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La Audiencia Nacional juzga el primer gran criptofraude: 92 millones euros estafados a 32.000 inversores

Las estafas con criptomonedas se multiplican y dejan atrapados a miles de inversores.

Elena Herrera

8 de marzo de 2025 22:21 h

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Un sistema de inversión con criptomonedas “diseñado para ganar siempre” a través de un algoritmo que “nunca existió” y que, en realidad, sólo “vendía humo”. Es el resumen que el juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama hace del “negocio piramidal” que el bróker Santiago Fuentes Jover y otras seis personas pusieron en marcha en apenas 16 meses —entre mayo de 2019 y septiembre de 2020— con el dinero de miles de inversores. A partir del próximo lunes se sentarán en el banquillo, en lo que será el primer juicio del tribunal especial por un fraude a gran escala con criptodivisas. Están acusados por delitos de estafa agravada y organización criminal, por lo que se exponen a condenas de casi treinta años de cárcel.  

Las supuestas víctimas superan las 32.000, a las que se habría estafado una cantidad superior a los 92 millones de euros, según recoge el auto que en junio de 2023 puso fin a más de dos años de investigación. Las pesquisas se iniciaron en septiembre de 2020 en un juzgado de Arona (Tenerife), donde los acusados tenían abierta la oficina desde la que grabaron algunos de sus vídeos de captación. Cinco meses después, ese juzgado se inhibió en favor de la Audiencia Nacional, que había abierto unas diligencias por los mismos hechos. La investigación acabó derivando en una macroinvestigación de 7.800 folios distribuidos en 24 tomos y siete piezas separadas: el ‘caso Arbistar’. 

Ese es el nombre de la plataforma, que ofrecía sistemas automatizados para invertir en criptomonedas. Lograron captar a miles de inversores bajo la promesa de que habían confeccionado un robot que sacaba beneficio de las diferencias de precios entre los diferentes exchanges o plataformas de compraventa de criptomonedas. Esto es, que permitía localizar los exchanges en los que los bitcoin (un tipo de criptomoneda) se ofrecían a un precio más bajo para su venta instantánea a un precio más elevado. Los exchanges funcionan de forma similar a una casa de cambio tradicional, pero en lugar de euros o dólares, se intercambian criptomonedas como bitcoin, ethereum o litecoin. 

Tras instalar ese supuesto programa automatizado en su ordenador personal y enviar las criptomonedas al monedero electrónico de Arbistar, el cliente perdía el control sobre su capital y no podía retirarlo en los siguientes dos meses. En ese tiempo, el inversor solo debía esperar a recibir las ganancias, que inicialmente se cifraban en torno a un 8% y un 15% mensual y que se abonaban los sábados, con la opción de sumar la cantidad a la inversión inicial u optar por el reembolso. La realidad es que ese innovador algoritmo “nunca existió y, por tanto, únicamente se vendía humo”, subraya el auto en el que el magistrado propuso sentar en el banquillo a los siete acusados. 

La investigación ha revelado que lo que hizo supuestamente la trama fue utilizar una parte del dinero obtenido de los inversores para entregarlo a otros inversores anteriores como pago de los altos intereses prometidos. Es decir, una simple “estafa piramidal” en la que los inversores más antiguos se alimentan de las entradas de capital de los más recientes. Según el juez, eso generaba en los afectados “una gran confianza” en que su inversión era segura y muy rentable, por lo que muchos se afanaban en invertir una mayor cantidad de dinero con la esperanza de obtener un beneficio aún mayor.

Esa estrategia iba acompañada, además, de una estrategia de marketing “cuidadosamente diseñada”, que combinaba el ofrecimiento de esa alta rentabilidad con potentes campañas de comunicación a través de diversos canales en internet, eventos en hoteles y la utilización de los propios inversores para el proceso de captación.

Peticiones elevadas de condena 

La Fiscalía de la Audiencia Nacional acusa a Fuentes Jover de promover “un engaño masivo e internacional, con el entramado mercantil Arbistar como carcasa jurídica” y reclama para él penas que suman en total 29 años y 9 meses de prisión, al igual que el despacho Aránguez Abogados, que representa a 3.822 afectados. El fiscal sostiene que el supuesto “ideólogo” y “líder indiscutible” de la trama actuó en todo momento con la “intención preconcebida” de no cumplir las prestaciones a las que se había comprometido en los contratos que firmaban los inversores. Fuentes Jover está en prisión provisional desde junio de 2023. 

Según el fiscal, el principal acusado contó con la ayuda, entre otros, de Viktor Walter Frantz, un ingeniero informático francés a quien se atribuye el diseño de las herramientas informáticas ficticias que se usaron para urdir el fraude y que está huido de la Justicia. Además, otros acusados aportaron una red de empresas con la que trataron de “dificultar el rastreo de los fondos expoliados”. El Ministerio Público sostiene que los acusados se limitaron a crear un “esquema piramidal” y que nunca se llegó a efectuar actividad alguna de compraventa de criptomonedas. “Arbistar se limitaba a alimentar la pirámide, al tiempo que distraía las criptomonedas así recibidas en beneficio propio”, sostiene el escrito de acusación, adelantado por El País

La maquinaria estuvo activa hasta que, en agosto de 2020, los acusados percibieron que el “sistema piramidal creado había alcanzado su cenit”, dice el fiscal. Entonces, comunicaron a los inversores que cancelaban toda la actividad achacándolo “falsamente” a un error de su robot, mientras “saqueaban las cuentas de la entidad, mediante el desvío masivo de los fondos existentes hacia sus propias cuentas personales y las de su entorno personal”. 

“Queremos justicia”, dice un afectado

Durante el juicio, que se prolongará durante tres semanas, está previsto que declaren, además de los acusados, doce antiguos empleados de Arbistar, peritos y agentes de policía que investigaron a la plataforma. También prestarán su testimonio más de una veintena de perjudicados, entre los que hay perfiles de todo tipo.

Uno de ellos es el francés Christophe M., que asegura que llegó a invertir junto a su socio 115.000 euros en el verano de 2019. Hasta que la burbuja estalló, fue reinvirtiendo las supuestas ganancias. “Llegué a la plataforma por un vídeo a través de YouTube. Yo en ese momento trabajaba en un banco y tenía conocimientos del sector de las criptomonedas. Todo parecía muy serio. Al principio funcionaba bien, podíamos recuperar las ganancias”, explica en conversación telefónica. Pero cuando la pirámide colapsó perdió todo el dinero invertido, los “ahorros de toda una vida”. La situación le llevó también a perder a amigos y familiares a los que había animado a invertir en Arbistar. “Queremos justicia”, clama.

Entre los afectados también está el jienense Manuel P., que invirtió alrededor de 6.000 euros. “Yo entré con miedo, pero me llevaban hablando de esta plataforma un año y como veía que sí pagaban a la gente que iba entrando, me lancé”, asegura desde Zúrich (Suiza), donde trabaja en la actualidad. Arbistar quebró apenas un mes después de que él hiciera su inversión y no llegó a cobrar nada.

Brian (nombre ficticio) invirtió en torno a 8.000 euros que tampoco ha recuperado. “Yo veía que el dinero crecía hasta que un día intenté sacar dinero y ya no pude. Me sentí estafado, aunque en el fondo sabía que era algo que podía pasar porque es difícil que sucedan rentabilidades así”, afirma este organizador de eventos e instructor de buceo residente en Ibiza, que dice invertir en criptomonedas y fondos indexados “buscando la jubilación” que cree que no va a tener. 

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