Casarse en la Plaza Mayor de Madrid: el lugar de moda para bodas en el que se dan el “sí, quiero” 300 parejas al año
Existen pocos lugares más característicos de Madrid que la Plaza Mayor. El rojo de la fachada de los edificios que se levantan alrededor, la estatua de Felipe III o los arcos de cada una de sus entradas son inconfundibles. En el centro del lado norte de la plaza se levanta la Casa de la Panadería, un edificio desconocido para muchos pero con una gran importancia histórica para la ciudad en el que desde hace algún tiempo se ofician bodas.
El edificio, de titularidad municipal, cuenta con uno de los diseños más bonitos de la plaza. En 1988, el Ayuntamiento de Madrid convocó un concurso público restringido para acometer la decoración de la fachada, debido al gran deterioro de las pinturas que había llevado a cabo el pintor y ceramista Enrique Guijo en 1914. A ese concurso fueron invitados los artistas Guillermo Pérez Villalta, Sigfrido Martín Begué y Carlos Franco, resultando ganador este último, con un proyecto basado en personajes mitológicos como Cibeles, Proserpina, Baco o Cupido, y otros inventados por el artista, relacionados con la historia de Madrid y de la Plaza Mayor.
Y, aunque por allí pasaron desde tahonas hasta la sede la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, a finales del siglo XIX el Ayuntamiento de Madrid se hizo con ella, convirtiéndola en la segunda Casa Consistorial de la Villa. Más tarde pasó a ser la sede de la Biblioteca Municipal y del Archivo Municipal. Ahora se divide en tres partes diferenciadas: la Sala de Columnas, en la planta baja del edificio, que acoge el Centro de Turismo Plaza Mayor, la Sala de Bóvedas, en la que se organizan exposiciones, y el Salón Real, destinado actualmente a oficiar enlaces matrimoniales.
La trayectoria de este emblemático edificio ha sido larga, pero ha terminado transformándose en uno de los lugares más solicitados para casarse de Madrid. La decoración de su interior y las vistas a través de sus balcones son dos de las claves que explican su éxito, ya que el resto de opciones pasan por edificios de construcción mucho más reciente y con vistas a cualquier calle de la ciudad, que restan encanto a una celebración de este nivel.
En un día tan especial, madrileñas y madrileños buscan un lugar del que puedan guardar un recuerdo para toda la vida. Aunque la gran mayoría opta por hacer dos celebraciones, una el día de la firma y otra antes o después con una ceremonia no oficial, es una ocasión que merece ser capturada con todo detalle. Posiblemente esto es lo que más atrae de la Casa de la Panadería, que es un escenario perfecto para hacer unas fotos bonitas e instagrameables.
Bodas con lista de espera
Su popularidad va en aumento desde hace varios años, aunque todavía es bastante desconocido. Laura Ríos, en redes sociales @derutapormadrid, se casó hace poco más de un mes allí, pero nunca se había planteado darse el “sí, quiero” en un lugar como este. “Al principio mi idea era firmar en otro sitio, pero una amiga que es guía turística me preguntó dónde iba a hacerlo y me descubrió este edificio de la Plaza Mayor”, explica Laura.
La influencer no sabía que existía esta posibilidad, así que empezó a investigar. En enero de 2024 empezó a mirar posibles fechas, pero ninguna le cuadraba, así que lo fue posponiendo: “Como me casaba en noviembre, lo miraba con calma, pero la calma me llevó a marzo, cuando ya no había fechas disponibles”. Aunque todavía quedaban algo más de ocho meses para la boda, ya estaban todas las fechas agotadas.
El Ayuntamiento abre las reservas con nueve meses de antelación y solo oficia enlaces matrimoniales en este edificio dos días a la semana: viernes y sábados. A Laura le empezó a parecer impsoible encontrar fecha para noviembre, así que cogió la primera fecha que había disponible que era para enero de 2025, a pesar de que la ceremonia estaba programada para noviembre. Lo dejó estar, pero un día decidió probar de suerte de nuevo y encontró un hueco para el 16 de noviembre. “Fue una sorpresa, porque pensaba que era imposible”, cuenta.
