Estrella Morente: “Si se presentara Federico García Lorca a las elecciones, le votaría sin importar su partido”

Pocos años antes de marcharse, Paco de Lucía tuvo un detalle muy especial con Estrella Morente. El padre de la cantaora granadina, Enrique Morente, acababa de fallecer y ella apenas tenía fuerzas para trabajar en su disco Autorretrato. En aquel momento, el legendario guitarrista de flamenco invitó a la hija de su amigo y a su marido a su casa en Mallorca a pasar unos días. Unos días donde les procuró todos sus cuidados, ayudando a la cantaora a retomar su proyecto, que se han convertido en un recuerdo grabado a fuego. Más de diez años después, Estrella Morente homenajea al músico y compositor en la misma isla que la acogió con tanto cariño.
Emocionada y esperanzada por esta ocasión única, Estrella Morente ha participado en la IV edición del Festival Paco de Lucía Mallorca, una cita excepcional con el flamenco, su historia y su futuro por donde pasarán Carmen Linares, Kiki Morente, Yerai Cortés, Curro Conde Morente, Andrés Barrios, El Yiyo y Maria Hein. “Nunca olvidaré sus pequeños gestos de cuidado como cuando, después de un largo día de grabación, Paco vino a mi habitación con un vaso de leche caliente y un plato de queso de Mahón porque apenas había comido”, recuerda.
Asimismo, la reconocida cantaora anuncia que está trabajando en un documental y que presentará un nuevo disco en mayo con el saxofonista Tim Ries de The Rolling Stones donde el flamenco y el jazz se cruzarán para recordar a grandes nombres del jazz como Ella Fitzgerald, Billie Holiday y Louis Armstrong. Sobre las polémicas en torno a la implementación de la Ley Andaluza del Flamenco, expresa que “el mejor político, la mejor ley y el mejor futuro para el flamenco es la afición” y reivindica el flamenco como una música que “debería ser de mayorías y no de minorías”.
Existe una nueva oleada de jóvenes dedicándose al flamenco y a su fusión con otros géneros, en todas partes. Como fiel defensora de un flamenco que también se atreve con otras disciplinas, ¿cómo lo valora?
Pues, mira, siendo hijos de Enrique Morente tenemos casi la obligación artística y moral de seguir adelante con lo que ellos iniciaron, aunque no necesariamente debemos hacer exactamente lo mismo. No es que tengamos que imitar a nuestros padres o maestros, pero sí tenemos la responsabilidad de respetar y de seguir investigando, de construir puentes con proyectos musicales y artísticos que nos unan.
Desde pequeña me crié con la música de Alfredo Kraus y Edita Gruberová. Siempre he admirado profundamente a Maria Callas no sólo por su talento, sino también por su presencia y su manera de moverse. También a Teresa Berganza, a Victoria de los Ángeles... En casa, escuchábamos a músicos tan diversos como Pat Metheny, Michael Neumann, Bob Marley, Frank Sinatra, y Billie Holiday. Para mí, La Niña de los Peines y Billie Holiday son iguales, cada una con su estilo, pero ambas son una referencia clave.
Además, conocer a Heitor Villa-Lobos y haber trabajado con Fernando Trueba en proyectos de música brasileña y de jazz, o colaborar con Tim Ries, ha sido una suerte que no quiero perderme. Yo vengo del flamenco más puro, más ortodoxo, porque creo que es fundamental conocer la base, pero también he vivido esos intercambios musicales. Creo que eso es lo que nos forma como artistas y como personas, porque la música es un lenguaje universal.
Yo vengo del flamenco más puro, más ortodoxo, porque creo que es fundamental conocer la base, pero también he vivido esos intercambios musicales. Creo que eso es lo que nos forma como artistas y como personas, porque la música es un lenguaje universal

¿Qué legado cree que ha dejado Paco de Lucía al mundo? Y, por otro lado, ¿cómo fue su relación personal con él?
