La escasa inteligencia (artificial) del Partido Popular

Se ha escrito muchas veces que el humor y la sátira en política son cada día más difíciles en los tiempos que vivimos. Ahora con Donald Trump de vuelta a la Casa Blanca resulta virtualmente imposible. No puedes parodiar algo que ya es en sí una parodia. Por ejemplo, en su discurso ante las dos cámaras del Congreso el presidente de EEUU dio un ejemplo de los recortes de gasto público conseguidos por Elon Musk. “Recortamos ocho millones de dólares con los que se convertía a los ratones en transgénero (risas de los republicanos). Sí, es real”. No sé quién es más ignorante, si Trump o los congresistas que se reían. Se trataba de varios experimentos médicos, lógicamente hechos con ratones, aprobados por asociaciones médicas para estudiar el efecto de los tratamientos con hormonas en algunas enfermedades. 

El sentido del humor no es el punto fuerte de los políticos. Digamos que sus virtudes son otras. Cuando lo intentan, lo más normal es que sientas ganas de morir. Qué momentos más embarazosos se viven en el Congreso. Todo se vuelve dramáticamente incompetente cuando se intenta emplear en la propaganda política más agresiva, aquella que tiene como objetivo atacar al rival. Esta semana, el Partido Popular nos ha regalado un momento tronchante. Lo típico que vas a arrear al enemigo un estacazo y acabas destrozándote la rodilla.

El PP ha decidido que utilizar la Inteligencia Artificial es una buena idea en los vídeos de propaganda contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Algún genio pensó que se abren toda una serie de posibilidades creativas. No necesitas contar con las imágenes necesarias. Te las puedes inventar. ¿Un vídeo con Ábalos partiéndose de risa mientras se detallan sus relaciones con novias, amantes o lo que sean? Eso está hecho. ¿Otro con Puigdemont y Junqueras en una bañera llena de monedas de oro en los jardines de Moncloa? Marchando. 

No es sólo conseguir una imagen divertida. Luego se le acompaña con la manipulación a gusto del cliente. El tema del segundo vídeo es la quita de la deuda concedida a Catalunya y al resto de comunidades autónomas. Se comparan los 17.000 millones de euros de la deuda de la Generalitat asumidos por el Estado con lo que cuesta la construcción de cien hospitales o 113.000 viviendas. Pero ese dinero que se ahorrarán las CCAA no se podría haber destinado a otras cosas. Es deuda y la ventaja que obtienen los gobiernos autonómicos es que reducirán sustancialmente el pago de los intereses. Deuda que todos deberíamos saber que las CCAA no iban a poder pagar. Pero qué más da. El caso es sacudir al muñeco.

El siguiente producto de los estudios Génova Century Fox terminó estallándoles en la cara. Podría ser un buen candidato para los premios Razzies de la comunicación política. La idea es que fuera una parodia del reality 'La isla de las tentaciones' con Sánchez, Ábalos, Begoña Gómez y otros socialistas. Hasta salía Aldama. No se les ocurrió otra cosa que poner a Sánchez como supertío bueno con unos abdominales de escándalo. Mr. Handsome con esteroides. El título del nuevo programa: “La isla de las corrupciones” (con el mapa y la bandera de la República Dominicana). 

Los dominicanos, ya cansados de que el PP los utilice para sus campañas, dijeron basta. “Es inaceptable la instrumentalización de la imagen del país, desnaturalizando sus símbolos patrios, y peor aún, para asuntos internos de la política española”, dijo su Ministerio de Exteriores en un comunicado en Twitter. El Gobierno dijo a los medios que “no permitirá que la imagen del país sea utilizada como herramienta de manipulación en luchas políticas extranjeras”. 

Y aún hubo más. El presidente dominicano, Luis Abinader, llamó a José María Aznar para mostrar su desagrado por el vídeo. El PP tuvo que comérselo, lo borró de las redes y explicó en Twitter que en ningún caso pretendía dañar la imagen de ese país, que es exactamente lo que había hecho. El partido hizo el ridículo por partida triple: por el vídeo, por la protesta del país del Caribe y por la llamada telefónica de Abinader a Aznar. 

De hecho, el PP lleva toda esta legislatura haciendo menciones constantes a la República Dominicana en el Congreso definiendo el país como el lugar al que acuden los dirigentes socialistas para sus fechorías. Son todo insinuaciones o informaciones sacadas del sector de la prensa de derechas habituado a los bulos. Está también relacionado con otra obsesión del PP, la del uso del Falcon por Sánchez. La ministra de Defensa ya explicó en una respuesta parlamentaria cuáles habían sido los viajes oficiales del rey y de Sánchez y Albares a la isla y que los demás vuelos eran escalas, pero da igual.

Las críticas recibidas no impidieron que lo volvieran a intentar. Tenían otro listo para el 8M, que distribuyeron el sábado. El objetivo era incluir a Ábalos, Errejón y Monedero para burlarse del feminismo del PSOE, Sumar y Podemos. Ya se sabe que para el PP hay un feminismo bueno, que no protesta mucho, y otro malo, el de la izquierda. Esta semana, Feijóo presidió un acto del partido dedicado al 8M bajo el eslogan “Feminismo. Pero de verdad”. Es una forma de dejar claro que lo que casi todo el mundo entiende por feminismo no les gusta nada.

Todo esto no es producto de un gamberro infiltrado en Génova, sino de instrucciones recientes del mismo Feijóo. El 10 de febrero, reclamó a sus parlamentarios más agitación en las redes enseñando el móvil como el lugar en que debían enseñar los dientes. En el fondo, está el miedo del PP a que Vox le esté comiendo el terreno con una estrategia más agresiva en la que mentir es un recurso más. Y nada permite inventar más cosas, imágenes incluidas, que la Inteligencia Artificial.