Pero surgió un problema: ya tenía una fecha reservada en enero y, para coger la nueva, tenía que cancelar la anterior. Laura temía quedarse sin ninguna, pero logró hacer el cambio fácilmente y conseguir el día perfecto. El proceso para encontrar su fecha deseada fue de más de medio año y no es de extrañar, ya que este emblemático edificio tiene ya tiene agotadas prácticamente todas sus reservas hasta diciembre de 2025. De hecho, la primera disponible es para el sábado 25 de octubre de 2025.
Para los ciudadanos que quieren casarse en Madrid y, concretamente, en la Casa de la Panadería, lo más conflictivo es que no exista una lista de espera: “Así al menos tendríamos una esperanza, una posibilidad, pero con el sistema actual de reservas dependemos de la suerte”. Solo se puede acceder a las fechas disponibles, pero si no existe ninguna en ese momento, el Ayuntamiento te redirije automáticamente al primer hueco existente en cualquier de los otros 21 edificios donde se ofician bodas en la capital.
Fuentes municipales aseguran que no existen datos que corroboren que se ha producido un aumento en su popularidad durante los últimos años, pero lo cierto es que encontrar hueco para casarse en la Plaza Mayor es más difícil que conseguir entradas para un concierto de Taylor Swift. Las plazas son muy limitadas, ya que solo hay dos opciones por semana: viernes o sábado. Los viernes vuelan al momento porque es gratis y los sábados también, aunque el precio en este caso asciende a 120 euros. “Hubiese sido genial que yo, la chica de los planes gratis en Madrid, hubiese podido casarme el viernes, pero tuvo que ser sábado”, comenta Laura.
Ceremonias rápidas y 20 minutos para fotos
Cada fin de semana se ofician en la Casa de la Panadería 14 bodas, siete por día. Según datos consultados por Somos Madrid al Ayuntamiento, este año han sido un total de 261 las parejas que han pasado por este particular edificio para contraer matrimonio, en 2023 fueron 288 y en 2022 244.
Parecen muchas bodas para tan pocos días, pero la clave está en el tiempo: hay una reserva cada 15 minutos. “Mi ceremonia en la Plaza Mayor fue muy breve, duró unos cuatro minutos”, relata Laura. Ella, su ahora marido y sus familiares llegaron con tiempo y como la pareja anterior había terminado rápido empezaron antes de la hora que habían concretado. “Básicamente, leen los artículos legales, firmas y listo”, indica la creadora de contenido.
En cuanto a la ceremonia, lo único que se puede elegir es la música para entrar, aunque en el caso de Laura no fue posible porque no les dieron tiempo ni para eso. Su boda la ofició Andrea Levy, exdelegada de Cultura del Ayuntamiento de Madrid y admite que fue “muy amable” y aunque en la celebración previa no lloró ese día se emocionó mucho.
Después de firmar, disponían de 20 minutos para hacerse fotos en los balcones del edificio. “El lugar es precioso, con mucha importancia histórica. La sala, aunque austera, es amplia y permite hasta 80 invitados. Nosotros fuimos pocos, unas 15 personas, porque ya habíamos tenido otra celebración. Eso sí, las sillas eran plegables y no pudimos elegir la decoración, aunque llevamos confeti y luego lo recogimos para no dejar nada tirado”, relata Laura.
Aunque la carrera por conseguir fecha fue toda una locura, está totalmente segura de que “merece la pena”. La ceremonia es breve, pero “las sensaciones, las fotos y el sitio son únicos”. Laura se ncuentra entre la selecta lista de personas que se han dado el “sí, quiero” en la Plaza Mayor este 2024, algo que para ella, como creadora de contenido de planes en Madrid, ha supuesto el verdadero “felices para siempre”.
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