Hablar de Paco es hablar de alguien que ha llevado el flamenco a la cima más alta. Paco ha alcanzado todo lo que se podía alcanzar en este género y ha llevado su música a rincones insospechados del mundo. No me cuesta comprenderlo, porque cuando escuchas su guitarra, todo tiene sentido. Lo que más me impresiona, además de su talento, es su parte humana. Por ejemplo, el otro día cuando llegué a Mallorca y vi la catedral desde lejos, pensé que ese paseo siempre me recordará a él.
Cuando yo estaba completamente destrozada, atravesando una de las etapas más difíciles de mi vida por la reciente muerte de mi padre, Paco de Lucía vino a recogerme a mí y a mi marido al aeropuerto de Palma, con su propio coche, y nos invitó a pasar unos días en su casa. En ese momento yo estaba con el disco Autorretrato parado y fue Paco quien retomó ese proyecto y me ofreció todo su apoyo. Estuvimos grabando durante varios días, hasta bien entrada la madrugada, con Paco siempre pendiente de nosotros. Nunca olvidaré los pequeños gestos de cuidado, como cuando, después de un largo día de grabación, Paco vino a mi habitación con un vaso de leche caliente y un plato de queso de Mahón que había cortado él mismo porque apenas había comido, para asegurarse de que descansara bien. Esos momentos de protección, de paternidad, son los que realmente se quedan conmigo, por encima de cualquier logro artístico o grabación.
Creo que tanto mi padre como Paco compartían una parte humana fundamental, más allá de su arte. Mi padre siempre estaba preocupado por lo que sucedía en el mundo, por las injusticias. Su forma de involucrarse con causas como Amnistía Internacional o el pueblo saharaui era un reflejo de esa necesidad de no quedarse cruzado de brazos ante el sufrimiento ajeno. Y, en este momento de incertidumbre que vivimos, me sigo preguntando: ¿qué harían ellos?
Cuando yo estaba completamente destrozada, atravesando una de las etapas más difíciles de mi vida por la reciente muerte de mi padre, Paco de Lucía vino a recogerme a mí y a mi marido al aeropuerto de Palma, con su propio coche, y nos invitó a pasar unos días en su casa. En ese momento yo estaba con el disco Autorretrato parado y fue Paco quien retomó ese proyecto y me ofreció todo su apoyo
¿Y qué cree que harían ahora? ¿Cómo se puede situar el flamenco, desde esa forma humanística de ser, ante las guerras, el racismo y Donald Trump?
A mí no se me ocurre otra cosa que recurrir a la cultura, a la música. La cultura como medicina, quiero decir, como alivio, como recompensa, como oasis. No nos queda más que agarrarnos a la historia, la literatura y el arte para hacer frente a todo esto porque, ahora mismo, la izquierda no es lo que era, la derecha no es lo que era, no existe un equilibrio. Los políticos de antes al menos disimulaban y el pueblo hacía fuerza, salía a gritar a las calles, y se conseguían cosas, aunque siempre manipulados por el poder. Pero hoy en día, honestamente, yo mi voto lo pongo en blanco. Si se presentara Federico García Lorca, te aseguro que no tendría problema en votarle, perteneciese al partido que fuese. Quiero decir, me da igual el nombre de su partido. ¿Por qué? Porque era un hombre que era un enamorado de la vida, un enamorado de la poesía y su poesía tenía muchas cosas más allá del romanticismo de los gitanos. Yo creo que Federico, en su momento, era un gran justiciero y que no lo mataron solamente por ser homosexual.
A mí lo único que realmente me ayuda hoy en día, lo que me sostiene, es la cultura y la literatura. Mi padre decía que la literatura te puede ayudar más que una madre, porque nadie te va a querer como una madre, pero por amor o protección, una madre te puede engañar. Pero nunca la literatura.

Es como cuando en Volveréis, la última película de Jonás Trueba, Fernando Trueba le dice a su hija que lo mejor que puede hacer un padre es recomendar libros.
Claro, claro, claro. ¡Eso es lo mejor que puede hacer por ti! Más que protegerte, más que estar siempre al frente. Totalmente de acuerdo.
En algunas ocasiones ha dicho que el flamenco no tiene suficiente reconocimiento internacional. En ese sentido, ¿qué opina en torno a la polémica con la Ley Andaluza del Flamenco?
