Detectados cinco casos de sarna en una residencia de la tercera edad en Gijón
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Cuatro residentes y un trabajador de la Residencia Mixta de Pumarín, en Gijón, perteneciente a Establecimientos Residenciales para Personas Mayores de Asturias (ERA) del Principado, han sido diagnosticados de sarna.
Tras detectar la aparición de este brote desde el Principado se ha puesto en marcha la maquinaria para aplicar los protocolos que marca Salud para evitar posibles contagios cruzados.
Evitar el contagio
La Consejería de Derechos Sociales y Bienestar está pendiente en todo momento de la evolución de estas cinco personas afectadas por esta enfermedad cutánea.
La escabiosis o sarna es una enfermedad altamente contagiosa que se transmite por contacto directo o por prendas o ropas de cama contaminadas. No es grave, pero sí molesta.
El primer caso se detectó el pasado 17 de enero y desde entonces, se han activado las actuaciones para evitar que otros trabajadores o residentes puedan contagiarse.
Es un ácaro que vive en el interior de la capa superior de la piel (epidermis), en la que se introduce excavando túneles y desarrollando una reacción alérgica, cuyo principal síntoma es el picor
Ocho patas y una cabeza redonda
La escabiosis o sarna humana, como se la conoce comúnmente, es la infestación de la piel por un parásito externo llamado arador de la sarna. Es un ácaro que vive en el interior de la capa superior de la piel (epidermis), en la que se introduce excavando túneles y desarrollando una reacción alérgica, cuyo principal síntoma es el picor.
Este ectoparásito es un artrópodo de unos 0,3-0,4 milímetros de longitud (las hembras, los machos son aún más pequeños), con ocho patas y una cabeza redonda.
El olor y el calor
El olor y el calor atraen a la hembra fecundada hacia el interior de la piel, donde va excavando un túnel y depositando sus huevos, produciendo sustancias alergénicas para el ser humano, y donde permanece hasta morir al cabo de 1-2 meses.
Las larvas salen de los huevos y excavan túneles en las capas externas de la piel, donde se convierten en ácaros adultos y las hembras son fecundadas. Las escamas cutáneas desprendidas por el rascado contienen ácaros que pueden vivir en ellas más de 24 horas, aunque se puede considerar que mueren a las 72 horas de haber sido separados del hospedador.
Puede presentarse en personas de cualquier edad y nivel social, aunque es más frecuente en las personas que tienen contacto estrecho con otras, sobre todo con niños y ancianos, y especialmente en personas mayores que residen en instituciones
La vía de transmisión
La vía de transmisión más habitual es el contacto directo con la piel de una persona infestada, incluyendo el contacto sexual. Ocasionalmente puede haber transmisión por ropa, sábanas o toallas que se hayan contaminado poco tiempo antes que, según estima Salud, no supera las 24-36 horas.
La transmisión puede ocurrir incluso aunque la persona infestada no presente síntomas.
Puede presentarse en personas de cualquier edad y nivel social, aunque es más frecuente en las personas que tienen contacto estrecho con otras, sobre todo con niños y ancianos, y especialmente en personas mayores que residen en instituciones, como ha ocurrido ahora en el caso de la Residencia Mixta de Pumarín, en Gijón.
El período de incubación y los síntomas
El periodo de incubación (comprendido entre la infestación y la aparición de síntomas) suele ser de días, pero puede llegar a ser hasta de 4-6 semanas, especialmente si el hospedador posee buenos hábitos higiénicos y si se trata de la primera vez que padece la enfermedad.
El síntoma más común es el picor generalizado, especialmente durante la noche.
En los casos más avanzados la piel puede aparecer costrosa o escamosa, con aspecto de dermatitis eccematosa. Pueden añadirse lesiones por rascado e infecciones bacterianas secundarias, según los síntomas que ha constatado la Consejería de Salud.
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La localización preferente de los ácaros son los lugares más cálidos de la piel, como las zonas de pliegues o de difícil acceso, incluyendo característicamente los espacios interdigitales y bajo las uñas, cara anterior de muñecas y codos, axilas, ingles, región genital y/o anal.
También se encuentran en lugares donde la ropa queda más ajustada y zonas de roce de accesorios, como debajo del reloj, anillos o brazaletes. Puede afectar prácticamente a cualquier zona cutánea excepto la cara y cuero cabelludo; en los niños la infestación puede afectar a todo el cuerpo.
La sarna humana también puede ser transmitida ocasionalmente por equinos, perros, bovinos, caprinos y cerdos, entre otros animales.
