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¿Sustituirá la IA a los periodistas? (1)

Ejemplar del periódico italiano 'Il Foglio' generado con inteligencia artificial.

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La semana pasada, el periódico italiano 'Il Foglio' decidió lanzar una edición de papel con todos los contenidos generados por inteligencia artificial (IA). Quieren realizar una edición en papel durante un mes que se venderá conjuntamente con la que hacen los periodistas. Tras la primera semana, ya tienen una primera evaluación de la experiencia. Los periodistas, explican en Il Foglio, “no escribieron artículos, sino que hicieron preguntas a la IA y supervisaron las repuestas, produciendo una edición impresa completa sin firmas humanas en los textos, solo en la dirección y el diseño. Sea como fuere, una cosa es segura: hicimos ruido. Pero los periódicos seguirán necesitando seres humanos”.

Está claro que el objetivo del rotativo italiano era hacer ruido. La noticia de que un diario en papel se hacía en su totalidad con IA ha aparecido en cientos de medios de comunicación de todo el planeta. Il Foglio, fundado en 1996, está dirigido por Claudio Cerasa desde 2015.

“La primera semana de Foglio AI fue alegre e irresponsable, despreocupada y asombrosa, instructiva y aterradora, educativa y perturbadora, sorprendente y emocionante. Hemos aprendido mucho de Foglio AI, sospechamos que Foglio AI ha aprendido mucho de nosotros, nuestro experimento único y totalmente innecesario ha dado la vuelta al mundo”, presume el director Cerasa de una iniciativa que parece más una acción de marketing o una ocurrencia, que un experimento periodístico de primera magnitud.

La mayoría de las veces cuando leemos o escuchamos inteligencia artificial se trata, en realidad, de Chat GPT. El periódico italiano cuenta su método de trabajo. IL Foglio Ai comienza con una reunión de humanos alrededor de las doce. Los periodistas proponen temas. Unos acaban en la edición de papel tradicional, otros en la edición de IA y, por supuesto, algunos van a la papelera. Para los de la IA, una vez identificados los temas, se le hace una pregunta a Chat GPT Pro. A la aplicación, que cuesta 200 euros al mes, le piden que “adopte un estilo conversacional, a veces irreverente, a veces analítico. Se le pide también que lo desarrolle en un número de caracteres, con título, resumen y una leyenda”.

Si el artículo “funciona, se coloca en la maqueta de la página. Si tiene pocos errores, los dejan. Si hay muchos errores, piden a Chat GPT que lo vuelva a escribir o lo reescriben los periodistas. A las 21 horas, la edición IA entra en la imprenta. Il Foglio ha dado un paso más y, en su segunda semana, pide a los lectores que encuentren errores en los artículos escritos por la IA.

Muchos detractores de la IA consideran que comete muchos errores e, incluso, que inventa la respuestas cuando no sabe algo. Nicholas Thompson, CEO de la exitosa revista The Atlantic, en su última newsletter quincenal que reciben más de 475.000 suscriptores, explica cuál es, a su juicio, la lección más importante para los usuarios de IA generativa: “Centrarse no solo en lo que se le pide a un LLM que haga, sino en cómo se lo pide”. La clave está en el ‘prompt’, que es la parte que tiene que realizar el humano para hacer la consulta. “Conozco a mucha gente que me dice: ‘Intenté usar IA y no fue tan bueno’. Luego les explico cómo dar la pauta correctamente y les digo que vuelvan. Suelen sorprenderse de lo mucho que mejora el modelo”, añade Thompson.

A los puristas del oficio, que defienden que ala periodista no se le puede sustituir porque consigue noticias, conviene recordarles que la mayoría de las informaciones que aparecen en los medios son réplicas que, en muchos casos, provienen de caminos inciertos como son las redes sociales.

El asunto no es nuevo: Nick Davies, reportero de 'The Guardian', encargó en 2008 a la Universidad de Cardiff una investigación donde examinaron 2.000 informaciones de cuatro periódicos ingleses “de calidad”. El resultado no fue muy halagador para el periodismo: solo el 12% de las informaciones contenían material que los propios periodistas habían investigado por completo. El resto, como se pueden imaginar, salía de gabinetes, notas de prensa y refritos periodísticos.

Es posible que un informe más actual arrojaría un resultado todavía más desfavorable para la profesión periodística. Por ejemplo, en política, la sección que más ocupa en los diarios digitales, los partidos, grupos parlamentarios y municipales disponen de oficinas de prensa con más periodistas y medios que la mayoría de los diarios. Y producen contenido partidario que los medios replican tal cual.

Siguiendo las recomendaciones de Thompson, pregunto a DeepSeek (la inteligencia artificial china que consume menos recursos que las de Estados Unidos y todavía es gratuita) si considera que la IA puede escribir noticias fiables y que sean de interés para los lectores. Para la respuesta emplea 345 palabras. La conclusión no tiene desperdicio.

“La IA puede producir noticias fiables bajo supervisión humana estricta, pero el periodismo relevante siempre dependerá de la curiosidad, empatía y juicio crítico de las personas. El peligro no está en la tecnología, sino en usarla para reemplazar —no potenciar— el oficio. ¿Su mayor aporte? Liberar tiempo para que los periodistas hagan lo que mejor saben: contar historias que importan”.

Así están las cosas.

 

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