Cábula, una nueva editorial en Zaragoza entre el pálpito y el augurio

Un amigo empezó a escribir poemas y a enviárselos para que los leyera. Los leyó, le gustaron. Hasta que un día, Mary le dice: “Llevamos un año y medio hablando de tus poemas, con esto hay que hacer algo”. Y para sellar el compromiso, en julio de 2023 reservó sitio en el Antiguo Casino Mercantil para diciembre: iban a presentar un libro que aún no existía, de una editorial que tampoco. Así que en menos de seis meses nació Cábula, editaron y maquetaron Todo lo que tenemos, el poemario de Francisco Salvador Pina, le incorporaron ilustraciones y lo presentaron en el sitio previsto el día 18 de diciembre de 2023.
Cábula es un proyecto de tres socios: Mary Sanz, Javier Sánchez y Carlos García-Marquina. Los tres se dedican a otra cosa y llevan la editorial por el placer de publicar los libros que les gustan, muy de a poco, disfrutando del proceso. Mary Sanz trabaja en la comunicación de un bufete de abogados y la vocación por las letras la tiene desde su misma formación como filóloga inglesa. El catálogo que pretenden construir abarca tres colecciones: poesía, cómic y novela negra. Y con dos libros en proceso: el nuevo poemario de Francisco Salvador Pina y una serie de cómics bajo el concepto de Feos, a través del cual hablarán de la belleza a través de la fealdad, con diversas ilustraciones y textos que piensan publicar pronto.
“Será que tras la minucia de orfebre nadie ve la violencia del
molde en mis venas,
el largo recorrido del desierto desde el corazón al pincel”.
(La despedida, Clara Santafé)
El nombre de la editorial fue una sugerencia de su primer autor, a quien le gusta mucho Argentina y está obsesionado con el lunfardo, esa mezcla jerga, dialecto, lengua (dependiendo quién o bajo qué criterios se aborde, las definiciones varían) que tuvo tanta fuerza entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX en el Río de La Plata, concretamente en Buenos Aires, y que ahora sobrevive en algunas palabras. Es una suerte de síntesis caótica de todas las lenguas que abordaron la ciudad con las migraciones, sobre todo europeas, con claro predominio de los dialectos italianos. “Llegamos a esta palabra que nos gustó tanto y que tiene los dos significados, pálpito y augurio. Pálpito se llama la colección de poesía y Augurio es el nombre de la colección de novela negra. Aún no hemos decidido el nombre de la colección de cómic”, dice Mary.
“O quizás nunca hubo armonía en el paisaje
y este pájaro es tan solo un testigo que nos sobrevuela.
Y puede que nosotros la rotura”.
(Javier Fajarnés Durán)
En su afán de empezar de a poco, Cábula aún no tiene distribuidora y sus libros se encuentran en Asturias, Madrid y Aragón. Pretenden crecer, desde luego, pero con calma y sin abandonar el goce de tener una editorial. De editar y publicar libros que les apasionen, sin ansiedad. Y tratando de mantener los 18 de diciembre como hitos: en 2023 la presentación de su primer libro y en 2024 del segundo, una antología de jóvenes poetas que pretende ser, seguramente lo será, un libro de fondo.
Una generación insoslayable
Empezar una editorial con un libro de poesía es un bello riesgo. Y continuar el catálogo con un libro que reúne a la poesía más destacada de autoras y autores zaragozanos menores de cuarenta años implica un paso más, un decidido gesto. Coordinado por el escritor Juan Marqués, Recogeré mis cosas excede la categoría de antología y es, tal como lo define él mismo en el prólogo, “un encuentro de poetas”, porque tampoco se trata de una selección al uso y el libro se nutre con poemas que las propias autoras y autores invitados decidieron enviar. “Es una celebración de la poesía zaragozana. Digamos que son los últimos poetas zaragozanos de finales del siglo XX y no había nada que recogiera eso. Y no podíamos permitir que esta también se salte”, dice Mary Sanz con relación a algo que pone Juan Marqués en el prólogo sobre la generación anterior, la de David Mayor, Sergio Algora, Miguel Serrano, Brenda Ascoz o Carmen Ruiz Fleta, que no tuvieron una antología propia.

La propuesta surgió del propio Juan Marqués, radicado hace años en Madrid, pero muy atento a todo lo que sucede en Zaragoza, su ciudad natal. Once mujeres y siete hombres integran Recogeré mis cosas: Guillermo Molina Morales, María Codura Bruna, Clara Santafé, Sofía Díaz Gotor, Marta Fuembuena Loscertales, Almudena Vidorreta, Alberto Acerete, Ana Muñoz, Daniel Arana, Gema Palacios, María Martín Hernández, Guillermo Marco Remón, Javier Fajarnés Durán, Enma Calvo Olloqui, Álex Bona, Aitana Monzón, Omar Fonollosa y Celia Carrasco Gil. En su gran mayoría, cumplen tres requisitos: son de Zaragoza, son menores de 40 años y tienen, al menos, un libro de poesía publicado. Aunque hay excepciones: hay dos de Tudela y uno de Madrid (pero los tres con fuerte vínculo en Zaragoza), solo un autor se pasa un poco de los 40 y solo una no tiene libro publicado, pero su poesía cautivó tanto al editor que decidió incluirla.
“pero el dolor no existe;
tampoco el pensamiento.
todo es idea de algo
que vino y no se deja
tocar. forma es vacío
entonces”.
(Memento imaginal [En torno a Shahn], Aitana Monzón)
“Nuestra aspiración es que sea un libro de referencia. Y con el tiempo se verá si acertamos o no. Pero los que están son los que tenían que estar”, dice Mary Sanz, contenta con el resultado del libro cuya portada es de Giorgio Griffa, un artista turinés. En la gran mayoría de los casos, las autoras y autores agregaron poemas inéditos a su propia selección, conformando un libro que no solo tiene la curaduría de Juan Marqués, sino que cada segmento representa una visión personal de cada poeta con su propia obra. Y con el plus de contar con poemas que no están en ningún otro libro.
“Hacemos todo con mucho mimo, somos pequeñitos pero elegimos muy bien los proyectos en los que trabajamos y lo ponemos todo ahí. Es una literatura de calle y con corazón”, dice Mary, esperanzada con el futuro de un nuevo proyecto que se suma a un entramado editorial tan variado como nutrido.
“En el fondo de la fuente
los fantasmas se relamen
a sabiendas de que el deseo
casi nunca flota”
(Wall Street, Almudena Vidorreta)
0