Lo primero que se me viene a la cabeza es cuando declararon al flamenco Patrimonio de la Humanidad. Recuerdo que mi padre, cuando un periodista le preguntó: “Oye, don Enrique, por fin han declarado al flamenco Patrimonio de la Humanidad”, él respondió, algo sorprendido, porque aún no lo había leído: “¡Ah, qué maravilla! ¡Por fin! Ahora la humanidad es patrimonio del flamenco”.
Y con eso le dio la vuelta a todo, quiso decir todo. Yo creo que esa respuesta está vinculada con la situación actual del flamenco. Lo que tenemos que conseguir es que la humanidad sea patrimonio del flamenco, no al revés. De hecho, recuerdo imágenes de archivo de Televisión Española, donde mi padre, con Manolo Sanlúcar al lado, decía que el flamenco debería ser una música de mayorías, nunca de minorías. Creo que ese es el verdadero reto.
Tenemos que conseguir es que la humanidad sea patrimonio del flamenco, no al revés
Ahora mismo, lo que hace falta es más gente como Enrique Morente y Paco de Lucía. Es nuestra responsabilidad, y especialmente por las mujeres, que también siguen teniendo mucho que hacer. Creo que el flamenco es como la mujer. Quedan muchas cosas por hacer por él. No voy a entrar a discutir si en 2023 se prometió algo que no se ha cumplido, porque, por esa regla de tres, hay tantas causas a las que adherirse... El flamenco, al final, es mi vida y lo defiendo desde mi propio espacio. No puedo dar la cara por nadie ni predecir qué político defenderá el flamenco. Mi pasión por el flamenco, mi afición, es la que marca la diferencia.
El mejor político, la mejor ley y el mejor futuro para el flamenco es la afición. Cuantos más aficionados haya, más pueblo habrá. Y cuanto más pueblo haya, más sabiduría habrá. Con el tiempo, cuando se tomen decisiones, si el peso lo tiene la afición y el pueblo, ese poder será más fuerte que cualquier ley, política o promesa que quede por cumplir. Es la afición a la que invoco, a la que recomiendo y a la que llamo a la acción.

Quería preguntarle en qué está trabajando ahora. ¿Qué viene después del show OCO en Madrid? ¿Algún disco nuevo?
Pues, mira, al principio OCO empezó siendo una fusión de flamenco, rock y jazz, donde hemos tenido la oportunidad de tocar junto a Tim Ries y hacer jam sessions con él durante horas. De este trabajo ha surgido un disco, algo que me ilusiona muchísimo, que saldrá en mayo. Ahora estamos en plena mezcla, pero sigue evolucionando porque la relación con Tim ha dado mucho de sí, tanto a nivel musical como personal. Tim Ries es una persona excepcional, una de las mejores que he conocido en mi vida.
El disco está inmerso en el mundo del jazz, pero siempre desde nuestra perspectiva flamenca, y cuenta con Chanel Haynes como invitada, que es vocalista de los Rolling Stones. En esencia, el proyecto recuerda a Ella Fitzgerald, Billie Holiday y Louis Armstrong. Hay tantos artistas que me han influido y ayudado a formarme como cantante y como cantaora, que tenía esa necesidad de rendirles homenaje, de hacerles ese guiño al jazz y al blues.
Además, estoy trabajando en un documental. Al principio, me resistía porque pensaba: “Si todavía estoy al principio de todo, ¿qué voy a contar sobre mi vida?” Sin embargo, me lo han propuesto de una manera que ahora me entusiasma. La idea es ir tocando a gente que ha formado parte de mi vida, como José Carlos Plaza, los Trueba, Juan Diego, mi padrino, y muchos otros que ya no están.
Claro, hay mucha historia que contar.
Sí, mucha historia, en realidad. Quiero decir, hay más historia de la que yo pensaba que iba a salir o que quería contar. Me parece muy atractivo poder entrevistar a gente que ya está desapareciendo, como Eugenio Chicano, discípulo de Picasso, un malagueño maravilloso. También se me ha ido Manuel Alcántara, el poeta. En fin, están ahí el disco y el documental. Los Morente tenemos un defecto y es que siempre estamos pensando en lo siguiente.
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