El maravilloso edificio modernista en Barcelona que sorprendentemente no hizo Gaudí

12 Masia Freixa, parc de Sant Jordi (Terrassa)

Adrián Roque

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Cuando se habla de modernismo en Cataluña, el nombre de Antoni Gaudí surge de inmediato. Sus inconfundibles formas orgánicas, el juego con la luz y la armonía entre funcionalidad y arte han dejado huella en la arquitectura de Barcelona y más allá.

Sin embargo, no todas las joyas de este movimiento llevan su firma. En la ciudad de Terrassa, a poco más de 20 kilómetros de la capital catalana, se esconde un edificio que podría confundirse fácilmente con una de sus creaciones, pero que en realidad pertenece a otro gran arquitecto de la época: Lluís Muncunill i Parellada.

Hablamos de la Masía Freixa, una construcción que parece salida de un cuento y que sigue cautivando a quienes la descubren.

Una transformación sorprendente

Aunque hoy en día la Masía Freixa es un emblema del modernismo catalán, su origen es muy distinto al que sugiere su aspecto actual. A finales del siglo XIX, este edificio no era más que una nave industrial dedicada al sector textil, una de las actividades económicas más pujantes en Terrassa.

Sin embargo, entre 1907 y 1914, el propietario, Josep Freixa, decidió convertirlo en su residencia y confió en Muncunill para llevar a cabo la reforma. El resultado fue una obra maestra que combina la funcionalidad con una estética cautivadora.

Modernismo con identidad propia

El estilo de la Masía Freixa recuerda inevitablemente a la arquitectura de Gaudí. Sus arcos catenarios, las formas onduladas y la blancura de su fachada evocan construcciones como la Casa Batlló o la Casa Milà.

Sin embargo, Muncunill imprimió su propia esencia en cada detalle. Para la remodelación, recurrió a la tradicional bóveda catalana, creando un juego de volúmenes y curvas que dotan al edificio de un dinamismo único. Además, coronó la estructura con una torre octogonal que se alza sobre el conjunto, aportándole un aire aún más singular.

El tesoro en el corazón de Terrassa

Ubicada dentro del parque de Sant Jordi, la Masía Freixa ha tenido múltiples usos a lo largo de su historia. De ser una vivienda privada pasó a convertirse en conservatorio de música, y en la actualidad alberga la Oficina de Turismo de Terrassa y el Síndic Municipal de Greuges.

Su entorno, además, es un punto de encuentro para la vida cultural de la ciudad, acogiendo eventos y actividades que refuerzan su papel como símbolo del modernismo local.

Un reconocimiento merecido

La singularidad de la Masía Freixa no ha pasado desapercibida. En 2023, fue declarada Bien Cultural de Interés Nacional en la categoría de monumento histórico, consolidando su valor patrimonial.

Para aquellos que desean conocer más sobre su historia y sumergirse en su atmósfera modernista, existen visitas guiadas que permiten explorar sus espacios interiores y entender cómo la creatividad y la arquitectura se fusionan en esta obra maestra de Muncunill.

Si bien Barcelona sigue siendo la meca del modernismo catalán, la Masía Freixa es una prueba de que este movimiento dejó su huella en muchos otros rincones de Cataluña. Un edificio que sorprende, que deslumbra y que, a pesar de no ser de Gaudí, bien podría figurar entre las grandes joyas de su legado.

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