El protocolo de actuación ya se estaba aplicando actualmente en Asturias, si bien está previsto que representantes del Principado y del ERA se reúnan para revisarlo y ver si es necesaria alguna actualización
Actuación en residencias, hospitales y escuelas
El protocolo de actuación ya se estaba aplicando actualmente en Asturias, si bien está previsto que representantes del Principado y del ERA se reúnan para revisarlo y ver si es necesaria alguna actualización.
En el protocolo actual, se hace constar expresamente que una vez que se comprueba que existe un brote se debe comunicar a la Sección de Vigilancia Epidemiológica de la Consejería donde evaluarán y coordinarán las actuaciones a seguir en cada caso.
En todo brote, se realiza una valoración del riesgo para contraer la enfermedad tanto en residentes como en los trabajadores, catalogándoles como “riesgo alto”, “riesgo medio” y “bajo riesgo”.
Riesgo alto, medio y bajo
Se considera que están en un riesgo alto el personal que facilita los cuidados íntimos al afectado, residentes atendidos por el personal afectado y residentes amigos íntimos del afectado, porque tienen un contacto directo y continuado.
El personal o residentes que mantienen un contacto directo pero esporádico con los afectados entran dentro de la catalogación como riesgo medio y en ella también se incluye a los residentes asintomáticos atendidos por el personal afectado.
Por el contrario, aquellos trabajadores y residentes que no tienen contacto directo con los afectados están dentro de lo que sería el riesgo bajo.
Salud ya pone en marcha habitualmente tratamientos preventivos a los residentes y pacientes de alto riesgo, mientras que los de medio y bajo riesgo requieren una evaluación individualizada de las características del brote en cada caso.
Para evitar la diseminación de la sarna en el medio hospitalario es necesario adoptar medidas higiénico-sanitarias desde el primer momento ante la prestación de asistencia a posibles afectados, que permitan establecer una detección precoz de la sarna tanto en los ingresos urgentes como en los programados
Las medidas preventivas
En el protocolo, al que ha tenido acceso elDiario.es Asturias, también se incluye un aspecto fundamental: las recomendaciones que hay que seguir para atenuar los efectos de estos brotes y aconseja una serie de medidas preventivas para conseguir esta finalidad.
Así, para evitar la diseminación de la sarna en el medio hospitalario considera necesario adoptar medidas higiénico-sanitarias desde el primer momento ante la prestación de asistencia a posibles afectados, que permitan establecer una detección precoz de la sarna tanto en los ingresos urgentes como en los programados.
Las condiciones de higiene
Además, es preciso revisar atentamente los informes de remisión de los pacientes que acceden al Servicio de Urgencias desde Atención Primaria u otras unidades extrahospitalarias, valorando la necesidad de practicar interrogatorio y exploración general del paciente “según su patología y condiciones de presentación”.
Otra de las medidas está encaminada a reforzar las instrucciones sobre las condiciones de aseo e higiene personal de los pacientes a su ingreso, condiciones que, según expone, “deberían incorporarse en las normas previas al ingreso y ser consideradas como indispensables”.
Asimismo, se hace hincapié en la importancia de reforzar periódicamente el cumplimiento estricto de las medidas universales de higiene recomendadas a los trabajadores sanitarios para la prevención de enfermedades transmisibles por contacto, así como las recomendaciones específicas que existan en función del puesto de trabajo.
El protocolo actual incide en la necesidad de que se sigan rigurosamente las medidas de aislamiento en torno a los casos, incluyendo la separación temporal del puesto de trabajo cuando el paciente sea un trabajador
Medidas de aislamiento
Ante el ingreso de pacientes afectados, tanto en fase de sospecha como de confirmación diagnóstica, deben establecerse precauciones específicas. Por ello, el protocolo también aborda esta cuestión.
En primer lugar, incide en la necesidad de que se sigan rigurosamente las medidas de aislamiento en torno a los casos, incluyendo la separación temporal del puesto de trabajo cuando el paciente sea un trabajador.
Igualmente advierte que es imprescindible proceder a un aislamiento absoluto con normas de protección total y saneamiento integral de la habitación tras el alta cuando se trate de una forma altamente contagiosa de la enfermedad.
El control
Si es de gran importancia que los afectados evolucionen bien y evitar contagios cruzados, hay que prestar atención especial al personal que trata con ellos.
El protocolo prevé que se disponga de una dotación adecuada de personal en las zonas de aislamiento, preferentemente de carácter fijo, especialmente adiestrado en tales técnicas, evitando la excesiva rotación del personal en estas áreas.
Fuentes del Principado han confirmado que la situación está controlada y que el protocolo ya se está aplicando en toda Asturias.
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