultado también necesitará un informe favorable del Consejo Consultivo de la Junta de Andalucía.

Todos estos trámites todavía tardarán “meses” en ejecutarse y sólo cuando culminen se retomarán las obras en la residencia escolar y empezará a correr el nuevo plazo de ejecución, que se prevé dure 22,5 meses [aunque el expediente de modificación calcula hasta 45 meses de plazo]. Con este nuevo calendario de obras, la Junta confirma que el realojo “provisional” de los alumnos de la residencia en el hotel de San Fernando puede prolongarse “al menos tres años más”.

El Gobierno de Moreno no quiere seguir asumiendo el sobrecoste de las plazas hoteleras a largo plazo ni ha confirmado que vaya a prorrogar por quinta vez un contrato de emergencia, sin publicidad ni concurrencia competitiva, con un establecimiento turístico para realojar a los alumnos del próximo curso.

Tras confirmarse, hace unos días, que las obras de la residencia escolar tardarán aún en reiniciarse y más en concluirse, la Delegación Provincial de Educación ultima otra licitación en abierto del contrato de alojamiento y manutención de los chavales de la residencia, para intentar abaratar el sobrecoste que supone su estancia en los hoteles.

“A la vista de la escasa participación en la licitación presentada para el curso escolar 2024/2025, la Junta de Andalucía se encuentra redactando otros pliegos con nuevas cláusulas administrativas (PCPA) y un nuevo procedimiento abierto, que permitan una mayor participación de empresas al objeto de cubrir la licitación”, advierten desde la Consejería, que prevé presentar esos nuevos pliegos ante el Servicio Jurídico Provincial de Cádiz a principios de marzo.

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