Que nadie piense que el PP cree que ha cometido un error. “Bueno, yo creo que el vídeo ha tenido mucho éxito en las redes sociales”, dijo Miguel Tellado el viernes, para quien todo lo que sea una demostración de vulgaridad es una herramienta tan buena como cualquier otra. Claro que el PP pensaría de otra manera si los demás hicieran lo mismo. ¿Qué tenemos si insertamos en una Inteligencia Artificial las palabras Feijoo, traje de baño, narcotraficantes, droga y yate?

Tiene su gracia, ¿no? La verdad es que no mucha. Se podría mejorar. Pero si te dedicas a atacar a los demás con este estilo chabacano, ¿qué es lo que impide a otros aplicarte el mismo tratamiento? Seguro que el PP piensa que no es tan divertido cuando te lo hacen a ti.

La incoherencia del PSOE

El PSOE quiere llevar al Congreso una reforma legal que ponga coto a que organizaciones ultraderechistas se personen como acusación popular en sumarios de especial relevancia política. El ministro de Justicia, Félix Bolaños, dijo en el Congreso que ese instrumento legal que aparece en la Constitución se ha convertido en una “feria de ultras” que emplean para hostigar a progresistas. Unos días antes, el PSOE había anunciado que pedirá la personación como acusación popular en la causa judicial que investiga la gestión de la DANA de Valencia. Para estar del lado de las víctimas, dijo Diana Morant. Claro, claro, claro.

Decir que esta posición socialista es incoherente es quedarse corto. ¿Cómo vas a limitar un derecho constitucional en función de la ideología de los ciudadanos o de las asociaciones que lo ejerzan? No tiene ningún sentido. Sobre su conducta en la causa, es el juez de instrucción quien tiene la última palabra, y ahí poco se puede hacer. Sería bueno que los partidos no intenten legislar en función del cabreo que tengan. Como dijo Enrique Santiago, de Sumar, “no se puede legislar a golpe de titular o de campanadas de fin de año” (por la demanda contra Lalachús por la estampa de la Santa Vaca del Grand Prix).

Por otro lado, los partidos llevan legislando a golpe de titular desde los años 80, pero eso no quiere decir que sea el procedimiento correcto.

Ayuso contra el capitalismo (como lo oyes)

Los problemas jurídicos se le acumulan a Alberto González Amador, alias Novio de Ayuso. Por tanto, su pareja ha decidido elevar el termostato con varios discursos y entrevistas con los que llamar a la rebelión contra Sánchez. Es decir, más todavía y en la línea de la frase de Aznar “el que pueda hacer, que haga”. Está en la fase de reclutamiento de aliados. En modo totalmente psicótico, ha llegado a echar la culpa al capitalismo. Sí, en serio:

“Estoy viendo mucha cobardía en varios entornos, incluido el de la empresa. Esos son los males del capitalismo. Cuando sólo importa el dinero y el qué va a ser de mí, mientras yo tenga lo mío, miro para otro lado. Yo creo que ya está bien. Nadie hace más daño a la empresa que el Gobierno de Sánchez, especialmente a la pequeña y a la familiar, a la pyme. Tiene que haber alguien que hable por ellas. La gran empresa y la banca tienen que poner pie en pared con Sánchez”.

No se entera de nada. A ver quién le dice que las empresas tienen unos cuantos motivos para estar contentas, sobre todo la gran empresa con beneficios astronómicos y la Bolsa en máximos. “Desde lo más profundo de la recesión causada por los confinamientos del Covid a mediados de 2020”, ha escrito el economista Adam Tooze, “la economía de Alemania ha crecido un 12% y la de España casi un 40%, y no da muestras de estar ralentizándose”.

La intimidación no funciona con nosotros

Esta semana, el Comité de Redacción de eldiario.es ha publicado un breve comunicado para responder a los ataques contra nuestras periodistas, en especial Ana Requena, por sus artículos a cuenta del caso Monedero. Esas acusaciones que incluyen falsedades sobre personas que trabajan en esta redacción han salido de partidarios de Podemos en redes sociales y además han aparecido en la web de Pablo Iglesias. Ya dejé clara mi opinión en redes y lo reitero aquí. Este tipo de intimidación se hace siempre para intentar que los periodistas no hagan su trabajo, para que prefieran no seguir contando lo que saben y así no meterse en problemas. No lo van a conseguir, como no lo ha conseguido Miguel Ángel Rodríguez con sus amenazas. 

Nosotros no podemos aspirar a que todos los lectores estén de acuerdo con lo que escribimos. Hemos demostrado en muchas ocasiones que estamos dispuestos a publicar artículos que puedan incomodar a algunos de ellos por la razón que sea. No vamos a dejar de publicar algo que sepamos que es cierto sólo por no enfadar a lectores, anunciantes, partidos o gobiernos. Por la misma razón, hemos sacado muchas historias sobre la guerra sucia contra Podemos protagonizada por la trama política y policial que echó raíces en el Ministerio de Interior durante el Gobierno de Rajoy. La primera de ellas, en este caso de las maniobras contra los independentistas catalanes, la sacamos hace diez años y nadie ha podido evitar que sigamos publicando sobre ese espionaje político.

No hay ninguna campaña de mentiras y acoso que nos pueda hacer callar cuando tenemos algo que contar. Si no fuera así, no mereceríamos trabajar en este medio.