El reloj de la Puerta del Sol deja de dar las horas por primera vez en 29 años por una revisión

Se detiene el tiempo en uno de los puntos más emblemáticos de Madrid. El mítico reloj de la Puerta del Sol ha dejado de sonar y seguirá sin hacerlo durante al menos dos semanas y media. El motivo es que el mecanismo va a someterse a su primer proceso de limpieza “pieza a pieza” en casi 29 años.

Así lo explica uno de los relojeros responsables de los trabajos, Jesús López Terradas, en declaraciones recogidas por Europa Press. La última vez que los engranajes de este icono madrileño fueron desmontados y sacados de su espacio habitual fue en 1996. El propio López Terradas estuvo presente en aquel procedimiento.

El sistema, oculto tras el minutero que puede observarse desde la calle, debe ser intervenido para evitar un desgaste demasiado acusado que terminara haciéndolo inservible. “Cuando una máquina se tira 30 años sin parar, noche y día, se va desgastando. Hay que limpiarla”, resume el encargado de la rehabilitación.

El proceso se lleva a cabo ahora al haberse detectado, según López Terradas, “que ya el reloj iba, poquito a poco, perdiendo fuerza”. Es decir, la limpieza de los componentes del mecanismo no es solo una cuestión de higiene o estética, sino también de eficacia. Para que el Reloj de la Gobernación (su antiguo nombre) no estuviera demasiado tiempo parado, el proceso se ha dividido en tres fases diferentes. Los trabajos han comenzado con una intervención en los elementos que provocan los sonidos de las campanas en los cuartos. No ha sido hasta la pasada noche del martes al miércoles cuando se ha hecho el silencio por completo.

Silencio y agujas detenidas

El minutero se parará completamente la próxima semana, cuando se inicie la segunda fase de la restauración. En ese momento, se desmontará el mecanismo principal para su limpieza y ajuste en el taller. Permanecerá detenido aproximadamente una semana, hasta que sea reinstalado y conectado nuevamente en la etapa final de los trabajos.

“En definitiva, las agujas estarán totalmente paradas solo una semana”, ha confirmado López, que insiste en que se ha priorizado un proceso de limpieza y restauración que acortara al máximo el tiempo de inactividad. Respecto a la tercera fase, prevista para dentro de dos semanas, se reinstalará el movimiento y se reconectarán la sonoridad de los cuartos y las horas, dejando el reloj nuevamente en funcionamiento.

Una limpieza en las entrañas del reloj

A diferencia de la restauración ejecutada en 1996, cuando el reloj fue completamente desmontado y trasladado a un taller externo mientras el edificio también se encontraba en obras, en esta ocasión el proceso será más rápido y menos invasivo. “Entonces estaba bastante más desgastadito”, precisa el relojero.

En aquella intervención, la prioridad fue la restauración integral del edificio, lo que permitió dedicar más tiempo al desmontaje y ajuste del reloj antes de devolverlo a su ubicación original. Ahora, la estrategia es diferente ya que el mecanismo sea trasladado en su totalidad. Solo algunos componentes, como el sistema de sonoridad de los cuartos, han sido llevados al taller, mientras que el resto del trabajo se efectúa en el propio emplazamiento.

La restauración concluirá con el montaje final del movimiento y la reconexión de la sonoridad de los cuartos y las horas. Se espera que el proceso finalice en unas dos semanas y media. Esto permitirá que el reloj más reconocible de Madrid, una compañía fiel cada Nochevieja, vuelva a estar en perfecto estado para llegar con margen a su tradicional protagonismo en la despedida del año.