La Justicia rechaza la petición de una familia para reinstaurar el menú vegano en una ikastola
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En abril de 2022 este periódico adelantó la lucha de Noelia para que sus hijas, de por aquel entonces 7 y 11 años, contaran en la ikastola de Oiartzun (Gipuzkoa) en la que estudiaban con un menú vegano de calidad. Comenzaron en 2014 solicitando a través de escritos a la dirección del centro -centro privado de enseñanza en euskera financiado con fondos públicos- una opción vegana que el centro aceptó en el año 2020 destituyendo los alimentos de origen animal, pero sin ofrecer alternativa alimenticia. Desde enero de 2021, tras años de protesta y con el apoyo de la mayoría del resto de padres del aula y del consejo rector, las dos alumnas pudieron disponer de un menú vegano. Sin embargo, en febrero de aquel año dejó de ofrecerse esa posibilidad tras justificar la “imposibilidad” de contratar un catering para dos alumnas. Así, el centro ofreció a las menores una “modificación vegana” en el menú tradicional, pero la familia criticó que lo que se le ofrecía a las niñas no se trataba de un menú “variado ni equilibrado” y decidió denunciar la situación ante la Justicia para lograr que se reinstaurara un menú vegano de calidad. Ahora la Audiencia Provincial de Gipuzkoa ha dado la razón a la ikastola.
“No estamos discriminando a las niñas por ser veganas. Comer o no comer algo es decisión de cada uno y nosotros, como centro, ofrecemos lo que podemos ofrecer. Los padres se encargaban de tachar del menú lo que sus hijas no podían comer y nosotros, para sustituirlo, le dábamos otros alimentos. Había días en los que la madre se quejaba de que las niñas comían mucha lechuga o que salían con hambre. Yo, lo consulté con la responsable del comedor y le dije que eso no podía ser. Tampoco es un servicio perfecto y alguna vez ha habido despistes, pero siempre le he dicho a la familia que me comunicaran cualquier problema, para poder solucionarlo”, afirmó en aquel momento el director del centro Aritz González a este periódico.
A pesar de los cambios realizados en el menú, Noelia explica que sus hijas han sido víctimas de “acoso escolar” y “amenazas” y que un día sus hijas le contaron que “al resto de los niños les pusieron caldo de puerros y un segundo plato, mientras que a ellas el caldo de primero y los puerros de ese mismo plato, de segundo”. “Fue ahí cuando decidí hacer público el nombre del centro, pero les envíe un escrito y cerca de seis correos antes de hablar en redes sociales”, apunta la madre, que junto a otras ha creado la asociación FEUMVE (Familias Unidas por un Menú Vegano Escolar) a través la cual denuncia lo ocurrido.
“Al ver los comentarios negativos en redes, que incluyen mentiras y falsedades, el consejo rector hizo una valoración y decidió retirar la opción vegana. Estábamos haciendo un esfuerzo para ofrecer una adaptación vegana del menú y nos sacan en redes sociales diciendo que les estamos discriminando. Eso no puede ser. Desde el consejo rector tomamos dos decisiones: la primera, que cautelarmente se iba a dejar de dar la opción de menú vegano que se daba hasta ahora, y la segunda, que tendrían la opción de traer de casa comida para que se calentara en la cocina y seguir utilizando el servicio de comedor”, indicó el director. Sin embargo, confiesa que en el caso de que los padres fueran quienes aportaran la comida de las niñas en lugar de comer la del comedor, se les mantendría la misma cuota que al resto de niños. “Se podría estudiar si la familia pidiera una rebaja de la cuota, pero en principio pagarían lo mismo”, aclaró.
Ahora la Audiencia Provincial de Gipuzkoa ha dado la razón al colegio argumentando que la suspensión de la oferta vegana “no fue una decisión arbitraria o caprichosa” de la ikastola que, después de constatar en 2021 la “imposibilidad sobrevenida” de ofrecer mediante catering un menú de estas características, planteó a la familia la posibilidad de hacerlo en el propio comedor, sustituyendo los alimentos de origen animal por otros de origen no animal. Asimismo, entiende que no se le puede imputar al centro “un comportamiento de dejación, negligente o intencionadamente contrario a la opción elegida por la parte demandante porque, pese a no estar obligado legalmente a presentar un menú vegano, no rehuyó la cuestión y se mostró colaborador y comprensivo con la petición de la familia”, indica la sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico. “No nos encontramos ante un contrato o convención de ningún tipo que permita reclamar el servicio demandado, sino ante la decisión de una ikastola, conformada como una cooperativa, de intentar dar respuesta a la petición de una familia cooperativista”, sostiene el documento.
La sentencia rechaza así la petición de la familia que consideraba que la retirada de este menú atentaba contra “el derecho de las menores a la libre elección a una alimentación vegana en atención a su legítimo derecho de libertad ideológica y convicción”. También rechaza la petición de la familia de declarar a la ikastola “culpable del acoso escolar” que, a su entender, habría sufrido una de las niñas por estos hechos. El escrito judicial rechaza la existencia de acoso escolar en este caso contra una de las niñas, aunque admite que existieron “expresiones desafortunadas e inadecuadas” que generaron en ella “obvio malestar y desagrado, pero sin reunir la caracterización de ‘bullying’ porque no tuvieron la continuidad en el tiempo que requiere esta figura”.
Tras conocer la sentencia, Noelia asegura sentirse decepcionada por la justicia. “El juez considera que el hecho de que les quiten los alimentos de origen animal del plato y no les cocinen nada aparte o les pongan lechuga en su lugar ya es un esfuerzo y para mí no es un esfuerzo. El juez no ha tenido en cuenta que a mitad de curso nos echaron del comedor porque no estabamos de acuerdo con ese menú porque no era ni equilibrado, ni variado ni cumplía con la normativa sanitaria. El menú de mis hijas tenía que estar supervisado por un nutricionista y el colegio no lo hizo así”, reconoce la madre a elDiario.es/Euskadi, que según critica, durante la celebración del juicio, los testigos “se dedicaron a minimizar el acoso sufrido” que incluía “insultos” como “viva la carne”, “viva la matanza del cerdo” o “te vas a morir porque te faltan nutrientes y por ser vegana”, concluye la madre, que no descarta elevar la causa presentando un recurso de casación ante la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo y que asegura que sus hijas, de 10 y 14 años, a día de hoy se encuentran matriculadas en un centro público donde “comen de maravilla un menú vegano, no reciben insultos y son respetadas”.
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